domingo, 29 de septiembre de 2013

CLASE 10: LA DÉCADA INFAME Y EL MODELO AGROEXPORTADOR. EL PERONISMO Y EL MODELO DE INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

LA DÉCADA INFAME Y EL MODELO AGROEXPORTADOR:
La década infame
El 6 de septiembre de 1930 los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo encabezaron un golpe de estado, apoyado por grupos políticos conservadores, y expulsaron del gobierno a Yrigoyen inaugurando un período en el que volvió el fraude electoral y la exclusión política de las mayorías. En 1933 se firmó el Pacto Roca-Runciman con Inglaterra que aumentó enormemente la dependencia Argentina con ese país. Se sucedieron los gobiernos conservadores (el general Uriburu, entre 1930 y 1932; el general Justo, entre 1932 y 38; Roberto Ortiz, entre 1938 y 1942, y Ramón Castillo, entre 1942 y 1943), que se desentendieron de los padecimientos de los sectores populares y beneficiaron con sus políticas a los grupos y familias más poderosas del país.
El golpe de 1930
(Lecturas recomendadas: La Revolución del 30 en el libro Revoluciones de Félix Luna)
6 de septiembre de 1930 - Crónica de un golpe anunciado
Fuente: Adaptación para El Historiador del libro de Felipe Pigna Los Mitos de la Historia Argentina 3, Buenos Aires, Planeta. 2006.
El golpe que el 6 de septiembre de 1930 derrocaría al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen venía siendo anunciado mucho antes de que Leopoldo Lugones exaltara “la hora de la espada”. En ese discurso el prestigioso poeta llamaría al Ejército —“esa última aristocracia”— a tomar las riendas, y la conspiración sentaría precedentes que lamentablemente iban a hacer escuela en la Argentina. Los golpistas del futuro aprendieron en el 30 que la cosa debía empezar con el desprestigio del gobierno y el sistema a través de una activa campaña de prensa; asimismo, lograr la adhesión y el auxilio económico de los grandes capitales nacionales y extranjeros a cambio de entregarles el manejo de la economía; rebajar los sueldos y pedir sacrificios a los asalariados que luego se traducirían en una hipotética prosperidad; las arengas debían ser fascistas pero el Ministerio de Economía sería entregado a un empresario o gerente liberal al que no le molestaran mucho los discursos y las actitudes autoritarias, a un liberal al que lo tuvieran sin cuidado el respeto a los derechos humanos y todos aquellos derechos impulsados justamente por el liberalismo. Para que quede claro, un “liberal” argentino, en los términos de la genial definición de Alberdi: “Los liberales argentinos son amantes platónicos de una deidad que no han visto ni conocen. Ser libre, para ellos, no consiste en gobernarse a sí mismos sino en gobernar a los otros. La posesión del gobierno: he ahí toda su libertad. El monopolio del gobierno: he ahí todo su liberalismo. El liberalismo como hábito de respetar el disentimiento de los otros es algo que no cabe en la cabeza de un liberal argentino. El disidente es enemigo; la disidencia de opinión es guerra, hostilidad, que autoriza la represión y la muerte”. 1
También había que prometerle al pueblo orden y seguridad, y al asumir era importante meter miedo. Prohibir la actividad política y sindical; intervenir las provincias y las universidades; decretar la pena de muerte; detener, torturar y asesinar a los opositores y al mismo tiempo hacer una declaración de profunda fe católica y de pertenencia al mundo occidental y cristiano; dejar en suspenso la duración del gobierno militar (incluso, si se quiere, se lo puede llamar provisional) y, finalmente, en pago de tantos sacrificios, en nombre de la patria y la honestidad, hacer los más sucios y descarados negociados.
Cómo construir un dictador
Los que conocían bien a Uriburu fueron testigos de cómo aquel revolucionario de 1890 devino ultraconservador con el paso de los años: poco después de que Yrigoyen, su viejo correligionario, ganara las elecciones por segunda vez, decidió pasar a retiro y también a conspirar contra la democracia. El general tenía quién le escribiera, allí estaban los nacionalistas católicos Julio y Rodolfo Irazusta, que publicaban el semanario
La Nueva República, una influyente tribuna desde la que se fogoneaba un cambio en el orden institucional. Julio Irazusta inauguró una frase que, lamentablemente para sus herederos, no registró como propia, ya que sería usada hasta el cansancio durante el resto del siglo XX, e incluso hasta comienzos del siglo XXI, por algún comunicador social en aquella hora clave de la crisis del 2001: “hay que sacar las tropas a la calle”. En 1928, festejando el primer cumpleaños de aquel periódico, el general Uriburu se comprometió públicamente a encabezar un movimiento de renovación espiritual y política.
A partir de entonces comenzaron a producirse selectas reuniones de civiles y militares en los elegantes salones del Círculo de Armas. Allí iban sin demasiado disimulo gente como Federico Pinedo, Leopoldo Melo, Antonio Santamarina y representantes de los generales Justo y Uriburu.
Los líderes visibles del golpe de Estado en marcha eran los generales José Félix Uriburu 2 y Agustín Pedro Justo 3, que si bien coincidían en la metodología golpista para derrocar a Yrigoyen, mantenían importantes diferencias a la hora de ejercer el poder. Mientras Uriburu pretendía hacer una profunda reforma constitucional que terminara con el régimen democrático y el sistema de partidos y, así, implantar un régimen de representación corporativa, Justo planteaba el modelo de gobierno provisional que convocara a elecciones en un tiempo prudencial; prefería restablecer el clásico sistema de partidos con las restricciones que los dueños del poder creyeran convenientes, o sea, una democracia de ficción y fraudulenta. Esto llevó a que Justo permaneciera en un segundo plano durante los preparativos del golpe de Estado programado para el 6 de septiembre de 1930, pero no dejó de presionar a Uriburu a través de sus oficiales para introducir sus puntos de vista.
No pocos oficiales y suboficiales se sumaron al golpe sin medir las consecuencias, sin tomar conciencia cabal del error gravísimo que estaban cometiendo. Entre ellos, Juan Domingo Perón, que al respecto comentaba lo siguiente: “Yo recuerdo que el presidente Yrigoyen fue el primer presidente argentino que defendió al pueblo, el primero que enfrentó a las fuerzas extranjeras y nacionales de la oligarquía para defender a su pueblo. Y lo he visto caer ignominiosamente por la calumnia y los rumores. Yo, en esa época, era un joven y estaba contra Yrigoyen, porque hasta mí habían llegado los rumores, porque no había nadie que los desmintiera y dijera la verdad”. 4
Perón advierte a la distancia la trascendencia del hecho y su influencia en el futuro político argentino. “Nosotros sobrellevamos el peso de un error tremendo. Nosotros contribuimos a reabrir, en 1930, en el país, la era de los cuartelazos victoriosos. El año 1930, para salvar al país del desorden y del desgobierno no necesitamos sacar las tropas a los cuarteles y enseñar al Ejército el peligroso camino de los golpes de Estado. Pudimos, dentro de la ley, resolver la crisis. No lo hicimos, apartándonos de las grandes enseñanzas de los próceres conservadores, por precipitación, por incontinencia partidaria, por olvido de la experiencia histórica, por sensualidad de poder. Y ahora está sufriendo el país las consecuencias de aquel precedente funesto”. 5 Finalmente, en su autobiografía, recopilada por Enrique Pavón Pereyra,
Perón concluye: “El 6 de setiembre, terminó bruscamente la experiencia radical que había sido promovida por la ley del sufragio universal y por la intención participativa. Ese día histórico es el comienzo de una nueva e tapa en la cual el gobierno será dirigido por las huestes de la oligarquía conservadora donde muchos de los que participaron y contribuyeron al éxito del golpe lo hicieron sin saber exactamente quién se movía detrás de ellos. La proclamación de la ley marcial desde el 8 de septiembre de 1930 hasta junio del 31 puso en evidencia que había triunfado la línea del nacionalismo oligárquico”. 6
(…)
El golpe del 6 de septiembre de 1930 significó para la tradicional elite terrateniente exportadora la recuperación, no del poder real, que nunca había perdido, sino del control del aparato del Estado. Quedaba además demostrado que el radicalismo, por su origen de clase y por sus enormes contradicciones internas, no había podido o no había querido conformar ni impulsar sectores económicos dinámicos modernos que pudieran disputarle el poder al tradicional sector terrateniente. El golpe terminó también con la alianza que había comenzado en la Revolución de 1890 entre una parte de aquella elite y los sectores medios, que en un principio apoyaran el golpe del 30 porque pensaban que los incluía entre los beneficiarios del asalto al poder y las arcas públicas; sin embargo, pronto se dieron por enterados en carne propia, como ocurriría con todos los golpes de Estado posteriores, que les agradecían los servicios prestados, pero que no estaban invitados a la fiesta. La elite volvió a tener la posibilidad de marginar políticamente —como antes de la sanción de la Ley Sáenz Peña— a los sectores sociales que venía marginando social y económicamente desde siempre. La vuelta al fraude electoral alejaba a las mayorías populares de la posibilidad de decidir sus destinos; la sociedad se preparaba para los grandes cambios que se avecinarían a mediados de los años 40. Pero para eso faltaba mucho tiempo, mucho sufrimiento y mucha lucha. Estaba comenzando una década claramente infame.
1 Alberdi, Juan Bautista, Escritos póstumos, tomo X, Buenos Aires, Editorial Cruz, 1890.
2 José Félix Uriburu (1868-1932) nació en Salta. Participó en la Revolución de 1890 del lado de los cívicos. Pero en 1905 reprimió la intentona revolucionaria radical. Fue director de la Escuela Superior de Guerra y observador y agregado militar en Europa. En 1914 fue elegido diputado al Congreso Nacional. Durante la presidencia de Alvear fue nombrado inspector general del Ejército y miembro del Consejo Supremo de Guerra.
3 Agustín Pedro Justo (1876-1943) nació en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Además de militar fue ingeniero civil recibido en la UBA. Fue profesor y luego director del Colegio Militar. Alvear lo designó como ministro de Guerra.
4 En Félix Luna, Yrigoyen, Buenos Aires, Hyspamérica, 1985.
5 En Roberto Etchepareborda, Yrigoyen, tomos I y II, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983.
6 Pavón Pereyra, Enrique, Yo Perón, Buenos Aires, MILSA, 1993.
URIBURU, JOSÉ FÉLIX, (1868-1932), por Pacho O´Donnell.

Nación en Buenos Aires y murió en París.
Presidente de la República Argentina (1930-1932).
Se decidió por la carera militar; graduándose el Colegio Militar; participó en variadas acciones militares y en la rebelión militar de 1890; prestó servicios en la provincia de Formosa; fue ayudante de su tío José E. Uriburu en 1893 y del presidente Luis Sáenz Peña; en 1905 apoyó a Quintana para sofocar la revolución Radical, fue director de la Escuela Superior de Guerra en 1907 y luego fue enviado a Europa para Observar programas de entrenamiento militar y equipos; cuando regresó a Buenos Aires, asistió a los congresos científicos de la celebración del centenario y luego estuvo a cargo de puestos fronterizos como oficial de estado mayor; en 1913, regresó a Europa como agregado militar en Alemania e Inglaterra.
Cuando retornó a la Argentina, fue electo diputado de su propia provincia en el Congreso Nacional, 1914; en 1921 ascendió a general de división; al año siguiente, actuó como inspector general del ejército designado por el presidente Alvear; miembro del Consejo Supremo de Guerra desde 1926 hasta que Yrigoyen lo hizo retirar por haber alcanzando la edad reglamentaria.
El 6 de septiembre de 1930, Uriburu puso fin al gobierno de Yrigoyen y estableció una dictadura militar; reconocido presidente por la Corte Suprema, Uriburu disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio, intervino las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno elitista autoritario: aun que públicamente declaraba respetar la constitución, personalmente sentía que la nación necesitaba retornar al gobierno conservador.
Le resultó imposible obtener apoyo político para ese fin; en tanto, su encarcelamiento de prisioneros políticos, su censura de diarios, su intervención de las universidades y sus acciones --generalmente dirigidas contra los radicales-- así como sus prejuicios contra las acciones democráticas debilitaron el apoyo público; otros críticos temían que intentara destruir la Constitución y las leyes electorales e imponer patrones extranjeros en la nación; los líderes civiles y militares, ambiciosos de poder político, le temían.
Después de permitir elecciones libres en Buenos Aires a principios de 1931 y luego de anular los resultados porque ganaron los radicales, no estuvo de acuerdo en permitir votaciones nacionales pero en noviembre hubo sufragios y el presidente electo fue su rival militar, el general Agusto P. Justo.
Uriburu marchó al extranjero por motivos de salud; murió en París, unos meses más tarde, luego de una intervención quirúrgica.
PROCLAMA DEL GOLPE, Leopoldo Lugones
El Ejército y la Armada de la Patria, respondiendo al calor unánime del pueblo de la Nación y a los propósitos perentorios que nos impone el deber de argentinos en esta hora solemne para el destino del país, han resuelto levantar su bandera para intimar a los hombres que han traicionado en el gobierno la confianza del pueblo y de la República el abandono inmediato de los cargos, que ya no ejercen para el bien común, sino para el logro de sus apetitos personales. Les notificamos categóricamente que ya no cuentan con el apoyo de las fuerzas armadas, cuyo objetivo primordial es defender el decoro personal, que ellos han comprometido, y que no habrá en nuestras filas un solo hombre que se levante frente a sus camaradas para defender una causa que se ha convertido en vergüenza de la Nación. Les notificamos también que no toleraremos que por maniobras y comunicaciones de última hora pretendan salvar a un gobierno repudiado por la opinión pública, ni mantener en el poder los residuos del conglomerado político que está estrangulando a la República.
Doctrina de los gobiernos de facto. Acordada del 10 de septiembre de 1930 (Argentina)
De Wikisource
  • Asunto: Doctrina de los gobiernos de facto
  • Fecha: 10 de septiembre de 1930.
  • Autor: Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina
  • Miembros: José Figueroa Alcorta, Roberto Repetto, Ricardo Guido Lavalle, Antonio Sagarna
  • Procurador General: Horacio Rodríguez Larreta


Acordada del 10 de septiembre de 1930

1. Que la susodicha comunicación pone en conocimiento oficial de esta Corte Suprema la constitución de un gobierno provisional, emanado de la revolución triunfante del 6 de Septiembre del corriente año;
2. Que ese gobierno se encuentra en posesión de las fuerzas militares y policiales necesarias para asegurar la paz y el orden de la nación y, por consiguiente, para proteger la libertad, la vida y la propiedad de las personas, y ha declarado además, en actos públicos que mantendrá la supremacía de la constitución y de las leyes del país, en el ejercicio del poder;
3. Que tales antecedentes caracterizan, sin duda, un gobierno de hecho en cuanto a su constitución, y de cuya naturaleza participan los funcionarios que lo integran actualmente o que se designen en lo sucesivo, con todas las consecuencias de la doctrina de facto, respecto de la posibilidad de realizar válidamente los actos necesarios para el cumplimiento de los fines perseguidos por él;
4. Que esta Corte ha declarado, respecto a los funcionarios de hecho, que la doctrina constitucional e internacional se uniforman en el sentido de dar validez a sus actos, cualquiera que pueda ser el vicio o deficiencia de sus nombramientos o de su elección, fundándose en razones de policía y necesidad, con el fin de mantener protegido al público y a los individuos cuyos intereses pueden ser afectados, ya que no les sería posible a estos últimos realizar investigaciones ni discutir la legalidad de las designaciones de funcionarios que se hallan en aparente posesión de sus poderes y funciones;
5. Que el gobierno provisional que acaba de constituirse en el país, es pues, un gobierno de facto, cuyo título no puede ser judicialmente discutido con éxito por las personas en cuanto ejercita la función administrativa y política derivada de su posesión de la fuerza como resorte de orden y seguridad social;
6. Que ello no obstante, si normalizada la situación, en el desenvolvimiento de la acción del gobierno de facto, los funcionarios que lo integran desconocieran las garantías individuales o las de la propiedad y otras de las aseguradas por la constitución, la administración de justicia encargada de hacer cumplir ésta las restablecería en las mismas condiciones y en el mismo alcance que lo habría hecho con el ejecutivo de derecho. Y ésta última conclusión, impuesta por la propia organización del poder judicial; se halla confirmada en el caso por las declaraciones del gobierno provisional, que al asumir el cargo se ha apresurado a prestar el juramento de cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes fundamentales de la nación.
Gobierno de Uriburu
El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como presidente de la Nación mediante una célebre y cuestionada Acordada de la Corte Suprema de Justicia que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto. Disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio, intervino todas las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno similar al fascismo, régimen en el que veía un ejemplo de paz y orden político del cual se podía aprender útiles lecciones.
El 18, los embajadores de los Estados Unidos e Inglaterra, país en el que había sido agregado militar, hacen saber a Uriburu que las potencias por ellos representadas han reconocido al gobierno provisional.
Aunque públicamente Uriburu declaraba respetar la constitución, personalmente sentía que el país necesitaba retornar al régimen de gobierno conservador, previo a la sanción de la Ley Sáenz Peña de voto universal y secreto para varones. En un discurso pronunciado en la Escuela Superior de Guerra, Uriburu expresaba su oposición al sufragio universal con las siguientes palabras:
Debemos tratar de conseguir una autoridad política que sea una realidad para no vivir puramente de teorías... La democracia la definió Aristóteles diciendo que era el gobierno de los más ejercitados por los mejores. La dificultad está justamente en hacer que lo ejerciten los mejores. Eso es difícil que sucede en todo país que, como en el nuestro, hay un sesenta por ciento de analfabetos, de lo que resulta claro y evidente, sin tergiversación posible, que ese sesenta por ciento de analfabetos es el que gobierna al país, porque en elecciones legales ellos son una mayoría.
Estableció un régimen represivo que incluyó por primera vez la utilización sistemática de la tortura contra los opositores políticos, en particular anarquistas, comunistas y radicales yrigoyenistas, mediante la Sección de Orden Político de la Policía de la Capital, al mando de Leopoldo Lugones (hijo). Decretó la ley marcial e hizo ejecutar clandestinamente o tras parodias de juicio sumarísmo, a militantes anarquistas, entre ellos Severino Di Giovanni, Paulino Scarfó, Joaquín Penina, Jorge Tamayo Gavilán, Gregorio Galeano y José Gatti. Detuvo a varios dirigentes políticos, entre ellos a Hipólito Yrigoyen, impuso censura a los diarios, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno establecido desde la Reforma Universitaria de 1918.
A principios de 1931 llamó a elecciones en la provincia de Buenos Aires, pero luego las anuló debido a que había ganado la Unión Cívica Radical. En noviembre de ese año convocó nuevamente a elecciones luego de prohibir las candidaturas del radicalismo y organizar un sistema que se reconocía públicamente como fraudulento, dando comienzo a la que se denominó década infame. En esas condiciones resultó electo presidente el general Agustín P. Justo, quien representaba el conservadurismo liberal que había terminado con la sanción de la Ley Sáenz Peña.
Gobierno de Justo:
Justo asumió el 20 de febrero de 1932. Además de la convulsión política debida al golpe, debió hacer frente a los resultados de la Gran Depresión, que había acabado con el superávit comercial y el pleno empleo de los gobiernos de Yrigoyen y Alvear.
Su primer ministro de Hacienda, Alberto Hueyo, tomó medidas sumamente restrictivas sobre la economía. El socialista independiente Antonio de Tomaso, en Agricultura, le acompañó; se redujo el gasto público, se contrajo la circulación de moneda y se aplicaron medidas de austeridad fiscal. Un "empréstito patriótico" busca fortalecer las arcas del fisco. El primer impuesto sobre la nafta sirvió para financiar la recién creada Dirección Nacional de Vialidad, que acometería la mejora de la red vial. Las dificultades del programa de Hueyo convencerían finalmente a Justo de adoptar este modelo, de índole dirigista, en su política económica. También fomentaría este proyecto el intendente de Buenos Aires, Mariano de Vedia y Mitre, que emprendió un ambicioso proyecto de organización urbana, abriendo las Diagonales Norte y Sur, pavimentando la avenida General Paz, ensanchando Corrientes, construyendo el primer tramo de la Avenida 9 de Julio y erigiendo el Obelisco.
La sustitución de Hueyo por el socialista disidente Federico Pinedo (Partido Socialista Independiente) marcaría un cambio en la política del gobierno. La intervención gubernamental en la economía se hizo más marcada, creándose la Junta Nacional de Granos, la de Carnes, y poco tiempo más tarde, con el asesoramiento del economista inglés Otto Niemeyer, se crearía el Banco Central de la República Argentina.
Relación con la UCR
La oposición radical fue muy marcada. El 5 de abril de 1931 el radicalismo yrigoyenista había ganado las elecciones a gobernador en la provincia de Buenos Aires contra las expectativas de Uriburu y de Sánchez Sorondo; aunque el gobierno militar las anulara, costaron la carrera del ministro y forzaron a Uriburu a dejar el poder. Ya antes, militares leales al gobierno constitucional de Yrigoyen, con el apoyo de civiles armados, organizaron proyectos insurreccionales para restituirlo. El primero de estos fue dirigido por el general yrigoyenista Severino Toranzo, en febrero de 1931. En el mes de junio, en Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes, fue asesinado el coronel Regino Lescano, que proyectaba una movilización yrigoyenista. En diciembre, ante una asonada similar del teniente coronel Atilio Cattáneo, Justo decretó el estado de sitio, volvió a encarcelar al anciano Yrigoyen, y detuvo también a Alvear, Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredon y otros líderes del partido.
En 1933 las asonadas continuaron; Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Misiones serían escenario de alzamientos radicales, que se saldaron con más de mil detenidos. Yrigoyen, gravemente enfermo, fue devuelto a Buenos Aires y mantenido bajo arresto domiciliario; moriría el 3 de julio, y su entierro en el cementerio de la Recoleta sería ocasión de una manifestación multitudinaria. En diciembre, en ocasión de la reunión de la convención nacional de la UCR, un alzamiento conjunto de militares y políticos se desató en Santa Fe, Rosario y Paso de los Libres. José Benjamín Abalos, ex ministro de Yrigoyen, y el coronel Roberto Bosch fueron detenidos por el alzamiento, y los convencionales y dirigentes del partido encarcelados en Martín García.
Alvear, antiguo padrino de Justo, se exiliaría, mientras que otros serían retenidos en el penal de Ushuaia.
Pacto Roca-Runciman
Uno de los más controvertidos sucesos del mandato de Justo tuvo lugar en 1933, cuando las medidas de protección de la producción adoptadas por el Reino Unido llevaron a Justo a enviar al vicepresidente, a la cabeza de una delegación técnica, a tratar la adopción de un acuerdo comercial que obtuviese condiciones ventajosas para la Argentina. Los británicos habían adoptado, en la Conferencia de Ottawa de 1932, medidas tendientes a favorecer la importación procedente de sus colonias y dominios; la presión de los hacendados argentinos para que el gobierno restaurase el comercio con el principal comprador de granos y carne argentinos había sido enorme. Las negociaciones, lideradas por el presidente del concejo de comercio británico, el vizconde Walter Runciman, fueron intensas, y resultaron en la firma el 27 de abril del pacto Roca-Runciman.
El tratado suscitó escándalo, pues el Reino Unido aseguró a la Argentina sólo un cupo inferior al de sus dominios, de 390.000 toneladas anuales de carne, a cambio de cuantiosas concesiones para las empresas británicas. El 85% de la exportación debía realizarse a través de frigoríficos extranjeros (en su mayoría eran estadounidenses e ingleses), las tarifas de los ferrocarriles operados por el Reino Unido no se regularían, no se fijarían derechos aduaneros sobre el carbón, se daría tratamiento especial a las empresas británicas con inversiones en Argentina y se reducirían los precios de la exportación. No menos problemáticas resultaron las declaraciones del vicepresidente Roca, que afirmó tras la firma del pacto que por su importancia económica, la Argentina se parece a un gran dominio británico.
De la Torre fue uno de sus principales y más vocíferantes opositores; en sesión del Senado, afirmó que “el convenio no asegura ventaja alguna, y la razón que inclina a votarlo a los que lo votan y a excusarlo —no a defenderlo— a los que lo excusan, es el temor. Se teme que Albión, provocada imprudentemente a hacer un tratado, se moleste si se rechaza, tome represalias y coloque a Argentina en peores condiciones que antes (...) no hay 350.000 toneladas aseguradas porque el tratado dice que Gran Bretaña puede reducir la cuota de carne enfriada en circunstancias imprevistas (...) La misión abocada a un imposible, por pura imprudencia de la Cancillería, después de haber aceptado todo lo que pedía Inglaterra, aceptó que nada se diera a la Argentina.”
En un editorial, escribiría, burlándose de las palabras de Roca, que en estas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a sus dominios semejantes humillaciones.
El Partido Demócrata Nacional, uno de los que había apoyado la candidatura de Justo, se dividió a causa del hecho. Finalmente, el Senado refrendó el pacto el 28 de julio. Varias huelgas jalonaron las deliberaciones, en especial en la provincia de Santa Fe, que acabó siendo intervenida por el gobierno central.
Debate de las carnes
De la Torre continuó movilizándose contra el pacto, presentando el 1 de septiembre de 1934 un proyecto que proponía crear una comisión investigadora para establecer la medida en que el comercio de carnes argentinas favorecía a los frigoríficos exportadores, sospechando que los precios pagados a los productores no guardaban relación con el precio de venta en el exterior. La investigación al respecto daría lugar al debate más célebre del período, revelando las conexiones entre las empresas frigoríficas británicas, los estancieros de la Sociedad Rural Argentina, y los funcionarios de la Junta Nacional de Carnes creada ad hoc después de la firma del pacto.
La comisión investigadora se formó, incluyendo a de la Torre; finalmente presentó dos despachos, uno por la mayoría, que afirmaba que los precios eran justos, y uno en minoría que presentó de la Torre el día 18 de junio de 1935. El despacho de de la Torre llevó al descubrimiento de fuertes estafas al fisco por parte de algunas empresas; en un hecho espectacular, de la Torre logró el arresto del gerente del frigorífico Anglo, quien se había negado a facilitar a la justicia datos fundamentales para la investigación y llevaba una doble contabilidad. Disimulados como bultos de carne enfriada para la exportación, la policía intervino ingentes cantidades de documentación que Anglo ocultaba. Demostró también que evadían los controles cambiarios fijados por el Banco Central —creado el año anterior para regular el flujo monetario— reservándose moneda extranjera para venderla en el mercado libre, donde alcanzaba precios más altos que el oficial. De la Torre acusó a los ministros Federico Pinedo, de Hacienda, y Luis Duhau, de Agricultura, de tergiversar la información a cambio de favores económicos.
La investigación tendría un desenlace trágico el 23 de julio de 1935, cuando el senador demócrata-progresista Enzo Bordabehere, que se había acercado a de la Torre durante un discurso de éste para mantener a raya a Duhau, fue asesinado de tres balazos por la espalda dados por el ex comisario Ramón Valdés Cora. La relación de Valdés Cora con Duhau y Pinedo, se sugirió por la prensa como la razón del hecho. Bordabehere fue enterrado tres días más tarde, acompañado de un enorme cortejo fúnebre.
Política exterior
En 1933 Justo dispuso la reincoporación de la Argentina a la Sociedad de Naciones, de la que Yrigoyen la había retirado a causa de la Primera Guerra Mundial. Ese mismo año viajaría al exterior, algo inusual en la época para los mandatarios, a encontrarse con Getúlio Vargas en Brasil, intentando estrechar los lazos comerciales con el enorme vecino. Visitó también al mandatario uruguayo, Gabriel Terra, de regreso a la Argentina.
Saavedra Lamas, como canciller, intentó movilizar a los gobiernos de la región en contra de la doctrina Monroe, promovida por el gobierno de los Estados Unidos, gestionando un tratado regional llamado Pacto de No Agresión y Conciliación. La reticencia argentina a la intervención estadounidense había llevado al gobierno a distanciarse de la Comisión de Neutrales que intentaba mediar en la Guerra del Chaco, en la que Paraguay y Bolivia se hallaban enfrentados. Como alternativa, Saavedra Lamas y su par brasileño organizaron el llamado grupo ABCP (Argentina, Brasil, Chile y Perú, los cuatro países limítrofes con los contendientes). El 6 de agosto de 1932 el ABCP remitió a los contendientes una invitación a deponer las armas, separándose a la vez en los términos más duros de la demanda formal que pocos días antes la Comisión había remitido, considerándola una intolerable injerencia en la política de los países en conflicto. El fracaso de la propuesta de la Comisión, rechazada por el Paraguay, dejó a Saavedra Lamas vía libre para encabezar un proceso de conciliación organizado por el ABCP, pero la reticencia de Bolivia a aceptar su propuesta dificultó las negociaciones. Tras dos propuestas infructuosas, en febrero del año siguiente las cancillerías argentina y chilena elaboraron conjuntamente un plan de negociaciones, formalizado en el Acta de Mendoza, que pareció contar con el apoyo de ambos gobiernos. Sin embargo, Bolivia presentó una serie de reservas, observando lo que consideraba un indebido favor hacia la posición paraguaya. La inobservancia de las mismas por el gobierno argentino dio finalmente al traste con el proyecto.
El Pacto de No Agresión y Conciliación fue un ulterior esfuerzo en ese sentido. Apoyándose en varios tratados preexistentes, pretendía establecer un mecanismo universal de resolución pacífica de conflictos entre sus miembros. Se firmó en octubre de 1933 en Río de Janeiro, suscribiéndolo Argentina, Brasil, Chile, México, Paraguay y Uruguay. El Acta de Río de Janeiro, firmada al día siguiente, volvía a intentar ofrecer una solución al conflicto boliviano-paraguayo, que desde mayo había adquirido carácter bélico. Fue, sin embargo, rechazada una vez más. Un ulterior esfuerzo de la Liga de las Naciones naufragó por la oposición paraguaya, refrendada por Saavedra Lamas. Sólo en 1935 pudo formarse un grupo mediador, en el que participaron los Estados Unidos además de los miembros del ABCP y Uruguay. El 7 de junio suscribieron finalmente dos protocolos dando fin a la guerra; la posición paraguaya, favorable a diferir lo más posible la fijación arbitral de las fronteras, contó con el apoyo de los mediadores. Las tratativas insumirían varios años más, hasta la firma en 1938 del Tratado de Paz, Amistad y Límites, pero la gestión le valdría a Saavedra Lamas el Premio Nobel de la Paz en 1936.
Política económica
La intervención del gobierno federal en la actividad económica resultó cada vez más intensa; en 1934 se legisló la recaudación centralizada de los impuestos, que serán luego redistribuidos a las provincias en régimen de coparticipación, en lugar de permitir a estas recaudarlos y remitir la parte correspondiente al gobierno central, como había sido hasta entonces la norma. Se crearon una Junta Reguladora de Vinos, que se sumó a las de Granos y Carnes, y la Dirección Nacional de Parques Nacionales, antecedente inmediato de la Administración de Parques Nacionales.
El 6 de junio de 1935 se dio fin a las preparaciones de varios años y, con un diseño del británico Otto Niemeyer, se creó el Banco Central de la República Argentina; conformado por el Estado e instituciones crediticias privadas, estaría a cargo de gestionar el valor de la moneda y controlar los cambios. El plan de organización se basó en el aplicado en la India por los británicos; Raúl Prebisch fue su primer director.
Ese mismo año se realizó el primer censo industrial, que fijó en 600.000 la cantidad de trabajadores ocupados en la actividad. Se sancionaron leyes regulando la actividad bancaria y las inversiones. Las condiciones ofrecidas para el asentamiento de capitales extranjeros fomentaron la industrialización, sobre todo en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, donde se radicaron alimentarias (Adams, Royal, Suchard, Quaker), de caucho (Firestone), eléctricas (Eveready, Osram, Philco) y textiles (Ducilo, Sudamtex). Las primeras grandes empresas argentinas comienzan a cobrar importancia, como Di Tella, que fabricará electrodomésticos y automóviles.
El pacto Roca-Runciman fue denunciado unilateralmente en 1936 por el Reino Unido; las tratativas para sostenerlo desembocaron en la firma de otro tratado, el Malbrán-Eden, que fijó fuertes aranceles a la importación de carnes argentinas en Gran Bretaña. Sin embargo, la defensa argentina de los intereses comerciales e industriales británicos continuó; ese mismo año una ley dio forma a la Corporación de Transportes, destinada a proteger los servicios ferroviarios y tranviarios en manos británicas de la competencia plantada por los colectivos.
En 1934 tuvieron lugar las primeras elecciones desde la asunción de Justo; el abstencionismo de los radicales favoreció al Partido Socialista, pero el fraude masivo aseguró que todas las provincias, salvo Santa Fe y San Juan quedasen en manos de la coalición gobernante.
Situación política
En 1935 el fin del exilio de Alvear, que volvió a ponerse al frente de la conducción radical, decidió el fin de la abstención revolucionaria; la decisión causó el retiro de FORJA de la UCR, y obligaría a la Concertación a apelar nuevamente al fraude para evitar la derrota en las urnas. El triunfo de Manuel Fresco en Buenos Aires fue visiblemente orquestado, y en Córdoba fue imposible evitar la elección del radical yrigoyenista Amadeo Sabattini pese a los sangrientos incidentes que jalonaron la votación. Santa Fe, en manos del demócrata progresista Luciano Molinas, fue intervenida.
En 1936 las movilizaciones obreras condujeron a que un congreso constituyera en su forma definitiva a la Confederación General del Trabajo. La nueva conducción, en apoyo a los trabajadores de la construcción, declaró el primer paro masivo en años. Ante la formación de piquetes que limitan la circulación pública y organizan mítines para movilizar a los indecisos, la policía recibió orden de intervenir y actuó con dureza. En Plaza Once, donde se produjo la principal concentración, las acciones se saldaron con muertos, heridos y más de 2000 detenidos. Los obreros de la construcción, en el centro de la disputa, se organizaron en la Federación Obrera de la Industria de la Construcción, afín al Partido Comunista. Un viejo proyecto de ley de Sánchez Sorondo se dio a trámite para obtener la ilegalización del PC, a la que de la Torre se opuso con fiereza. El 1 de mayo de 1936 la CGT convocó a un acto multitudinario, en el que por primera vez se reunieron todos los partidos de la oposición y el movimiento obrero. Ese mismo año la presión sindical obtuvo la sanción de la Ley 11.729 de contrato de trabajo para el sector servicios.
Ese mismo año, las divisiones en el seno del radicalismo se acentuaron por influjo del escándalo de la renovación de la concesión de la Compañía Hispano-Americana de Electricidad (CHADE), que había sobornado a los ediles para obtenerla, pese a haber sido objeto de numerosas críticas por el incumplimiento de las condiciones de concesión, el aumento explosivo de las tarifas y la deficiente o nula provisión de servicio en las áreas menos rentables.[7] FORJA denunció los hechos, y se suscitaron enconados debates acerca de los mismos, que contaron con la aprobación de Alvear. En incidentes relativos a ellos, el joven dirigente yrigoyenista Arturo Frondizi fue agredido a tiros.
Pese al desprestigio de Alvear, éste representaba el principal obstáculo a la continuación de la Concordancia. Junto con el santafesino Enrique Mosca recorrería el país en 1937, asegurando que ni siquiera el fraude podrá detenerlos. La Concordancia les opuso la candidatura del radical antipersonalista Roberto M. Ortiz y el conservador Ramón Castillo. En septiembre se realizaron las elecciones, en las que los incidentes con muertos y heridos, así como la intervención policial contra los fiscales de la oposición, fueron frecuentes; varias provincias estaban intervenidas, entre ellas Catamarca, al frente de la cual Justo había colocado al ultranacionalista y filonazi Gustavo Martínez Zuviría. Aún así, la victoria fue para los radicales en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja y Tucumán, pero las cruciales provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza quedaron en manos de la Concordancia, que finalmente consagró a Ortiz.
Gobierno de Ortiz
Roberto Ortiz intentó impulsar sin resultado reformas que permitieran restablecer un régimen democrático. En este aspecto no dudó en intervenir la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el célebre caudillo conservador Manuel Fresco, luego de las elecciones legislativas fraudulentas de febrero de 1940, impidiendo la asunción como gobernador de Buenos Aires de Alberto Barceló. Igual medida había adoptado al intervenir la Provincia de Catamarca luego de las elecciones de febrero de 1940, al denunciarse irregularidades electorales que beneficiaron a los conservadores.
Poco después de que asumiera como presidente, Ortiz enfermó seriamente de diabetes, enfermedad que luego lo dejaría completamente ciego. Producto de esto, debió solicitar licencia al frente del Poder Ejecutivo, asumiendo el cargo el vicepresidente de la República Argentina Ramón Castillo.
Durante este período estalló el denominado "escándalo de la venta de tierras del Palomar", consistente en la denuncia de una venta de tierras destinadas a la ampliación de la base militar ubicada en esa localidad de la Provincia de Buenos Aires por un intermediario, a precio sobrevaluado a fin de que los beneficios, una vez pagados los verdaderos propietarios, fueran repartidos entre funcionarios del Ministerio de Guerra. La suma había sido aprobada en el presupuesto del Ministerio de Guerra por el Congreso, previo pago de sumas de dinero a diputados radicales y al presidente de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Presupuesto. Esta denuncia fue fogoneada por el senador conservador, Benjamín Villafañe, y descubierta por el ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Manuel Fresco, quien actuaba movido por el rencor como consecuencia de la intervención decretada por Ortiz a su gobierno. La denuncia ponía en tela de juicio la política moralizadora de Ortiz, pues éste había firmado el decreto autorizando concretar la operación de compra de las tierras a petición del Ministro de Guerra, el general Carlos Márquez.
La Comisión investigadora estuvo presidida por Alfredo Palacios, quien determinó la participación de los diputados involucrados y solicitó la formación de un juicio político al Ministro de Guerra, evitando solicitar el enjuiciamiento a Ortiz, que de realizarse provocaría una grave situación institucional, ante la posibilidad real de un retroceso en la política de lucha contra el fraude iniciada por el Presidente.
Inesperadamente el Presidente Ortiz presentó su renuncia a la Presidencia de la Nación, el 22 de agosto de 1940, a modo de protesta por el voto del Senado al informe presentado por la Comisión Investigadora, cuestionando las sospechas del informe sobre su Ministro de Guerra, lo cual era considerado por Ortiz como un ataque a su persona. Esta decisión también fue una estrategia política destinada a desactivar el avance de la investigación parlamentaria, envalentonada por los legisladores conservadores más duros. La Asamblea Legislativa rechazó la renuncia del Presidente Ortiz, el 24 de agosto de ese año, por 170 votos contra uno, luego de una campaña de apoyo a su favor realizada por la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista y la Concordancia, quienes consideraron a Ortiz como inocente de la acusación de complicidad en este escándalo. Esta votación fue considerada por Ortiz como un "pronuciamiento nacional" a su favor, anunciando su voluntad de proceder a reasumir la presidencia cuando su salud mejorara,proyecto político que contaba con el apoyo de la Unión Cívica Radical, hasta entonces presidida por Marcelo Torcuato de Alvear, la cual había resultado favorecida con un gran número de bancas en el Congreso en las elecciones legislativas de 1940, gracias a la política moralizadora electoral impulsada por Ortiz.
El estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, determinó que la Argentina se declarara neutral en el conflicto. Sin embargo la lucha armada alcanzó las aguas del Río de la Plata, cuando en diciembre de 1939, el Acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee libró una batalla naval con buques británicos en las aguas del estuario. Acorralado y con el buque dañado, el capitán Hans Langsdorff ordenó el autohundimiento del buque mientras la tripulación fue internada en la Argentina, en medio de la conmoción de la opinión pública argentina y uruguaya, que se prolongó con el suicidio de Langsdorff en el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires. Una de las medidas más controvertidas de su mandato con relación al conflicto, fue la circular secreta antisemita firmada en 1938 por el canciller también radical José María Cantilo, que ordenó "a cónsules argentinos en Europa negar visados a 'indeseables o expulsados', en alusión a ciudadanos judíos de ese continente".
La salud del Presidente Ortiz empeoró progresivamente, quedando ciego completamente, por lo que presentó su renuncia definitiva al cargo de presidente 27 de junio de 1942. Falleció el 15 de julio de ese año, asumiendo la presidencia Ramón S. Castillo, quien dejaría de lado las políticas de Ortiz y afianzaría el retorno de los conservadores a los puestos políticos claves de la administración.
Gobierno de Castillo
Castillo continuó la política exterior de su predecesor, manteniendo la neutralidad argentina en la Segunda Guerra Mundial, una decisión motivada por las tendencias proaliadas y progermanas que dividían al Ejército y a toda la sociedad argentina. La necesidad de mantener el abastecimiento marítimo lo llevó a promover la creación de la Flota Mercante del Estado, que nutrió con la compra de barcos de potencias beligerantes anclados en puertos argentinos. Tomó otras medidas de similar corte nacionalista, como la revocación de la concesión del puerto de Rosario, en manos de un operador francés, la nacionalización de la británica Compañía Primitiva de Gas, la creación de la Dirección de Fabricaciones Militares y la apertura de los Altos Hornos Zapla. Llevó a cabo una política férreamente autoritaria, disponiendo de las carteras ministeriales con soltura y disolviendo el Concejo Deliberante de Buenos Aires ante las denuncias de corrupción en el mismo. Esta política también se reflejó en su política hacia las provincias opositoras, siendo el hecho de esta naturaleza más notorio, la intervención decretada al Colegio Electoral de la Provincia de Tucumán, en septiembre de 1942, a fin de evitar el triunfo de la candidatura del radical opositor Miguel Mario Campero. Lo inédito de esta decisión favoreció la dilación de la elección de autoridades provinciales para producir la caducidad legal del mandato de Miguel Critto y por lo tanto justificar la intervención definitiva de Tucumán (febrero de 1943).
Este retorno a las peores prácticas de amañamiento de la voluntad electoral y de práctica de la violencia como procedimiento común para solucionar conflictos, generó un precario equilibrio de poderes con el Ejército; en 1942 hubo dos intentos de «hacer algo», liderados por los partidarios del anciano general Agustín Pedro Justo. La oposición entre «aliadófilos», «neutralistas» y «germanófilos» eran cada vez más acentuadas. Castillo se mantuvo neutralista apoyado principalmente por el Ejército pero aislado de la Concordancia. El fallecimiento de Justo dio un respiro a Castillo, pero no pudo impedir que en las elecciones presidenciales de 1943 la Concordancia llevara una fórmula constituida por el conservador salteño Robustiano Patrón Costas (Partido Demócrata Nacional) y la Unión Cívica Radical Antipersonalista.

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EL PERONISMO Y EL MODELO DE INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES
La etapa peronista
En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la secretaría de Trabajo y Previsión, llevará adelante un política tendiente a mejorar la legislación laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo). El apoyo popular a Perón lo llevará al gobierno en las elecciones de 1946. Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón, que ejercerá el poder limitando el accionar de la oposición y censurando a la prensa, impulsará una política que combinaba el impulso de la industria, el empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón a través de la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica para los más pobres.
La Revolución del ´43
(Lectura recomendada Braden o Perón del libro Cuadernos para la otra historia de Norberto Galasso)
Con la Revolución del 4 de junio de 1943 se cierra la tristemente célebre DÉCADA INFAME, en la que el pueblo era sometido al hambre, la miseria, enfermedades sociales, el fraude y la corrupción.
Es derrocado el presidente Castillo por una Junta Militar integrada por los Generales Arturo Rawson, Pedro Ramírez y el Vicealmirante Saba H. Sueyro.
El Coronel Juan Domingo Perón es designado Jefe del Estado Mayor de la Primera División del Ejército. La Presidencia queda a cargo del General Arturo Rawson, quien renuncia el 6 de Junio y es reemplazado por el General Pedro P. Ramírez, siendo su Ministro de Guerra el General Edelmiro Farrell y su Jefe de Secretaría, el Coronel Juan Domingo Perón.
Decía el General Ramírez: "Haremos panamericanismo práctico y con el resto del mundo, nuestra política, al presente es de neutralidad, pero no ficticia, sino leal, sincera. Esta Revolución no tendrá el giro que tuvo la del 6 de Septiembre, cumpliremos lo prometido. Por ahora nuestro propósito es sanear, sanear y sanear, después el pueblo y el tiempo dirán lo que debe hacerse".
Y, a pesar que diferentes posiciones se debatían dentro del gobierno, fue el pueblo y sus organizaciones que tendrían un papel relevante en los acontecimientos que se irían desencadenando y un conductor se asomaba así a la historia a partir de su designación como Presidente del Departamento Nacional del Trabajo primero y como Secretario de Trabajo y Previsión, después.
Comenzaba a cambiar la historia, iniciando la era de la política social argentina, el peronismo surgirá de este movimiento de origen militar que tenía raigambre nacional, que evitó la asunción como Presidente de Robustiano Patrón Costas, en un arreglo de los falsos demócratas con la Cámara de Comercio Británica.
Los que opinan que este fue un mero golpe de estado y lo igualan con el del 30 se equivocan. Los acontecimientos del 43 representaron una Revolución auténtica, pues significó en lo interno un verdadero cambio en la estructura anterior que estaba instalada en nuestro país desde su mismo origen, enmarcado en la dominación británica en lo cultural, político y económico y como ya mencionamos, utilizando el fraude y el negociado como instrumento de supervivencia de un cruel sistema, del ESTATUTO LEGAL DEL COLONIAJE, en el decir de don Arturo Jauretche. En lo internacional, la bandera de la neutralidad, la concepción de una América Latina integrada y una nueva mirada del mundo desde lo nacional y con la ideología que surge de las necesidades y realidades de los pueblos sometidos y no de los sometedores.
Finalmente, este proceso desembocó en una de las elecciones más limpias de nuestra historia hasta ese momento, y de él surgiría el movimiento nacional y popular más importante de la América Latina: el Justicialismo.
LA PROCLAMA del 4 de junio de 1943
Al pueblo de la República Argentina:
Las Fuerzas Armadas de la Nación, fieles y celosas guardianas del honor y tradiciones de la patria, como asimismo del bienestar, los derechos y libertades del pueblo argentino, han venido observando silenciosa, pero muy atentamente las actividades y el desempeño de las autoridades superiores de la Nación.
Ha sido ingrata y dolorosa la comprobación. Se han defraudado las esperanzas de los argentinos, adoptando como sistema le venalidad, el fraude, el peculado y la corrupción.
Se ha llevado al pueblo al escepticismo y a la postración moral, desvinculándolo de la cosa pública, explotada en beneficio de siniestros personajes movidos por la más vil de las pasiones.
Dichas fuerzas, conscientes de la responsabilidad que asumen ante la historia y ante su pueblo cuyo clamor ha llegado hasta los cuarteles– deciden cumplir con el deber de esta hora: que les impone Salir en defensa de los sagrados intereses de /a Patria.
La defensa de tales intereses impondrá la abnegación de muchos, porque no hay Gloria sin sacrificio.
Propugnamos la honradez administrativa, la unión de todos los argentinos, el castigo de los culpables y la restitución al Estado de todos los bienes mal habidos.
Sostenemos nuestras instituciones y nuestras leyes, persuadidos de que no son ellas, sino los hombres quienes han delinquido en su aplicación.
Anhelamos firmemente la unidad del pueblo argentino, porque el Ejército de la patria, que es el pueblo mismo, luchará por la solución de sus problemas y la restitución de derechos y garantías conculcados.
Lucharemos por mantener una real e integral soberanía de la Nación; por cumplir firmemente el mandato imperativo de su tradición histórica; por hacer efectiva una absoluta, verdadera y leal unión y colaboración americana y cumplimiento de los pactos y compromisos internacionales.
Declaramos que cada uno de los militares, llevado por las circunstancias a la función pública, se compromete bajo su honor:
- A trabajar honrada e incansablemente en la defensa del honor, del bienestar, de la libertad, de los derechos y de los intereses de los argentinos;
- A renunciar a todo pago o emolumento que no sea el que por su jerarquía y grado le corresponde en el Ejército;
- A ser inflexibles en el desempeño de la función pública, asegurando la equidad y la justicia de los procedimientos;
- A reprimir de la manera más enérgica, entregando a la justicia no sólo al que cometa un acto doloso en perjuicio del Estado, sino también a todo el que, directa o indirectamente, se preste a ello;
- A aceptar la carga pública con desinterés y obrar en ella sólo inspirados en el bien y la prosperidad de la patria.
Gobierno de Rawson
Arturo Rawson tuvo un paso fugaz por la presidencia de la Nación, luego de la Revolución.
El 4 de junio de 1943, el General de División Pedro Pablo Ramírez, perteneciente al GOU, le comunica al Presidente Castillo que sería reemplazado por Arturo Rawson, asumiendo al otro día y nombrando un gabinete proclive a los conservadores lo que ocasionó grandes enojos de los militares revolucionarios.
El 7 de junio le comunican que no contaba con apoyo del ejército razón por la cual debió renunciar. La renuncia fue presentada al General Ramírez, gesto con el que Rawson reconocía la verdadera Jefatura del movimiento.
Gobierno de Ramírez
Ramírez gobernó sólo siete meses. Designó como Ministro de Relaciones Exteriores al Contralmirante Segundo Storni un nacionalista moderado aliadófilo, partidario de que la Argentina le declarara la guerra al Eje. Sin embargo, pocos meses después, la publicación por parte de la embajada de Estados Unidos de una carta reservada de Storni pronunciándose a favor de la ruptura de relaciones con Alemania, generó un escándalo público que causó la renuncia de Storni y su reemplazo por Alberto Gilbert, hasta entonces a cargo del ministerio del Interior y partidario de mantener la neutralidad.
Las primeras medidas adoptadas por Ramírez tuvieron contenidos contradictorios pero en general estuvieron dirigidas a reprimir a los sectores sociales y políticos: disolución del Congreso Nacional, clausura de la CGT Nº2 donde se habían organizado los sindicatos comunistas y sanción de un régimen limitativo de la acción sindical, intervención de la Universidad Nacional del Litoral, disolución de Acción Argentina donde se organizaban los sectores belicistas. Estas medidas abrirían la confrontación con amplios sectores políticos y sociales, y en especial con el movimiento estudiantil.
Simultáneamente con estas medidas el gobierno de Ramírez ordenó la rebaja de alquileres, que tuvo un efecto positivo entre los trabajadores y los arrendatarios rurales, y la creación de una Comisión Investigadora del escándalo de la CADE, que tenía como misión profundizar la lucha contra la corrupción.
Pocos días después de asumir dejó de emplear el rótulo provisional en la descripción pública del gobierno, desengañando así a la mayoría de los partidos políticos que habían saludado el golpe como la antesala de un retorno al orden democrático interrumpido durante la Década Infame (1930-1943). Declaró públicamente que la tarea de su gobierno era "renovar el espíritu nacional y la conciencia patria" y "dar contenido ideológico argentino al país entero".
Política educativa y cultural
En el plano cultural, el gobierno de Ramírez encomendó la educación al sector nacionalista caracterizado por su ideología católica-hispanista, opuesto al laicisimo adoptado por el Estado argentino desde la Constitución de 1853. Nombró inicialmente al ultraderechista Jordán Bruno Genta como interventor de la Universidad Nacional del Litoral, y a fin de año al católico nacionalista Gustavo Martínez Zuviría, como Ministro de Educación. El movimiento estudiantil dirigido por la Federación Universitaria Argentina se opuso frontalmente al gobierno.
Disolvió la Federación Universitaria y los partidos políticos, reintrodujo la enseñanza religiosa optativa en las escuelas, e implantó una severa censura en la prensa, prohibiendo, entre otros medios, la estadounidense TIME (el 29 de noviembre de 1943), que había criticado duramente la neutralidad argentina en la Segunda Guerra. El 14 de octubre estableció la veda radiofónica del lunfardo, por considerarlo de origen criminal y moralmente repugnante. Debido a ello las letras de algunos tangos debieron modificarse para su transmisión pública. Bajo su auspicio se creó también la Policía Federal Argentina.
Política de industrialización
El 10 de agosto de 1943 Ramírez decretó la constitución de la primera sociedad mixta industrial, prevista en la ley que estableció la Dirección General de Fabricaciones Militares bajo el gobierno de Castillo. Industrias Químicas Nacionales se fundó para la explotación de las minas de azufre en la provincia de Salta. Se creó el Fondo de Crédito Industrial, que proporcionaba financiamiento barato a largo plazo para el sector industrial.
Farrel y Perón. Caída de Ramírez
Fue durante la etapa final de su gobierno que comenzó a emerger la figura del entonces Coronel Juan Perón, quien había establecido una alianza precaria con los sindicatos, principalmente los socialistas, para hacerse cargo del irrelevante Departamento de Trabajo, transformarlo en Secretaría de Trabajo y Previsión e impulsar desde allí un programa de reformas laborales de acuerdo a las reivindicaciones sindicales tradicionales. Simultáneamente, en octubre de 1943, el general Edelmiro Farrell fue designado vicepresidente de la República, reteniendo también el Ministerio de Guerra.
El 26 de enero de 1944, Ramírez presionado rompió relaciones con Alemania y Japón. La abrupta decisión se debió esencialmente a la ya insostenible presión de Estados Unidos. La decisión provocó una fractura entre los distintos sectores nacionalistas llevando a la renuncia del Ministro Martínez Zuviría, representante del ala más derechista que manifestó públicamente su descontento.
Creyéndose fuerte, Ramírez, enterado de que se tramaba destituirlo, decidió exigirle a Farrell su alejamiento del Ministerio de Guerra. Farrell pareció aceptar la orden, pero organizó una asamblea del GOU, la última, en la que se decidió disolver el grupo y exigirle la renuncia a Ramírez. El 24 de febrero Ramírez "delegó el cargo" interinamente en el General Edelmiro Farrell y el 9 de marzo renunció, para retirarse de la vida pública.
Falleció en Buenos Aires en 1962.
Gobierno de Farrell
En 1943 participó en el golpe de estado llamado Revolución del 43 desempeñando los cargos de Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación durante la dictadura del general Pedro Pablo Ramírez hasta que éste fue removido, fecha en que asumió por delegación (de facto) del cargo como Presidente de la Nación. Ejerció el cargo de forma interina desde el 25 de febrero de 1944, y definitivamente por renuncia de Ramírez, desde el 9 de marzo de ese año hasta el 4 de junio de 1946.
En 1945, en el mes de julio, Farrell anunció que se llevarían a cabo elecciones presidenciales, en las que fue electo democráticamente como nuevo jefe de estado Juan Domingo Perón, el 24 de febrero del año siguiente.
Obra de Gobierno
Entre las medidas de gobierno más importantes realizadas durante el período en que ejerció el poder se destacan:
Ø  La declaración de guerra a Alemania y Japón.
Ø  La creación de la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia.
Ø  La firma por Argentina del Acta de Chapultepec.
Ø  Sanción del estatuto de los partidos políticos.
Ø  Sanción del Estatuto del Peón.
Ø  Sanción del decreto-ley 33.302/45 estableciendo el aguinaldo.
Ø  Sanción del decreto-ley 1740/45 fijando el régimen de vacaciones para los obreros industriales.
Ø  Creación de la Justicia Nacional del Trabajo.
Ø  Autorización de apertura de casas o locales donde se ejerciera la prostitución.
El 17 de octubre de 1945
Por Norberto Galasso (“Cuadernos para la otra historia”)
Primera semana de octubre del '45, día a día
Durante los primeros días de octubre se agrava la tensión política. El día 5 se decreta la clausura de la Universidad y fuerzas policiales desalojan violentamente a los estudiantes de los centros de estudio, produciéndose más de dos mil detenciones. En las refriegas entre estudiantes y grupos de la Alianza Libertadora Nacionalista, muere un joven reformista: Aarón Salmún Feijoó. Por su parte, la Secretaría de Trabajo continúa con sus medidas avanzadas: la sanción del laudo gastronómico -prohibiéndose la propina por razones de dignidad- implica no sólo un aumento salarial sino la intervención de los delegados gremiales en la información contable de los restaurantes.
La embajada norteamericana -el 2 de octubre- comunica al Departamento de Estado que es "necesario llegar hasta las últimas consecuencias", si bien conviene evitar "medidas coercitivas si éstas pueden ser reemplazadas, con éxito por la paciencia", quedando aquellas "como última instancia para cuando quede demostrado que la tendencia actual del pueblo argentino a resolver el problema por su cuenta haya fracasado en alcanzar sus objetivos" 1. Mientras, en Campo de Mayo, algunos altos oficiales, tomando como excusa las relaciones sentimentales de Perón con la actriz Eva Duarte, descargan su animadversión contra él, originadas, en muchos casos, en la declaración de Guerra a Alemania. Precisamente, en esos días, circula la versión de que la designación de Oscar Nicolini- el 5 de octubre, como Director de Correos y Telecomunicaciones- obedece a la presión de Eva Duarte. Esta cuestión opera como detonante en algunos sectores militares, hondamente trabajados ya por la gran prensa, así como por la campaña desarrollada por Braden. Incluso oficiales de alta graduación, de Campo de Mayo, filiados al nacionalismo –hasta ese momento, coincidentes con el coronel Perón- manifiestan su desagrado.
 7 de octubre
El General Avalos visita a Perón para informarle que el nombramiento de Nicolini ha caído muy mal en Campo de Mayo y que debería ocuparse de que esa designación quede sin efecto. El coronel le contesta que está cansado de imposiciones y que está dispuesto a renunciar.
 8 de octubre
Perón cita a jefes militares a su despacho y les informa acerca del planteo que le han hecho el día anterior: "...De un tiempo a esta parte vengo observando que Campo de Mayo llega hasta el Ministerio con verdaderas imposiciones... Primero, impusieron el alejamiento del interventor de la provincia de Buenos aires (Bramuglia), luego, la eliminación de la subsecretaría de Informaciones y Prensa y también se realizó. Ahora exigen la renuncia del señor Nicolini, nombrado por el Presidente de la Nación, a propuesta del ministro del Interior. Yo no estoy dispuesto a intervenir para que renuncie, prefiero irme a mi casa"2. La conversación deviene en altercado por lo cual el Gral. Avalos propone asumir la representación de Campo de Mayo y mantener un encuentro privado con Perón. Producido éste, Avalos le informa al coronel que para resolver el diferendo, presentará el retiro y que no hará nada que perturbe la tranquilidad del país. Disuelta la reunión, Perón informa lo sucedido al presidente Farrell. Pero en la noche se efectúa una nueva reunión en Campo de Mayo y allí se produce el amotinamiento. La mayoría de oficiales designa al Gral. Avalos para que a la mañana siguiente entreviste al presidente y le exija la renuncia de Perón a todos sus cargos.
 9 de octubre
En la mañana, Avalos cumple su misión. Farrell lo escucha y deciden de común acuerdo una visita a Campo de Mayo para conversar con los jefes sublevados. En el Ministerio de Guerra, Perón recibe la propuesta de varios jefes adictos para reprimir a los amotinados, pero se niega – por ahora- pues ésa es una decisión del presidente. Se disponen aprestos en varias guarniciones para el caso de que Farrell decida reprimir.
En Campo de Mayo, Farrell intenta disuadir a los jefes más exaltados, pero no lo consigue. La guarnición mantiene sus exigencias, por lo cual el presidente concluye por ceder. A las 17 y 30 horas, los generales Von der Becke y Pistarini entrevistan a Perón, en el ministerio de Guerra, para informarle que Farrell considera conveniente su renuncia. Perón recuerda: "Entonces, llamé a mi ayudante de campo y le dije- Al Jefe de operaciones, que detenga todo movimiento de tropas y que retornen a sus cuarteles, tráigame papel para escribir mi renuncia... El Gral. Pistarini me dijo que era mejor que dijera que renunciaba por el llamado a elecciones que se había decidido ya, que me retiraba para actuar desde fuera del gobierno. Le contesté: mi General, no interesa la causa más que a mí. Y escribí: Excelentísimo señor presidente de la Nación: renuncio a los cargos de vicepresidente, ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión con que vuestra excelencia se ha servido honrarme" y firmé. La entregué al Gral. Pistarini y le dije: Se la entrego manuscrita para que vean que no me ha temblado el pulso al escribirla. Se había cerrado un capítulo de mi vida. Di gracias a Dios por haberme permitido hacerlo sin sacrificar una sola vida en holocausto de la irreflexión o el apasionamiento"3. Al mismo tiempo, por documento aparte, el coronel solicita el retiro de la institución. "Al faltarme el apoyo militar, decidí retirarme"4.
En esa tarde, el gran estanciero y dirigente conservador don Antonio Santamarina, visita al Secretario General de Partido Comunista -Victorio Codovilla- en la Penitenciaría, informando, a la salida, a los periodistas del penal: "Le he dicho a Codovilla que de un momento a otro ha de producirse el estallido que aguardamos. Estamos apurados por obtener su libertad porque él puede orientarnos"5.
En la noche, el ministro del Interior -Dr. Quijano- comunica que el gobierno ha resuelto convocar a elecciones generales para el mes de abril de 1946 y que el coronel Perón ha renunciado a todos sus cargos, pues se había comprometido a dejar sus funciones a partir del momento en que se produjese la convocatoria electoral. Conjuntamente con este comunicado en el que se intenta disfrazar la verdad de lo ocurrido, las radios informan que han renunciado dos jefes militares adictos a Perón -los coroneles Filomeno Velazo y Domingo Molina- a la jefatura y subjefatura de la Policía Federal.
Esa misma noche, Perón permanece en su departamento de la calle Posadas en compañía de Evita, Mercante y algunos oficiales que se acercan a pedir información y a brindarle su solidaridad. "Todo esto es cosa del tanito de Villa María (Amadeo Sabattini) -señala el coronel-. Lo ha enloquecido a Avalos. Le prometió la vicepresidencia y ese irresponsable ha jugado el destino de la revolución"6. Además, le señala a Roberto Pettinato: "No haga nada. Ha terminado todo, por el momento. Ahora, hay que esperar el curso de los acontecimientos."7 A la misma hora, a pocos kilómetros de allí –en el campo de deportes del Sindicato de Cerveceros, en Quilmes- se lleva a cabo una reunión de dirigentes y militantes sindicales. Son alrededor de 70. De esa reunión, sale la designación de varios gremialistas- entre otros, Luis Gay, Alcides Montiel, Ramón Tejada y Juan Pérez- para que visiten al coronel, a la mañana siguiente y se informen de lo ocurrido, para trazar la táctica adecuada.
 10 de octubre de 1945
Al mediodía, el grupo sindical entrevista a Perón, en su departamento. Allí se decide la realización de una concentración frente a la Secretaría de Trabajo y Previsión para que Perón se dirija a los trabajadores, al abandonar el cargo. Se ignora quién propuso ese acto, que habría de alcanzar suma importancia en el antagonismo vivido durante esos días. ¿Fue una propuesta de los delegados obreros a Perón, según el recuerdo de Gay?8. O, por el contrario, ¿fue una sugerencia de Perón que los delegados asumieron con entusiasmo? Difícil saberlo, pero lo cierto es que el acto se realiza en condiciones muy particulares: a) se convoca para el mismo día, no dando tiempo al enemigo para orquestar su respuesta; b) se obtiene, a través de una gestión realizada por Mercante, la transmisión por la red oficial de radios, lo cual indicaría cierta complicidad del presidente Farrell.
En la tarde, alrededor de 70.000 trabajadores se nuclean en torno a la Secretaría de Trabajo, desde donde habla el coronel, por altoparlantes y en conexión con la radio oficial. En su discurso, Perón anuncia que deja dos decretos firmados, a favor de los trabajadores. Uno de ellos, establece un nuevo régimen de asociaciones profesionales- otorgándoles autonomía, entre otros derechos- y el otro, un aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y participación en las ganancias. Sostiene, además: "Deseo manifestar, una vez más, la firmeza de mi fe en una democracia perfecta. Dentro de esa fe democrática, fijamos nuestra posición incorruptible e indomable frente a la oligarquía. Pensamos que los trabajadores deben confiar en sí mismos... No se vence con violencia, se vence con inteligencia y organización. Por ello, les pido que conserven una calma absoluta y cumplan con lo que es nuestro lema de siempre: del trabajo a casa y de casa al trabajo... Tranquilidad y calma es lo que necesitamos para seguir invencibles. Y si un día fuese necesario, he de formar en sus filas para obtener lo que sea justo. Mientras tanto, que sea la calma y la tranquilidad lo que guíe los actos de los obreros para que no se perjudique esta magnífica jornada de justicia social. Pido orden para que sigamos adelante nuestra marcha triunfal, pero si es necesario, algún día pediré guerra"9.
El discurso provoca fuerte irritación. Algunos jefes militares se sienten engañados por Farrell y Perón y exigen la remoción del presidente. Otros, como el mayor Desiderio Fernández Suárez-once años después responsable de la masacre de José León Suárez- reacciona con más furia y parado sobre una mesa del círculo Militar proclama: Hay que matar a Perón10. También el General Manuel A. Mora, en la Escuela Superior de Guerra, juzga necesario "organizar un plan de asesinato"11.
Esa noche, Perón vuelve a reunirse en la calle Posadas, con oficiales de su confianza. El coronel Juan Giordano recuerda que Perón le dijo que si los obreros salían a la calle podía desencadenarse una guerra civil. "¿Qué hacemos para evitarlo? le pregunté. Perón nos dio la siguiente directiva: -Pónganse de acuerdo con jefes y oficiales de la causa, para que las unidades militares de la Capital reciban a los obreros que salgan a la calle y coordinen con ellos la forma de operar. El resto de las tropas de San Martín y El Palomar deben evitar que Campo de Mayo marche hacia la Capital12.
"La Razón" informa, esa misma noche: "Al conocerse la noticia de la renuncia de Perón, suben las acciones de los ferrocarriles en la Bolsa de Londres. También suben en Nueva York otros valores colocados en la Argentina"13.
 11 de octubre de 1945
En la mañana del jueves, ya está en Buenos Aires el Dr. Amadeo Sabattini, caudillo de la Intransigencia Nacional del Radicalismo, de Córdoba, quien viene a entrevistarse con el Gral. Avalos. Arturo Jauretche intenta convencerlo de que asuma el gobierno: "Yo sé que Avalos le entregaría el gobierno a usted. Si se lo ofrece, tómelo. Y llévelo a Perón con usted. Sáquelo a flote. Y aún, si el Ejército quiere enterrarlo, hágale un entierro de seis caballos. Pero no se ponga en contra de este hombre que representa un nuevo espíritu. Concilie ese nuevo espíritu con el viejo del radicalismo intransigente y va a salir adelante... Que hable por radio un hombre que represente al radicalismo, por ejemplo, Elpidio González. Que diga que el Ejército ha resuelto que ningún militar puede ser candidato. De ese modo, usted, desde arriba, hará el proceso que Perón quería hacer. Es la última oportunidad que tal vez le da a usted la Historia, personalmente. Y la oportunidad tiene una sola trenza"14. Sabattini aprueba la propuesta, en principio, pero luego conversa con dos miembros del Comité Nacional y finalmente, le contesta a Jauretche: -El Comité Nacional ha resuelto que se debe entregar el poder a la Corte y... yo acato esa resolución"15. Jauretche le responde: -Sepa, Dr. Sabattini, que la oportunidad ha pasado al lado suyo y usted no la agarró por la única trenza que tiene. Ya no hay otra alternativa para el país que Perón o la oligarquía. Nosotros, nos vamos con Perón. No le extrañe que el pueblo haga lo mismo... Hemos jugado a la vieja política la última carta que era usted. Y usted no ha entendido. Usted está terminado políticamente y me despido con dolor porque nunca más lo volveré a ver16.
Ese día, Perón le comunica al Gral. Avalos, ahora ministro de Guerra, que "a fin de esperar mi retiro, he solicitado licencia y desde la fecha me encuentro en la estancia del Dr. Subiza", en San Nicolás17. Sin embargo, junto con Eva, se traslada a la localidad de Florida, a la casa de Elisa Duarte.
 12 de octubre
En la mañana, Perón y Eva se trasladan a una isla del Tigre, a una casa que les ha ofrecido Rodolfo Freude, hijo de un poderoso empresario alemán. Mercante lo despide y luego marcha a una reunión con veinte dirigentes gremiales... "Fue el primer intento- señala Félix Luna- de organizar alguna reacción a favor de Perón"18.
"Aluvión zoológico"
La creencia popular es que aluvión zoológico fue la forma despectiva con que la oligarquía calificó a las masas populares que se volcaron a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945. La realidad es más terrible y patética: el dicho salió de la boca del diputado radical Ernesto Sanmartino, el 23 de mayo de 1946, quien usó la imagen para referirse a al bloque de legisladores peronistas, donde había muchísimos obreros que irrumpieron imprevistamente en la escena política, como parte de la nueva mayoría popular en la Cámara de Diputados, históricamente habitada por la élite y la oligarquía, con escasísimas excepciones.
Por su parte, los opositores al gobierno militar-y en especial, a Perón- movilizan sus fuerzas. Ya el día 11, se han concentrado diversos grupos civiles frente al Círculo Militar donde se discute la salida a la crisis. Pero este viernes 12 de octubre, afluye más gente, que se asienta en Plaza San Martín. En el interior del Círculo, altos jefes militares intercambian ideas con políticos de diversos partidos (desde los socialistas Alfredo Palacios, Américo Ghioldi y Carlos Sánchez Viamonte hasta conservadores como José María Paz Anchorena, Adolfo Bioy y Bernardo Houssay pasando por radicales como José María Cantilo y Ernesto Sanmartino) Afuera: "un público selecto -según "La Prensa"- formado por señoras y niñas de nuestra sociedad y caballeros de figuración social, política y universitaria, jóvenes estudiantes que lucían escarapelas con los colores nacionales, trabajadores que querían asociarse a la demostración colectiva a favor del retorno a la normalidad"19. Armando Cascella describe de este modo ese llamado"picnic oligárquico": "Fiesta campestre, con señoras y señoritas de la clase ‘bien’, sentadas en las capotas de sus lujosos automóviles, o en rueda sobre el verde césped de ese aristocrático paseo, en amable y entusiasta tertulia ‘democrática’ mientras los mozos del Plaza Hotel y de otras proveedurías vecinas, ayudados por jóvenes galantes, iban y venían presurosos, con las bandejas cargadas de copetines, de botellas de champagne y suculentos sándwiches de pollo, de pechuga de pavita y de caviar’"20.
Un dirigente stalinista -Rodolfo Aráoz Alfaro- recuerda aquella escena: "En el Círculo se sucedían las reuniones... Nosotros, en la plaza, pronunciábamos discursos, exigiendo la rendición incondicional del gobierno... Las consignas eran de furiosa oposición al conjunto de las Fuerzas Armadas, con lo que contribuíamos a unificarlas contra nosotros"21. Desde los balcones del Círculo, el almirante Vernengo Lima intenta persuadir a los manifestantes que reclaman "el Gobierno a la Corte": "Si bien la Corte Suprema de Justicia es una tabla de salvación para el país, éste tienen instituciones armadas y el pueblo tiene la obligación de respetarlas"22. Pero desde los verdes canteros rugen gritos de desaprobación: ¡Militares no! ¡El gobierno a la Corte! ¡Militares al cuartel!. El almirante insiste: -El país debe confiar en que el Ejército y la Armada honestamente le propicien un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo". Se renuevan los abucheos: ‘Son todos iguales’... ’Está mintiendo’... El Almirante se indigna: Usted no tiene derecho a dudar de la palabra del Almirante Berengo Lima... Desde la plaza, gritan: ‘Habla como Perón’... Ante semejante comparación, el Almirante hierve de ira y rechaza lo que considera una afrenta: ¡Yo no soy Perón!...El griterío le dificulta continuar la exposición, pero alcanza informar que "Todos los culpables de este estado de cosas serán castigados, comenzando por Perón..."23. "Durante más de diez horas -recuerda Juan José Real- esta concentración de apellidos ilustres, de jóvenes universitarios y de militantes comunistas, reclamó la entrega del poder al alto tribunal y se desgañitó cantando un estribillo con música de la marcha radical: "Adelante, ciudadanos/ Adelante, sin cesar/ No queremos dictadura/ ni gobierno militar"24. María Rosa Oliver testimonia: "...Los comunistas, al contrario de los anarquistas, inflexibles y líricos, se habían unido para ganar la guerra a todos los que perseguían el mismo fin (a esto se llamó ‘browderismo’, en Estados Unidos), lanzando la consigna ‘vencer al fascismo’.
Por serles fieles, no tuvimos reparos en aceptar el apoyo abierto del nuevo embajador norteamericano Spruille Braden. Ese día estuve puntual, a las 9 de la mañana, en plaza San Martín... Desde donde estoy no llego a oír lo que en sus arengas dicen el radical, el conservador, el comunista, el socialista y el demócrata progresista. A todos los aplauden por igual. Terminado el aplauso, un solo clamor: Gobierno a la Corte... Me acerco a Jerónimo Arnedo Álvarez (uno de los principales dirigentes del Partido Comunista) y le pregunto si este es el pueblo con que contamos. Me asegura que los obreros empezarán a llegar después de las cuatro. Alentada, decido esperar... No me cabe duda: los asistentes a este acto pertenecemos a una clase social definida... Pasadas las cuatro.. miro y miro sin ver llegar lo que espero. Gente nueva afluye a la plaza, pero no es obrera."25
Esa misma tarde, Farrell, después de conversar con Vernengo Lima, decide la detención de Perón argumentando que se tata de una medida de seguridad pues su vida corre peligro. Sin embargo la decisión consiste en llevarlo preso a un buque de la Armada, lo cual podría indicar que la decisión le ha sido impuesta por el Almirante.
Poco después, el Jefe de Policía coronel Mittelbach se dirige a Tres Bocas, en el Tigre, para apresar a Perón. Mientras, esa noche, la policía dispersa a los manifestantes de Plaza San Martín, produciéndose graves enfrentamientos, de los cuales resulta muerto un médico, militante de los grupos opositores al gobierno.
 13 de octubre
A la una de la madrugada, en el Tigre, Mittelbach le comunica a Perón que tiene orden de trasladarlo a un buque de guerra. Perón se niega a acompañarlo argumentando que no quiere ser sacado de su jurisdicción y solicita que se comuniquen con Farrell para modificar la orden, al tiempo que él se traslada a su departamento de la calle Posadas, donde esperará novedades. Alrededor de las dos y media del sábado 13, el subjefe de policía -mayor D’Andrea- se presenta en dicho departamento y se traslada, con Perón, en carácter de detenido, a la cañonera "Independencia", para tomar rumbo hacia la isla Martín García. Mercante los acompaña y recuerda la despedida: "Perón susurró unas palabras recomendándome a Eva y luego, suelto y natural, subió la pasarela. Me quedé mirándolo desde abajo. De pronto advertí que el marinerito que montaba guardia a mi lado, estaba llorando. Por su rostro morocho corrían las lágrimas silenciosamente. ¡Entonces sentí una enorme tranquilidad y supe con claridad total que íbamos a ganar la partida!26. Lo sucedido indicaría que el Gral. Farrell ha cedido frente a la presión del Almirante Vernengo Lima y del Gral. Avalos. Ambos jefes se reparten transitoriamente las carteras del gabinete, mientras el presidente encomienda al D. Juan Alvarez -hombre de la judicatura- la reorganización ministerial.
"Crítica" titula : "Perón ya no constituye un peligro para el país"27 28.
En la noche del 13 de octubre, el profesor Juan Fentanes, nuevo secretario de Trabajo y Previsión, se dirige a los obreros por radiofonía intentando disipar inquietudes acerca de la pérdida de conquistas sociales, aunque manifestando su convicción de que el Estado no debe cumplir papel relevante en los conflictos laborales "pues obreros y patrones deben resolver directamente sus problemas"29. Entre sus primeras medidas, se informa que se ha declarado feriado "no pago" al día 12 de octubre.
En la tarde de ese mismo día, Perón le escribe una carta al presidente Farrell manifestándole la injusticia de que es objeto, especialmente porque "si me encuentro detenido a disposición del Poder Ejecutivo, creo tener los derechos elementales que me acuerda la ley". Señala, asimismo, que no sabe de qué se lo acusa y que "hubiese preferido ser fusilado por cuatro viejos montañeses y no pasar por lo que estoy pasando", en jurisdicción militar y peor aún, bajo la custodia de los hombres de la Armada. Además, le solicita a Farrell que acelere su trámite de retiro del Ejército. También le escribe a Eva, carta que lamentablemente no se ha encontrado hasta ahora. Una tercera carta va dirigida a Mercante : "... Me hace mucha gracia que algunos creyeran que yo me iba a escapar. Son unos angelitos pues si lo hubiera querido hacer, tenía diez embajadas con amigos que me hubieran acogido con los brazos abiertos. Ellos olvidan que yo soy un soldado de verdad y que si no hubiera querido entregarme, hubiera sido otro el procedimiento que habría seguido. Con todo, estoy contento de no haber hecho matar un solo hombre por mí y de haber evitado toda violencia. Ahora, he perdido toda posibilidad de seguir evitándolo y tengo mis grandes temores que se produzca allí algo grave... Le encargo mucho a Evita, porque la pobrecita tiene sus nervios rotos y me preocupa su salud. En cuanto me den el retiro, me caso y me voy al diablo. Saludo a todos los amigos y en especial al "peronismo"... Querido amigo. Usted es de los excelsos, por eso vivirá amargado pero con una conciencia feliz. La conciencia es la madre del alma, por eso nos adormece con una canción de cuna cuando está pura y limpia"30.
Con respecto a esta declaración de "me caso y me voy al diablo", algunos suponen que fue un momento de agotamiento y de hastío por parte del coronel. Otros, como Fermín Chávez, sostienen que se trata de una maniobra para confundir al enemigo, en conocimiento de que todas sus cartas serían leídas por sus carceleros antes de ser remitidas.
 14 de octubre
"La Epoca" informa que el planteo de los dirigentes políticos de entregar "el gobierno a la Corte" significaría la asunción, como presidente, del Dr. Roberto Repetto, "gran amigo de Robustiano Patrón Costas y de otros fuertes empresarios azucareros del Norte"31. Transcribe, asimismo, una declaración del Comité Centro y Constitución del Partido Comunista: "Por la entrega del poder a la Suprema Corte y un ministerio de conciliación nacional. Pueblo de la Capital: las bandas nazifascistas juntamente con su policía gestapista y con la complicidad del Gral. Avalos, han ametrallado a mansalva al pueblo de Buenos Aires congregado en la Plaza San Martín, en el día de ayer. Numerosos muertos y heridos constituyen el saldo de esta vandálica represión -sin precedentes en la historia argentina- contra toda la ciudadanía que exige la entrega del Gobierno a la Suprema Corte y la constitución de un ministerio de Unidad Nacional, donde estén representados todos los partidos políticos antifascistas, el movimiento obrero independiente, el estudiantado y todos los sectores económicos y sociales, civiles y militares de la Nación que aspiran al retorno inmediato de la normalidad constitucional. No hay solución política actual a espaldas del pueblo. Pueblo argentino: No intimidarse. Salid a la calle y aplastad a los nazis y pistoleros peronianos"32.
Ese mismo día 14, el Gral. Avalos visita a Victorio Codovilla en el Departamento de Policía. Pocas horas antes de que el dirigente stalinista recuperase la libertad, Avalos mantuvo una larga plática con él, de la cual sólo trascendió esta información: "El dirigente comunista habría dicho: - Hemos cometido un error en no haber apoyado antes a este gobierno. Temo que ya sea tarde. Rodolfo Puiggros se refiere a esta entrevista y comenta que, por supuesto, "al decir este gobierno, Codovilla se refería al que representaba Avalos33, es decir, que para el secretario general del Partido Comunista los militares dejaban de ser nazifascistas por el mero hecho de haber detenido a Perón. A su vez, otro dirigente del mismo partido da fe de su vocación "democrática" visitando al otro gran enemigo de Perón, el jefe de la Armada: "Con un grupo de personas- recuerda Rodolfo Ghioldi- fuimos a ver al almirante Vernengo Lima al ministerio y me permití decirle: - Pero, ustedes van a ser derrocados pasado mañana; la policía está en las mismas manos, la policía no deja que los sindicatos hagan asambleas, persigue gente que quiere luchar y salir a la calle, les está metiendo palos y llevándola a los calabozos... Me dijo que estaba equivocado y como yo insistiese, se comprometió a comunicárselo al Gral. Avalos"34.

Mientras, en Martín García, Perón escribe dos cartas. La primera, al Gral. Avalos, donde afirma que "soy todavía un oficial superior del Ejército en actividad y desconozco el delito de que se me acusa... por lo cual solicito quiera servirse ordenar se realicen las diligencias del caso para esclarecer los hechos y de acuerdo a la ley, disponer en consecuencia mi procesamiento o proceder a resolver mi retorno a jurisdicción y libertad, si corresponde"35. La segunda es una nueva carta a Eva, caracterizada por las expresiones cariñosas hacia su compañera. En lo que atañe al aspecto político, afirma: "... Hoy he escrito a Farrell pidiéndole que me acelere el retiro, en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos... ¿ Qué me decís de Farrell y de Avalos? Dos sinvergüenzas con el amigo. Así es la vida...Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrell para ver si me dejan tranquilo y nos vamos al Chubut los dos....Trataré de ir a Buenos Aires por cualquier medio, de modo que puedes esperar tranquila y cuidarte mucho la salud. Si sale el retiro, nos casamos al día siguiente y si no sale, yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos esta situación de desamparo que tú tienes ahora...Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y se que el tiempo me dará la razón. Empezaré a escribir un libro sobre esto y lo publicaré cuanto antes, veremos entonces quien tiene razón ..."36.
Este proyecto de alejarse de la acción pública- aunque, al mismo tiempo, anuncia su decisión de escribir un libro para continuar la lucha- constituiría, según algunos ensayistas peronistas, un nuevo intento de despistar a quienes revisasen la correspondencia. Sin embargo, parece más razonable entenderlo como una actitud propia de quien se encuentra detenido, traicionado por sus camaradas de armas y cuando aún no se ha producido la reacción popular en su defensa.
A media tarde de ese día 14, llega a Martín García el capitán-médico Miguel Angel Mazza, quien desde hace años atiende la salud de Perón. Mazza le trae la siguiente información, que le envía el coronel Franklin Lucero: "Según Lucero, había que contar con tres generales: Sosa Molina, Solari y Urdapilleta. El Ejército del interior no podía estar con Campo de Mayo... La famosa Escuela de Guerra, termómetro de la reacción en el Ejército, estaba ahora dividida y se balanceaba a favor de Perón"37. Acerca de los obreros, Mazza le informa que "el mayor Estrada estaba en contacto con Alcides Montiel y que se trabajaba secretamente"38. Mazza y Perón conversan extensamente y convienen en plantear -tomando por base unas radiografías de años atrás- que el clima húmedo de la isla daña seriamente su salud, reclamándole a Farrell que disponga su traslado a la Capital.
 15 de octubre
El Dr. Mazza entrevista al presidente Farrell y le entrega su informe acerca del deterioro de la salud de Perón, "lo cual obliga imprescindible e impostergablemente a un examen clínico y de laboratorio en un ambiente hospitalario"39. Farrell asiente, en principio, a la solicitud, pero envía a Mazza para que formule la misma petición ante el ministro de Guerra, Gral. Avalos. El médico sabe que su argumento es un arma poderosa: las Fuerzas Armadas no pueden cargar con la responsabilidad, frente al pueblo, de que Perón enferme gravemente, con peligro de muerte, a causa de su detención, la cual, según los informes oficiales, procura protegerlo ante amenazas contra su vida. Horas después, ya en su consultorio, Mazza es citado por el Alte. Vernengo Lima quien opone reparos a lo que considera demasiada buena voluntad de Farrell. A la Armada le disgusta la posibilidad de flexibilizar el control sobre Perón y además, mantiene dudas acerca de la veracidad de la información médica. El traslado de Perón provoca diversas reuniones y tarda en definirse.
Mientras, el Dr. Juan Alvarez continúa parsimoniosamente sus gestiones dirigidas a constituir el nuevo gabinete. Los diarios recogen versiones de que se recurriría a viejos políticos conservadores, entre otros, Alberto Hueyo, Isidoro Ruiz Moreno, Jorge Figueroa Alcorta y Tomás Amadeo. Por su parte, la embajada norteamericana celebra la detención de Perón: "Perón está fuera del juego políticamente hablando, sin apoyo palpable en el Ejército y muy poco del sector gremial colaboracionista"40.
Pero la diplomacia norteamericana se equivoca. "El 15 de octubre se declara la huelga revolucionaria por tiempo indeterminado en todos los ingenios ", recuerda Luis René Villacorta, dirigente de la FOTIA41. Los trabajadores tucumanos del azúcar exigen, además, la reunión del Comité Central Confederal de la C.G.T. Asimismo, en Berisso, al impulso combativo de Cipriano Reyes, los trabajadores de la Carne comienzan a movilizarse y al atardecer recorren las calles de esa localidad a los gritos de ¡Viva Perón y la Secretaría de Trabajo!"42. "La Epoca" informa la irritación que cunde en la clase trabajadora, bajo el título, en pág. 2 : "Iniciaron los patrones su ataque a las conquistas sociales".La nota explica que dada la resolución del nuevo Secretario de Trabajo, los empleadores se niegan a abonar el feriado del 12 de octubre y que en algunas fábricas han aparecido carteles, colocados por la patronal en las puertas de acceso, con el siguiente texto: "El 12 de octubre vayan a cobrárselo a Perón"43. Esta actitud provoca incidentes en varias fábricas.
La cúpula de la Central Obrera, atemorizada por la presión que viene desde las bases, visita al Gral. Avalos para solicitarle garantías de que las conquistas sociales no serán derogadas44. También solicitan audiencia al presidente Farrell, para el día siguiente, a fin de asegurarse que sus reclamos serán escuchados y ante los reclamos del interior convocan al Comité Central Conferederal para el martes 16 de octubre, a las 18 horas, en Buenos Aires, organismo al cual proponen se declare una huelga general en todo el país.
En la noche del 16, "la policía disuelve una manifestación que daba vivas al coronel Perón en Florida y Corrientes, pleno centro porteño"45. En el Chaco se anuncia paro general... En Avellaneda y Rosario se producen manifestaciones con participación de miles de trabajadores... Paran los obreros ferroviarios de Junín...Huelga en el frigorífico Wilson, de Puente Alsina46.
 16 de octubre
En la mañana, los dirigentes de la CGT visitan al presidente Farrell, al cual participan de su preocupación por la salud del coronel Perón, así como que algunos gremios, en forma parcial, han salido a la calle reclamando por su libertad. También le expresan la preocupación reinante en la clase trabajadora ante las versiones de los diarios acerca del nuevo gabinete que estaría integrado por hombres del conservadorismo. El Gral. Avalos intenta tranquilizarlos manifestándole que Perón se halla "protegido" por el Gobierno y al mismo tiempo, emite un comunicado en el que "hacer saber a la población que el coronel Perón no se encuentra detenido"47. Perón, desde su cautiverio, le envía un mensaje a Avalos: "Comunico al señor Ministro que mientras la radio anuncia que no estoy detenido, hace cuatro días que me encuentro detenido e incomunicado y con dos centinelas de vista en la prisión de esta isla"48.
Un hombre de FORJA, Darío Alessandro, testimonia acerca de su encuentro, en esos días, con oficiales de Campo de Mayo que se encuentran replanteando su posición. La oficialidad, de posición nacionalista, ante los rumores de que regresarían al poder los viejos políticos conservadores, manifiestan su disconformidad y sostienen que ellos "al provocar la caída de Perón, no pensaban en replantear la vuelta a la vieja Argentina y menos aún de esa gente de la oligarquía"49. Estos oficiales habrían influído sobre el resto de Campo de Mayo para debilitar el apoyo al Gral. Avalos.
"La Epoca" expresa el cambio de situación que se está produciendo: "Desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego y desde el Atlántico a los Andes, se pide, se clama y se exige la libertad del coronel Perón"50. "Los trabajadores de todo el país se han puesto de pie para reclamar la libertad del coronel Perón"51.
Al mediodía, el presidente Farrell decide – a propuesta de Vernengo Lima- que los doctores Nicolás Romano- de antigua militancia radical- y José Tobías, acompañados del capitán de corbeta Andrés Tropea y el comisario Rodríguez, viajen a Martín García para establecer el verdadero estado de salud de Perón y decidir acerca de si corresponde o no su traslado a un hospital de Buenos Aires. A media tarde, esas personas parten a cumplir su misión arribando a la isla al anochecer. Aproximadamente a la misma hora, inicia sus deliberaciones el Comité Central Confederal de la CGT en la sede de la Unión Tranviarios. Por su parte, "La Unión Obrera Local- expresión sindical del Partido Comunista-sostiene que "desautoriza las versiones a favor de una huelga inminente lanzadas por un grupo afecto al gobierno desplazado y por elementos nazis que pretenden obstruir el camino de las elecciones libres"52. En el mismo sentido se expresa la Federación Obrera de la Carne, en manos del stalinismo: "...bandas armadas, extrañas a los obreros de los frigoríficos, encabezadas por Cipriano Reyes, tratan de impedir el ingreso al trabajo. Los trabajadores no deben abandonar sus tareas y deben movilizarse para terminar de una vez con estas maniobras del nazifascismo que atentan contra la libertad, la democracia y el progreso del país"53. A su vez, el Partido Socialista denuncia "la maniobra encaminada a confundir la opinión de los trabajadores y crear factores de perturbación y anarquía...tentativa de los dirigentes entregados a la dictadura implantada por el ex secretario de Trabajo y Previsión"54.
Al llegar la comitiva a Martín García, durante la noche, Perón se niega a ser revisado pues él tiene su médico y ésta ya ha informado al respecto. El capitán Tropea vacila, pero finalmente se comunica con sus superiores. Se produce una situación confusa. Perón afirma que "por orden expresa del presidente, en contra de la decisión del ministro de Marina" se decidió el traslado55. Hacia la medianoche, se realizan los preparativos para conducir al coronel al Hospital Militar. A esa hora ya se conoce la decisión de la Central Obrera: por 16 votos contra 11 , "la CGT, en defensa de las conquistas obtenidas y las por obtener y considerando que éstas se hallan en peligro ante la toma del poder por las fuerzas del capital y la oligarquía, declara un Paro General en todo el país por el término de 24 horas, que se hará efectivo el día jueves 18 de octubre, a partir de la cero hora"56.
 17 de octubre
A las 6 horas, Juan Perón ingresa al Hospital Militar. A las 7, en Brasil y Paseo Colón, la policía dispersa alrededor de mil personas que se dirigían hacia la Casa de Gobierno. A las 8 y 30 es disuelta una manifestación en Independencia y Paseo Colón. A las 9hs , por Alsina, hacia el oeste, va una columna estimada en 4000 trabajadores. A las 9 y 30hs es dispersada una concentración reunida frente al Puente Pueyrredón de alrededor de 10.000 personas57. A mitad de mañana, grupos de trabajadores reclaman frente al Hospital Militar, exigiendo ver a Perón. Las radios informan que se está generalizando la huelga, no obstante que la CGT declaró el paro para el día 18. Al mediodía, la policía vuelve a dispersar a grupos de manifestantes que se habían concentrado en Plaza de Mayo. FORJA da una declaración donde sostiene que " en el debate planteado en el seno de la opinión, está perfectamente deslindado el campo entre la oligarquía y el pueblo...y , en consecuencia, expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de sus conquistas sociales"58. Por entonces, el coronel Gemetro le sugiere a Avalos: General, si a esa gente no la para la policía, lo podemos hacer nosotros con unos pocos hombres... -Quédese tranquilo. No va a pasar nada-contesta Avalos. Todo lo que la gente quiere es ver a Perón, saber que está bien. Después, se irán como vinieron"59.
Después del mediodía, la policía modifica su actitud frente a los manifestantes. "La crisis del poder liberó los sentimientos de los agentes de la tropa -afirma Perelman- muchos de ellos provincianos y con bajos sueldos... Los vigilantes se declararon peronistas"60. Esto es verdad, pero también es cierto que un amigo de Perón, el coronel Filomeno Velazco, controla ya la planta baja del Departamento de Policía y da órdenes a los agentes.
A las 15 y 30, un grupo de sindicalistas mantiene una reunión con Perón en el Hospital Militar. En las primeras horas de la tarde, varias columnas confluyen, en Avellaneda, ante el puente. "Era una muchedumbre de 50.000 personas -sostiene Cipriano Reyes-... Minutos después, las pasarelas del puente comenzaron a bajar y la muchedumbre se lanzó para pasar al otro lado"61.
"Nosotros no participamos del 17 de octubre -recuerda un dirigente gremial del Partido Comunista-. Los metalúrgicos que nosotros controlábamos trabajaron el 17 de octubre. No lo entendimos, no seguimos a la masa y nos costó muy caro"62. Un periodista afirma que a las 13 hs. "el ministerio de marina rechaza un ofrecimiento de dirigentes comunistas para que obreros armados, de esa tendencia, enfrenten a los trabajadores peronistas"63. "Yo estaba avergonzado e indignado Eso es, indignado y avergonzado", recuerda Jorge Luis Borges64.
Han pasado ya las 16 horas cuando, ante el crecimiento de la concentración popular, el presidente Farrell envía a algunas personas de su confianza para conversar con Perón y encontrar una salida a la crisis. Así, el brigadier Bartolomé de la Colina y el Gral. Pistarini conversan con Armando Antille, radical irigoyenista que viene colaborando en las tareas de acercamiento. En un piso alto del Hospital Militar, el coronel, en pijama, recibe información de lo que ocurre y espera el desarrollo de los acontecimientos. "Estábamos allí- recuerda Franklin Lucero- sus amigos de las buenas y malas horas..."65. "Las llamadas desde la Casa de Gobierno se sucedían. Farrell quería calmar a la muchedumbre. En determinado momento, Perón me preguntó: - ¿Hay mucha gente? Realmente, ¿hay mucha gente, che?... Nunca me había tuteado. Pero su creciente entusiasmo, se comenzaba a apreciar en su cambio físico y espiritual"66. Mientras, en la plaza de Mayo, el Gral. Avalos intenta infructuosamente dirigirse a los trabajadores. La respuesta de la plaza es contundente: "Queremos a Perón"67.
El día después
Superada la euforia del 17 de octubre la CGT convoca a una huelga general para el 18 de octubre. La huelga se acató y, al igual que durante la jornada anterior, no existieron desmanes significativos.
El 19 de octubre la CGT (que oficialmente aún no respondía al peronismo) se reúne para analizar los alcances de la huelga y labra un acta en la que se hace una sola mención a la jornada del 17 y en ningún momento se nombra al coronel Perón.
"Se hacía evidente que el gobierno quería parlamentar- testimonia el capitán Russo. Recuerdo que entonces Perón me dijo textualmente: - Ha llegado el momento de aprovechar la debilidad del enemigo"68. Poco después, se conviene que el Gral. Avalos se traslade al Hospital Militar, para conversar con Perón. "Avalos me expresó - recuerda Perón- sus deseos de que yo hablara al pueblo para calmarlo e instarlo a que se retirara de la plaza de Mayo"69. De esta conversación surge la conveniencia de una reunión Farrell- Perón. Mientras tanto, en la Casa Rosada, Vernengo Lima presiona a Farrell para disolver la concentración apelando a la fuerza militar: "Usted está cometiendo un grave error. Esto hay que disolverlo a balazos y va a ser difícil, hay mucha gente"70. El presidente se niega a recurrir a la represión: "El ministro de Marina insiste, explicando que las ametralladores están en el techo: Si tiramos al aire, se van a ir....Pero el Presidente se mantiene inconmovible: -No, señor. No se hace ningún disparo. La gente puede morir por el pánico. Yo no autorizo nada71.
Los diarios de la tarde informan acerca de la situación, desde su perspectiva reaccionaria: "Numerosos grupos, en abierta rebeldía- según "La Razón"- paralizaron en la zona sur los tranportes y obligaron a cerrar fábricas, uniéndose luego en manifestación"72. Acompaña la noticia con una declaración del Partido Comunista de la Provincia de Buenos Aires donde se denuncian "los desmanes de elementos peronistas de Cipriano Reyes y demás aventureros a sueldo de la Secretaría de Trabajo que en bandas armadas han ido provocando a la población y obligando a los obreros a hacer abandono de sus trabajos. Tales hechos han sido denunciados al ministro del Interior Gral. Avalos por este comité"73. "Crítica", por su parte, aparece con grandes titulares: "Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población... En varias zonas de Buenos aires, los grupos peronianos cometieron sabotaje y desmanes"74. Los periódicos informan, además, que el Dr. Juan Alvarez ha visitado la Casa de Gobierno con el listado de los hombres de doble apellido que conformarían el nuevo gabinete.
Desde el Hospital Militar, Perón se aviene a conversar con Farrell pero, pone condiciones: "Primero, que Vernengo Lima se mande a mudar, segundo, que la Jefatura de Policía la ocupe Velazco, tercero, que lo busquen a Pantín y lo pongan al frente de las fuerzas de mar y que Lucero se haga cargo del Ministerio de Guerra. Además, hay que traer inmediatamente a Urdapilleta, que está en Salta, para que se haga cargo del ministerio del interior. Esas son mis condiciones"75.
Rato después, Farrell y Perón conversan en la residencia presidencial. "Me dijo Farrell:- Bueno, Perón, ¿qué pasa?. Yo le contesté: Mi General, lo que hay que hacer es llamar a elecciones de una vez. ¿Que están esperando? Convocar a elecciones y que las fuerzas políticas se lancen a la lucha... -Esto está listo, me contestó y no va a haber problemas. -Bueno, le dije:- Entonces, me voy a mi casa. -
No, déjese de joder, me dijo y me agarró de la mano: Esa gente está exacerbada, nos van a quemar la Casa de Gobierno!76.
Aproximadamente a las 23 horas, Farrell y Perón ingresan a la Casa Rosada. -Venga, hable, me dijo Farrell, recuerda Perón. Minutos después, el coronel ingresa al balcón y se abre ante su mirada un espectáculo majestuoso mientras una ovación atronadora saluda su presencia. En la noche de Buenos Aires, una inmensa muchedumbre, que algunos estiman en trescientos mil , otros en quinientos mil y el diario "La Epoca" en un millón de personas, vibra coreando su nombre: ¡Perón! Perón. Los diarios encendido a manera de antorchas resplandecen sobre la negrura nocturna celebrando la victoria popular . Alguien alcanza una bandera hasta el balcón: es una bandera argentina que lleva atada una camisa. El coronel la toma y la hace flamear de un lado a otro, ante la algarabía popular. ¡Ar-gen-ti-na! ¡Ar-gen-ti-na!. Farrell y Perón se abrazan, produciendo un nuevo estallido de júbilo popular. El presidente intenta vanamente dirigirse a los manifestantes, pero el impresionante griterío no se lo permite. Finalmente, pronuncia unas pocas palabras para comunicar que el gobierno no será entregado a la Corte Suprema, que ha renunciado todo el gabinete, que el coronel Mercante será designado Secretario de Trabajo y Previsión y que "otra vez está junto a ustedes el hombre que por su dedicación y empeño ha sabido ganar el corazón de todos: el Coronel Perón"77.
El coronel, profundamente conmovido, se acerca al micrófono. "¡Imagínese -recordará años después- ni sabía lo que iba a decir... Tuve que pedir que cantaran el himno para poder armar un poco las ideas"78. Concluido el himno nacional, el coronel se dirige a la multitud: "Trabajadores. Hace casi dos años, desde estos mismos balcones, dije que tenía tres honras en mi vida: ¡la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino!. Una larga ovación interrumpe el discurso. El coronel comunica al pueblo que ha sido firmada su solicitud de retiro y que esa renuncia a su carrera militar la ha dispuesto "para ponerme al servicio integral del auténtico pueblo argentino.... Muchas veces me dijeron que ese pueblo por el que yo sacrificaba mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien no lo traiciona. Por eso, quiero, en esta oportunidad, como simple ciudadano, mezclado en esta masa sudorosa, estrechar profundamente a todos contra mi corazón, como lo podría hacer con mi madre...". Su discurso resulta interrumpido , varias veces, por la pregunta que inquieta al pueblo: ¿dónde estuvo? Pero él prefiere no contestar y finalmente le pide al pueblo: "No me pregunten ni me recuerden cuestiones que yo ya he olvidado. No quiero empañar este acto con ningún mal recuerdo." Luego afirma: "...Ha llegado el momento del consejo. Trabajadores: únanse, sean hoy más hermanos que nunca ...Y les pido que realicen el día de paro festejando la gloria de esta reunión de hombres de bien y de trabajo, que son la esperanza más pura y más cara de la patria". Desde el gentío, surge la ocurrencia: ¡Mañana es San Perón! ¡Mañana es San Perón!. Finalmente, el coronel afirma: "...Al abandonar esta magnífica asamblea, háganlo con mucho cuidado... Tengan presente, que necesito un descanso que me tomaré en Chubut para reponer fuerzas y volver a luchar, codo a codo con ustedes, hasta quedar exhausto, si es preciso... Y ahora, para compensar los días de sufrimiento que he vivido, quiero pedirles que se queden en esta plaza, quince minutos más , para llevar en mi retina el espectáculo grandioso que ofrece el pueblo desde aquí"79.
Rato después, la imponente concentración se dispersa lentamente. Los trabajadores fabriles han irrumpido tumultuosamente en la historia argentina y han liberado al coronel, quebrando el poder de la oligarquía.
Al mismo tiempo que la presencia popular en la plaza definía la puja por el poder, el ala nacional del Ejército había cumplido un rol importantísimo. El coronel Filomeno Velazco había logrado controlar la Policía Federal, lo que explica la libertad de movimientos otorgada a los agentes. También el coronel Carlos Mujica se apoderó del regimiento 3 de infantería. Hacia la noche, Pistarini y Lucero tomaron el ministerio de Guerra, mientas Estrada y Mercante se ubicaban en la Secretaría de Trabajo.
En el interior del país, importantes concentraciones de trabajadores- especialmente en Rosario, Tucumán, Córdoba y Mendoza- se dispersan en orden con la alegría del triunfo. Así ocurre también en Buenos Aires, pero el odio riega de sangre las primeras horas del día 18: una manifestación peronista es tiroteada desde adentro del diario "Crítica", provocando la muerte de Darwin Passaponti y Francisco Ramos.
Un nuevo ciclo histórico se inicia en la Argentina.
Opiniones sobre el 17 de octubre
"El país era otro país y no quisieron entenderlo... El 17 de octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con la realidad propia". Arturo Jauretche80.
"Cuando en la época de nuestra famosa Unión Democrática, tantos intelectuales de izquierda marchábamos al lado de conservadores como Santamarina y señoras de la sociedad, deberíamos haber sospechado que algo estaba funcionando mal". Ernesto Sábato81.
"El 17 de octubre fue preparado por la Policía Federal y la Oficina de Trabajo y Previsión, convertida en una gran máquina de propaganda tipo fascista..." Unión Cívica Radical82.
"...Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su clientela "romana" y el país de ‘la corte de los milagros’ que mostró entonces toda su rabia y toda su fuerza. ¡Nueve días que sacudieron al país! ¡Nueve días en que la verdad se desnudó! ¡Nueve días que cierran una época e inauguran otra!... Desde luego, el odio no es el único ingrediente del peronismo pero es el fundamental, el cemento que aglutinó a las masas en torno a Perón". Emilio Hardoy, dirigente conservador83.
"En los bajíos y entresijos de la sociedad hay acumuladas miseria, dolor, ignorancia, indigencia más mental que física, infelicidad y sufrimiento. Cuando un cataclismo social o un estímulo de la policía moviliza las fuerzas latentes del resentimiento, cortan todas las contenciones morales, dan libertad a las potencias incontroladas, la parte del que pueblo que vive ese resentimiento y acaso para su resentimiento, se desborda en las calles, amenaza, vocifera, atropella, asalta a diarios , persigue en su furia demoníaca a los propios adalides permanentes y responsables de su elevación y dignificación". Partido Socialista84.
"El 17 de octubre es uno de los tantos golpes de cuartel". Grupo Obrero Marxista85.
"Era el subsuelo de la Patria sublevado... Eramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente, como la brisa fresca del río.. Lo que yo había soñado e intuído durante muchos años estaba allí presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo". Raúl Scalabrini Ortiz86.
"Se iniciaba un largo y doloroso período, pues quienes lo habían planeado habían logrado desencadenar un movimiento de masas que acompañaría a la dictadura. Con el caer de la tarde, la tristeza me dominó". Américo Ghioldi87.
"¿Cómo?, se preguntaban los figurones de la oligarquía, azorados y ensombrecidos, ¿pero es que los obreros no eran esos gremialistas juiciosos a quienes Juan B. Justo había adoctrinado sobre las ventajas de comprar porotos baratos en las cooperativas?. Jorge A. Ramos88.
"No sólo por los bombos, platillos, triángulos y otros improvisados instrumentos de percusión (esa gente) me recuerda las murgas de carnaval, sino también por su indumentaria: parecen disfrazados de menesterosos. Me pregunto de qué suburbio alejado provienen esos hombres y mujeres casi harapientos, muchos de ellos con vinchas que, como a los indios de los malones, les ciñen la frente y casi todos desgreñados. ¿O será que el día gris y pesado o una urgente convocatoria, les ha impedido a estos trabajadores tomarse el tiempo de salir a la calle bien entrazados o bien peinados, como es su costumbre ¿ O habrán surgido de ámbitos cuya existencia yo desconozco" . María Rosa Oliver, escritora del grupo "Sur" y camarada de ruta del partido comunista89.
"Estábamos en el medio de la multitud, sumamente emocionados. Y advertí que en el rostro de Nicolás Olivari corría un lagrimón" . Alberto Vanasco90.
"Con su permiso, señor Capitán. Voy a desalojar a toda esa gente.- Sí, le dije , pero con una condición: no dispare ningún tiro adentro del edificio... Se retiraron entonces... El dio la orden y los soldados pusieron rodilla en tierra, dieron vuelta sus fusiles-con la culata adelante- y comenzaron a sacudirles las cabezas a los revoltosos. Sonaban sus cabezas que parecían mates". Isaac. F. Rojas91.
"El malón peronista - con protección oficial y asesoramiento policial- que azotó al país, ha provocado rápidamente- por su gravedad- la exteriorización del repudio popular de todos los sectores de la República en millares de protestas... Se plantea así para nuestros militantes, una serie de tareas que para mayor claridad, hemos agrupado en dos rangos: higienización democrática y clarificación política. Es decir, por un lado, barrer con el peronismo y todo aquello que de alguna manera sea su expresión: por el otro, llevar adelante una campaña de esclarecimiento de los problemas nacionales, la forma de resolverlos y explicar ante las amplias masas de nuestro pueblo, más aún que lo hecho hasta hoy, lo que la demagogia peronista representa. En el primer orden, nuestros camaradas deben organizar y organizarse para la lucha contra el peronismo hasta su aniquilamiento. Corresponde aquí también señalar la gran tarea de limpiar las paredes y las calles de nuestras ciudades de las inmundas ‘pintadas’ peronistas. Que no quede barrio o pueblo sin organizar las brigadas de reorganización democrática. Nuestras mujeres ...deben visitar las casas de familia, comercios, etc, reclamando la acción coordinada y unánime contra el peronismo y sus hordas. Perón es el enemigo número uno del pueblo argentino" Declaración del Partido Comunista, 21/10/45 92.
"El malevaje peronista, repitiendo escenas dignas de la época de Rosas y remedando lo ocurrido en los orígenes del fascismo en Italia y Alemania, demostró lo que era, arrojándose contra la población indefensa, contra el hogar, contra las casas de comercio, contra el pudor y la honestidad, contra la decencia, contra la cultura e imponiendo el paro oficial, pistola en mano y con la colaboración de la policía que ese día y al día siguiente, entregó las calles de la ciudad al peronismo bárbaro y desatado". Partido Comunista93.
"Los acontecimientos de los días 17 y 18 de este mes han dejado perplejos y confundidos a los stalinistas, socialistas y en general a toda la pequeña burguesía que se hallaba bajo el influjo ideológico de la oligarquía y del imperialismo... La misma masa popular que antes gritaba ¡Viva Yrigoyen!, grita ahora ¡Viva Perón!. Así como en el pasado se intentó explicar el éxito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraía a la chusma, a las turbas pagadas, a la canalla de los bajos fondos, etc., así tratan, ahora, la gran prensa burguesa y sus aliados menores, los periódicos socialistas y stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y 18 en iguales o parecidos términos. Con una variante: comparan la huelga a favor de Perón con las movilizaciones populares de Hitler y Mussolini. Identificar el nacionalismo de un país semicolonial con el de un país imperialista es una verdadera ‘proeza’ teórica que no merece siquiera ser tratada seriamente... La verdad es que Perón, al igual que antes Yrigoyen, da una expresion débil, inestable y en el fondo traicionera, pero expresión al fin, a los intereses nacionales del pueblo argentino. Al gritar ¡Viva Perón!, el proletariado expresa su repudio a los partidos pseudo-obreros cuyos principales esfuerzos en los últimos años estuvieron orientados en el sentido de empujar al país a la carnicería imperialista. Perón se les aparece, entre otras cosas, como el representante de una fuerza que resistió larga y obstinadamente esos intentos y como el patriota que procura defender al pueblo argentino de sus explotadores imperialistas. Ve que los más abiertos y declarados enemigos del coronel lo constituyen la cáfila de explotadores que querían enriquecerse vendiéndole al imperialismo angloyanqui, junto con la carne de sus novillos, la sangre del pueblo argentino... Aquellos que desconocen el sentido y la importancia de las tareas nacionales en nuestra revolución están incapacitados para comprender estos acontecimientos: en general, están incapacitados para comprender nada. Los que se engañaron tomando la movilización de estudiantes, burgueses y damas perfumadas (del 19 de setiembre) por los preludios de la ‘revolución’, juzgan a la huelga general de l7 y 18 de octubre como una especie de aberración que echa al suelo todas sus teorías. La aberración estaría, en todo caso, en que individuos que se denominan a sí mismos marxistas, se pongan del lado del imperialismo en sus escaramuzas con algunos sectores de nuestra burguesía semicolonial... Por primera vez, en muchos años, la clase obrera ha salido a la calle y ha influido de manera importante en el curso político del país...Las grandes masas explotadas se están poniendo de nuevo en movimiento". Grupo "Frente Obrero"94.
"...Es impresión generalizada que a menos que la oposición reaccione rápidamente, el apoyo popular a Perón crecerá como una bola de nieve permitiéndole competir electoralmente, como candidato del pueblo, con mejores posibilidades de las que se le asignaban hasta ahora... La rehabilitación de Perón se hará sentir en los países vecinos. ..Esto ha fortalecido la posibilidad de formación de un bloque de dictaduras en América del Sur, amigo de Rusia y hostil hacia los Estados Unidos" Embajada de los Estados Unidos95.
El mismo 17 de octubre, La Nación publica un telegrama donde "la opinión democrática argentina coincide con la posición de Mr. Braden respecto al problema de la libertad en América y desea expresar que consideraría como una actitud amistosa para nuestro pueblo y nuestra democracia su confirmación como secretario de Estado adjunto para los asuntos latinoamericanos. Comunicación cursada al Dto. de Estado de los Estados Unidos. Firman: Victoria Ocampo, Adela Grondona, Ana R. Schliepper de Martínez Guerrero, Juan Antonio Solari, Sara Alvarez de Ezcurra, Alejandro Ceballos, Raúl Monsegur, Bernardo Houssay y Mariana Sáenz Valiente de Grondona96.
Después del 17 : "Matar a Perón"
Producido el 17 de octubre, las fuerzas políticas antagónicas se aprestan a la campaña electoral con vistas a las elecciones de febrero de 1946. El 23 de octubre, el grupo más consecuente de sindicalistas que han apoyado al coronel organizan el Partido Laborista. Como presidente de la nueva agrupación es designado Luis F. Gay, del gremio telefónico. Por su parte, también se organiza la Junta Renovadora Radical, en la cual participa el sector más popular del radicalismo, cuyas principales figuras son Armando Antille y Hortensio Quijano. FORJA, por su parte, se disuelve para dar libertad a sus integrantes . Se gesta, asimismo, un partido Independiente, al cual aportan sus esfuerzos algunos nacionalistas , así como Centros Cívicos- algunos organizados por Eduardo Colom- y otras fuerzas que siguen la orientación de Filomeno Velazco. En estas agrupaciones sustenta el coronel su campaña electoral.
En noviembre queda organizada la Unión Democrática, alianza de los partidos Radical, Socialista, Demócrata Progresista y Comunista, que lleva una fórmula integrada por dos hombres del Radicalismo y cuenta con el apoyo de las fuerzas conservadoras, aunque éstas no integran formalmente la coalición. En esos días, la Iglesia Católica emite una pastoral que implícitamente significa un aval al coronel Perón pues prohíbe a sus fieles que voten por partidos en cuya plataforma electoral figuren el divorcio, la enseñanza laica o la separación de la Iglesia y el Estado.
En esos fines del año 45, las fuerzas reaccionarias se movilizan para obstaculizar el camino de Perón hacia el poder. Desde Estados Unidos, Braden continúa su lucha: "...Los nazis no han sido eliminados todavía... Acabo de presenciar el sufrimiento de una gran nación... He visto a un pueblo brutalmente escarnecido por alguien que se titula salvador, apoyado por una camarilla que remeda a su prototipo europeo... Los nazis europeos subyugaron a su propio pueblo antes de que intentaran someter a sus vecinos. No se debe permitir que la historia se repita"97. En esta misma línea, el 22 de noviembre, el canciller uruguayo Eduardo Rodríguez Larreta lanza una propuesta al resto de países latinoamericanos, propiciando, en base a las Actas de Chapultepec, "una cualquiera o todas las medidas colectivas previstas", que deben ser "usadas legítimamente contra un régimen americano totalitario que no haga honor a sus compromisos internacionales y niegue los derechos básicos a sus ciudadanos". Argumenta que ello no violaría el "principio de no intervención" porque no es posible que "ese principio de no intervención sea un escudo tras el cual puedan perpetrarse delitos, se viole la ley, se dé acogida a agentes del Eje y se eludan compromisos obligatorios"98. El Departamento de Estado norteamericano da inmediato apoyo, pero nueve países americanos se manifiestan en contra, por lo cual el intento se frustra.
El 8 de diciembre, la Unión Democrática lanza su campaña electoral en el barrio del Congreso. Los oradores centran sus críticas al nazifascismo que encarnaría Perón. Tanto en este acto, como en otros desarrollados pocos días después, se producen graves enfrentamientos entre los militantes "democráticos" y peronistas. Con gran beneplácito, informa, desde la embajada yanqui, el agregado cultural Mr. Griffith: "La jornada del 8 ha servido para demostrar que la oposición comienza a mostrar las uñas...Hasta ahora trataron de contener pacíficamente a los peronistas... Ahora saben que la consigna es tirar primero"99. Agrega Griffith que "el acto de Congreso fue de 200.000 personas" , pero no se halla del todo satisfecho porque "faltó la nota emotiva, romántica o heroica que pusiera a muchos afiliados en la obligación de ir"100. ¿A qué heroísmo se refiere el agregado cultural de la embajada? El mismo lo aclara, líneas después, planteando lisa y llanamente el asesinato político: " Hasta ahora dos técnicos opositores han rechazado el recurso del crimen político, por inconveniente, por desventajoso y porque trae como consecuencia violentas represiones y luctuosos desquites. Pero la verdad es que muchos piensan y plantean el asesinato de Perón. Esto es difícil, pero no imposible, ya que se podría atentar contra su vida desde alguna ventana de la Avenida 9 de julio. De ahí las dudas y la inseguridad de que Perón hable el día 14"101.
La concentración peronista se realiza, sin embargo, frente a Cerrito 366 desde donde habla Perón. Según Fermín Chávez, ese día se incorpora el bombo al folklore peronista y también ese día, Perón se quita el saco y declara: "No nos deshonramos por ser descamisados..Nos deshonraríamos por ser fraudulentos, ladrones o pillos... Es para nosotros un honor tener un corazón bien puesto debajo de una camisa y no debajo de una chaqueta lujosa"102.
El 20 de diciembre , el gobierno lanza el decreto 33.302 que estatuye el sueldo anual complementario. La patronal reacciona declarando la inconstitucionalidad de la medida y declara, como repudio, un lock out, en todo el país, desde al 14 al 16 de enero. Diversas solicitadas impugnan la medida, entre ellas una del Consejo Directivo de la Industria Azucarera. También el Partido Comunista se manifiesta en contra por "tratarse de una medida demagógica... de neto corte fascista, que quiere servir los planes demagógicos del continuismo nazifascista"103. En idéntico sentido se expresa Codovilla en el Congreso partidario del 22 al 25 de diciembre planteando la necesidad de combatir "al nazi peronismo para abrir una era era de libertad y progreso". Allí deposita también su esperanza en que el imperialismo se ocupará de dar a los argentinos esa "libertad" y ese "progreso": "Creo que se puede afirmar que si el peronismo se atreviera a desatar la guerra civil, no contará en el plano internacional con el apoyo con que contó Franco cuando la desencadenó en España. Es otra época. Aún en el caso problemático de que los peronistas consiguieran triunfar, las Naciones Unidas y su organismo de Seguridad Mundial contra la agresión, no permitirán que se consolide en nuestro país una cabecera de puente del nazifascismo que podría convertirse en un foco de guerra de agresión en el continente... y pondría en peligro la estabilidad de la paz en el mundo"104.
Esta idea de la posible intervención extranjera recorre todo el espectro político, desde la izquierda a la derecha. Para la misma época, Roberto Levillier le reclama a Braden que publique un documento de denuncia de las vinculaciones del actual elenco gobernante con el nazismo y su divulgación en toda América. "El problema- sostiene Levillier- no es interno de la Argentina sino internacional", pues un posible gobierno peronista constituiría "un riesgo de imperialismo y una vibración extremista en lo social" mientras que "la entronización de los descamisados sería, por otro lado, la decadencia de nuestra cultura y un descenso a un nivel de vulgaridad y materialismo imprevisibles". En conclusión sostiene que "es necesario que los países amantes de la paz formen un plan de acción pues no se trata de fascismo o democracia teórica , sino de paz o de guerra imperialista". En la última parte de este documento, Levillier evidencia que no sólo le preocupa el destino de su patria y el de la humanidad, sino también el suyo propio, especialmente en el terreno de los negocios: "Le ruego atienda a mi amigo Marcelo Moyano... El y yo pertenecemos a una sociedad que desea vender a una compañía de navegación dos cargueros estadounidenses"105. Braden contesta señalando que "desgraciadamente, la continuada y ciega adhesión a viejos conceptos de soberanía nacional e interpretaciones técnicas de la doctrina de no intervención , motivan que sean trabados los esfuerzos de quienes consideran que una acción colectiva es urgentemente necesitaría si, realmente, deseamos vivir en un mundo pacífico y seguro"106. Luna señala que "entre diciembre y enero, en ciertos círculos opositores, empezó a correr un insólito susurro. Se daba como posible una intervención armada de Estados Unidos en la Argentina que habría de liquidar rápida y eficazmente al régimen de Farrell"107.
Pero, en el Departamento de Estado no existe criterio unánime al respecto. La posición intervencionista de Braden es controvertida por otros funcionarios que consideran que, en ese caso, el prestigio de Perón aumentaría notablemente en varios países latinoamericanos, con el consiguiente peligro y que, en cambio, resulta preferible apoyar a los opositores. Mientras, en la Argentina, el furor antiperonista aniquila los escrúpulos patrióticos de intelectuales y políticos. Así, el 8 de enero, un grupo de políticos y escritores de nuestro país se dirige a la Primera Asamblea General de las Naciones Unidas sosteniendo que "no es posible invocar el principio de no intervención" contra "la solidaridad democrática" y "que ninguna norma jurídica debe obstar a la extirpación del nazifascismo, ni servir, en caso alguno, a los opresores de los pueblos" . Firman: Borges, Bioy Casares, las hermanas Ocampo, Romero Brest, Petit de Murat, Gerchunoff, Repetto, Sánchez Viamonte, Dickmann, Luciano Molinas, Perete, Peter y Chiaranti108.
Diez días después, se formula -ahora más descarnadamente aún- otro pedido de intervención: Gregorio Bergman, intelectual ligado al Partido Comunista, en representación de la Liga Internacional por los Derechos del Hombre, "presentó a las Naciones Unidas un memorial en que sostiene que las Naciones Unidas no deben permitir la repetición de tales situaciones como la intervención nazifascita en España"109. "La Razón" informa que Bergman ha declarado que "en la Argentina se hallan en el poder elementos nazifascistas" y que "Perón permanecerá en el poder a menos que se produzca una intervención. Ellos no se dejarán vencer sin violencia... La carta de las Naciones Unidas autoriza a la ONU a detener al nazifascismo y los artículos 10,11 y 14 dan poderes a la Asamblea para resolver el caso argentino y le permiten discutir los medios para extirpar al nazismo -en este caso, de la Argentina- aún por medio de la fuerza militar.. Bergman destacó que representaba a la Liga Internacional por los Derechos del Hombre y no a ningún partido. En el memorial presentado pregunta: "¿Es posible que no se tome una acción oportuna y previsora a tiempo para prevenir una agresión potencial e inminente?"110.
En ese verano de 1946, los candidatos presidenciales desarrollan giras por el interior del país .La Unión Democrática ha consagrado a dos hombres de la derecha radical: Tamborini y Mosca. Los radicales intransigentes manifiestan su desacuerdo con los dirigentes elegidos, mientras socialistas, demoprogresistas y comunistas asumen la fórmula como propia, manteniendo sus candidatos a diputados. Los conservadores apoyarán la fórmula aunque no integran la Unidad Democrática, al ser rechazados por los radicales. Curiosamente, salen en su defensa , los dirigentes del partido Comunista: "La ausencia del sector conservador es una de las más considerables debilidades de la Unión Democrática- señala Arnedo Alvarez, alto dirigente stalinista- El partido conservador es una fuerza seria que ha gobernado al país durante muchos años y que cuenta con sectores importantes, en muchos lugares del país... Consideramos necesario incorporar a todas las fuerzas antiperonistas en el gran frente antiperonista de la democracia argentina"111. Por su parte, laboristas y radicales renovadores impulsan al binomio Perón- Quijano.
En esa campaña, la prensa- salvo "La Epoca" y algún otro diario de escaso tiraje- apoya totalmente a la Unión Democrática. Sólo la radio difunde la voz del coronel. La prensa extranjera, por su parte, adopta una militante posición antiperonista. J. Page, en su biografía de Perón, ataca duramente el comportamiento de la prensa norteamericana por la utilización de muy bajos recursos, pues califica a Perón como "hitler sudamericano" e incluso recurre a trampear fotografías para adjudicarle rasgos de "pervertido sexual"112. Con relación a los fondos empleados en la campaña electoral, resulta notorio que la Unión Democrática dispone de una importante financiación, expresada en afiches, viajes y actos , mientras que en general la campaña peronista se caracteriza por su modestia recurriendo a menudo a los métodos más populares del carbón y la tiza. En este aspecto, estalla un escándalo cuando el presidente de la Unión Industrial -Raúl Lamuraglia- entrega dos cheques -que suman 500.000 pesos- al Tesorero de la Unión Cívica Radical que, al ser depositados para su acreditación en un Banco, pasan por manos de un militante peronista quien lo hace público, con la consiguiente reacción popular que en más de un acto cantará "che-que", "cheque", aludiendo a este aporte empresario.
En febrero, ante alarmantes versiones de que Perón ganaría las elecciones, el Departamento de Estado decide jugar fuerte en la campaña electoral de la Argentina. Para ello, lanza un documento titulado "Consultas entre las repúblicas americanas sobre la situación de la Argentina", que pasará a la historia como " Libro Azul". En ese informe se intenta probar el carácter nazifascista del gobierno argentino, así como el peligro que implica su consolidación. El propósito es lograr la condena del resto de los países latinoamericanos o por lo menos, de los más importantes, probablemente como paso inmediato a la intervención militar en el caso del triunfo peronista. Su aparición -el 11 de febrero, trece días antes de las elecciones- es saludada por la prensa yanqui con titulares tipo catástrofe: "Argentina acusada. La negra perfidia de la patota fascista de Perón -informa el "New York Times"- y toda su traición desenmascarada por nuestro Departamento de Estado"113. "Time" publica: "La Argentina fue acusada prácticamente de todos los crímenes contra la democracia. La grave acusación fue expresada en un lenguaje que ninguna nación utiliza normalmente a no ser que esté dispuesta a hacer la guerra"114.
La aparición del Libro Azul provoca entusiasmo en la oposición antiperonista y sus argumentos son profusamente utilizados por ella. Un alto dirigente radical, Eduardo Laurencena, le agradece al imperialismo yanqui: "El libro Azul no sólo no es una ingerencia en nuestra política sino que es un gesto amistoso y lleno de consideración para el pueblo argentino"115. Cabot, desde la embajada, informa al Departamento de Estado , "la gran satisfacción de la gran mayoría de la gente con la cual la embajada tiene contacto"116. Escudé señala que la diplomacia británica lo consideró un documento muy tendencioso, con escasa o nula documentación probatoria117. Las denuncias - enarboladas en la polémica por los partidos de la Unión Democrática- resultan muy débiles para un criterio riguroso, de manera tal que Estados Unidos no logra la pretendida declaración conjunta latinoamericana: "Brasil, Chile, Méjico y Ecuador rechazaron el libro Azul"118. Diez días después, Perón refuta ese documento con otro que sugestivamente titula "el libro Azul y Blanco", ratificando así la defensa de la soberanía argentina. Sostiene Perón que la mayor parte de las denuncias corresponden al gobierno de Castillo, el cual fue precisamente derrocado por el gobierno juniano, descalifica algunas de las imputaciones como "meros infundios" y agrega un apéndice donde diversas personas imputadas rechazan los cargos por faltos de toda veracidad. Asimismo, en el discurso pronunciado frente al obelisco, al día siguiente de la aparición del libro Azul, Perón convierte esa intervención insólita del Departamento de Estado en la campaña electoral argentina, en un instrumento de reafirmación nacional contra el imperialismo: "Lo que en el fondo del drama argentino se debate es un campeonato entre la justicia y la injusticia social... Hermanos, con pensamiento criollo, con sentimiento criollo y valor criollo, estamos abriendo el surco y sembrando la semilla de una patria libre, que no admite regateos de su soberanía... pues queremos que nuestra patria sea socialmente justa y políticamente soberana... ¡Denuncio al pueblo de mi patria que el señor Braden es el inspirador, creador, organizador y jefe verdadero de la Unión Democrática! La disyuntiva en esta hora trascendental, es ésta: Braden o Perón119.
El 22 de febrero se cierran las campañas. Tamborini se expresa en estos términos: "Dijérase que una deidad sombría se ha entretenido en destruir en tres años la obra de nuestros mayores...He de ser, antes que nada, el presidente de la Constitución nacional" y dirigiéndose a la concentración partidaria: "Sóis los dignos herederos de las glorias antiguas. Descansad un instante a la sombra protectora de la bandera de la patria"120. Perón se dirige a los trabajadores: "...Si el patrón de la estancia, como han prometido algunos, le cierra las tranqueras, rompa el candado o la tranquera o corte el alambrado y pase a cumplir con la patria. Si el patrón lo lleva a votar, acepte y luego haga su voluntad en el cuarto oscuro...No ceda ante nada. Desconfíe de todo...Estos comicios han de ser limpios y puros...Que la pureza, la justicia y la rectitud actúen porque, de lo contrario, no habrá valla que nos detenga"121.
El 24, el pueblo concurre a las urnas. El escrutinio es lento y recién culmina el 6 de abril: Perón - Quijano 1.527.231 votos; Tamborini - Mosca 1.207.155 votos. El peronismo alcanza, además, amplia mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.
El historiador norteamericano Hubert Herring escribe, pocos meses después: "Tenemos una Argentina obstinadamente fuera de alcance, es decir, una Argentina que no va a permitir que le elijamos su presidente"122. J. Page comentará luego: "Para los Estados Unidos, la victoria de Perón fue una píldora difícil de tragar porque hacía resaltar las limitaciones de la habilidad de Washington para controlar los acontecimientos en América Latina"123.

1 J.Van der Kar, "Perón y los Estados Unidos", edit. Vinciguerra, Bs. As., 1990, pág . 119
2 Bill de Caledonia, seudónimo de J.D. Perón, "¿Dónde estuvo? Relatos históricos del 17/10/45", Instituto Nac. J. D. Perón, Bs. As., 1998,pág. 8 pág. 22
3 Bill de Caledonia, ob. cit., pág 9
4 J. D. Perón, "Yo, Juan D. Perón. Relato autobiográfico. Edit. Planeta, Barcelona, España, 1976, pág. 59
5 Crítica, 10/10/45. Rodolfo Puiggros, "El Peronismo: sus causas", Puntosur, Bs. As., 1988, pág. 173
6 Félix Luna, "El 45", edit. Jorge Alvarez, Bs. As., 1969, pág. 292
7 Fermín Chavez, "Perón y el peronismo en lahistoria contemporánea", edit. Oiente, 1984, pág. 291
8 Juan Carlos Torre, "El 17 de octubre de 1945", edit. Ariel, pág. 48
9 J.D. Perón, 10/10/45. El pueblo ya sabe de que se trató", páag. 182
10 "Perón, el hombre del destino", edit. Abril, Bs. As., 1973, pág. 280
11 F. Chavez, "Perón y el peronismo..", ob. cit. Pág. 280
12 "Perón, el hombre...." ob. cit., pág, , 293
13 "La Razón", 10/10/45
14 Arturo Jauretche en "Jauretche y su época", de Norberto Galasso, Edit. Peña Lillo, Bs . As., 1985, pág. 603
15 ídem
16 ídem
17 Fermín Chávez, ob. cit., tomo II, pág. 15
18 F. Luna, ob. cit, pág. 309
19 "La Prensa", 13/10/45
20 Armando Cascella, "La traición de la oligarquía",Edit. Sudestada, Bs. As., 1969, pág. 220
21 Rodolfo Aráoz Alfaro, "El recuerdo y las cárceles", Edic. de la Flor, Bs. As., 1967, pág 143
22 A. Cascella, ob. cit. Pág. 222
23 A. Cascella, ob. cit., pág. 222
24 Juan José Real, "La Opinión", 17/10/71
25 María Rosa Oliver, "MI fe en el hombre", Edic. Carlos Lohlé, Bs As, 1981, pág . 338
26 F. Luna, ob. cit., pág 312
27 Crítica",13/10/45. F. Luna, ob. cit. , "La Prensa" informa: "Se ha destruido un nuevo personalismo"
28 F. Luna, ob. cit., pág. 321
29 "La Epoca", 14/10/45
30 F. Luna, ob. cit., pág 416
31 "La Epoca", 14/10/45
32 "La Epoca",14/10/45
33 R. Puiggros, ob. cit. ,pág. 178
34 R. Ghioldi, "Tres revoluciones", edit. E. Perrot, Bs-. As., 1959, pág 73
35 F. Luna , ob. cit., pág . 418
36 J. D. Perón,14/10/45, F. Luna, ob. cit. Págs. 419/20/21
37 "Perón, el hombre...", ob. cit.,págs. 281 y sigtes.
38 ídem)
39 El hombre 283
40 Cabot al Dto de Estado, 15/10/45, citado por J. Page, "Perón", edit. Vergara, Bs. As., 1984, pág. 151
41 "Perón, el hombre...", ob. cit., pág. 288
42 Fermín Chávez, ob. cit., Tomo II, pág . 29
43 "La Epoca", 16/10/45
44 J. C. Torre, ob. cit., pág. 56
45 "La epoca", 16/10/45
46 "La Epoca", 16/10/45
47 F. Chávez, ob. cit., pág. 37
48 Fermín Chávez, ob. cit. , pág. 38
49 Jauretche y su época, pág. 608
50 Tapa de "La Epoca", 16/10/45
51 "La Epoca", 16/10/45, pág. 2
52 J.C. Torre, ob. cit., pág. 69
53 "La Prensa", 17/10/45
54 "La Nación", 17/10/45
55 Bill de caledonia, ob. cit., pág. 12
56 Actas de la reunión, revista "Pasado y presente", julio/diciembre 1973
57 "La Epoca", 17/10/45
58 "La Epoca", 17/10/45
59 F. Chávez, ob. cit. , pág. 51
60 Angel Perelman, "como hicimosel 17 de octubre", edit. Coyoacán, Bs . As., 1962, pág. 75/76
61 Cipriano Reyes "Yo hice el 17 de octubre", edit. GS, Bs. As., 1973, págs. 228 y 230
62 Eduardo Barainca, revista "Realidad económica", N 135, octubre/noviembre 1995, pág 101
63 Hugo Gambini, "Primera Plana", 19/10/65
64 Borges, declaraciones a la revista "Che", 18/10/60
65 F. Chávez, ob. cit. ,pág. 54
66 Raúl Tanco, F. Chavez, ob. cit., pág. 54
67 F. Chavez, ob. cit., pág. 55
68 F. Chavez, ob. cit., pág. 54
69 J. D. Perón, "Perón, el hombre...", ob. cit., pág. 297
70 "Perón, el hombre...", ob. cit. , pág. 297
71 "Perón, el hombre..", ob. cit., pág. 297
72 "La Razón" 17/10/45
73 "La Razón", 17/10/45
74 "Crítica" 17/10/45
75 J. D. Perón, "Perón, el hombre...", ob. cit., pág. 299
76 F. Luna, ob. cit., pág. 247
77 Farell, E. J. En "Perón, el hombre del destino, ob. cit., tomo I, pág. 300
78 F. Luna, ob. cit., pág. 427
79 F. Luna, ob. cit., pág. 370
80 "El Mundo", 17/10/65
81 "Claves políticas", COMPLETAR pág 83
82 "La Prensa", 25/10/45
83 E. Hardoy. "No he vivido en vano", Edit. Marymar, Bs. As., 1993, pág. 209 y 215
84 "La Vanguardia", órgano del Partido Socialista, 23/10/45
85 "Frente Proletario", órgano del grupo orientado por Nahuel Moreno, 20/8/48
86 R. S. Ortiz, "Tierra sin nada, tierra de profetas, Edit. Reconquista, Bs As., pág. 33
87 A. Ghioldi, revista "Che", 18/10/60
88 J. A. Ramos, "Perón", edic. Amerindia, Bs. As., 1959
89 M. R. Oliver, "Mi fe en el hombre", Edic. Carlos Lohlé, Bs.As., 1981, pág. 343
90 Revista "Macedonio", 1970
91 Memorias del alte. I.F. Rojas, Planeta, Bs. As., 1993, pág. 140
92 Citado por R. Puiggros, "El peronismo: sus causas", ob. cit., pág 182
93 "Orientación", periódico del Partido Comunista., citado por F. Luna, ob. cit. ,pág 380
94 Periódico "Frente Obrero", 29/10/45
95 J. Van der Karr , ob. cit., pág. 125/6
96 "La Nación", 17/10/45
97 O. Edmund Smith Jr., "Intervención yanqui en la Argentina", editorial Palestra, Bs. As., 1965, pág . 178
98 O. E. Smith, ob. cit, pág. 180
99 L. Monzalvo, ob. cit., carta de Griffith a Cabot, pág 215
100 L. Monzalvo, ob. cit. , ídem
101 L. Monzalvo, ob. cit., pág. 216
102 L. Monzalvo, ob. cit., pág. 219)
103 Fermín Chávez, ob. cit. , tomo II, pág. 89
104 V. Codovilla, "Batir al naziperonismo para abrir una era de libertad y progreso", edit. Anteo, bs. As.1946, pág. 93
105 Leviller a Braden, 23/12/45, "La Unión Democrática contra la soberanía de la Nación Argentina", folleto, pág. 8
106 Braden a Levillier, 10/1/46, folleto, ídem.
107 F.Luna, ob. cit., pág. 468/69
108 F. Chávez, ob. cit., pág. 90, "La Nación", 8/1/46
109 "La Prensa", 19/1/46
110 "La Razón", 19/1/46
111 "Orientación", Arnedo Alvarez, 26/12/45
112 J. Page. Ob. cit., pág. 178
113 C. Escudé, ob. cit., pág. 190
114 C. Escudé, ob. cit. , ídem
115 E.Laurencena, F. Luna, ob. cit., pág. 471
116 J. Page, 25/2/46, ob. cit., pág.180
117 C. Escudé, ob. cit., pág. 193
118 C. Escudé, ob. cit., pág. 194
119 J.D.Perón, "Perón, el hombre...", ob. cit., 99/101
120 José Tamborini, su discurso. "Opinión Argentina", enero febrero 1946
121 "El laborista", 24/2/46
122 J. Page, ob. cit., pág. 185
123 J. Page, ob. cit., pág. 185

Primer gobierno de Perón:
Lecturas recomendadas:
Floria y García Belsunce, La Argentina Política, Capítulo respectivo
Feinmann, José Pablo: Peronismo. Filosofía política de una obstinación argentina. Se puede descargar gratis con el siguiente enlace: http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/18-109422-2008-08-10.html
Desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a la clase trabajadora como al empresariado nacional, sobre todo industrial. Tras el triunfo electoral disolvió los tres partidos que se habían creado para sostener su candidatura, Laborista, Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido Independiente, para unificarlos en una sola organización política, llamada primero Partido Único de la Revolución que luego pasó a llamarse Partido Peronista. Expandió enormemente la agremiación de los trabajadores en sindicatos que respondían a la corriente laborista y ayudó a establecer el predominio de la Confederación General del Trabajo (CGT) como central unitaria. Cipriano Reyes, quién se negó a aceptar la disolución del Partido Laborista del que era su presidente, sufrió un atentado contra en el que resultó asesinado su chofer. Más tarde fue encarcelado acusado de planear el asesinato de Perón, hasta el fin del gobierno peronista.
Política económica
Durante el gobierno de Perón se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria ligera que se venía impulsando desde la década anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo.
Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de industrialización, se optó por la nacionalización del comercio exterior mediante la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio) que significaba el monopolio estatal del comercio exterior. Éste le permitió al Estado obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de los productores, ya que el Estado les compraba a precios devaluados.
El Estado en 1948 compró los ferrocarriles a capitales extranjeros, en su mayoría ingleses, y creó la empresa Ferrocarriles Argentinos. En 1947 anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria pesada (siderurgia y generación de energía eléctrica en San Nicolás y en Jujuy).
En el área del desarrollo de la ciencia y tecnología, en 1948, Perón anunció un proyecto de desarrollo de energía de fusión nuclear. Las instalaciones para el proyecto secreto ocuparon la Isla Huemul en el Lago Nahuel Huapi. El proyecto estuvo a cargo de Ronald Richter, un físico austriaco recomendado por el ingeniero Kurt Tank, quien esperaba utilizar los hallazgos de Richter en los aviones de reacción que estaba desarrollando en el Proyecto Pulqui II.
En 1951 el gobierno argentino anunció que el proyecto de Richter había tenido éxito y que Argentina sería el primer país del mundo en producir energía de fusión nuclear. Sin embargo, ante la falta de pruebas por parte del Proyecto Huemul, Perón designó en 1952 a una comisión de científicos para investigar las actividades de Richter, integrada por José Antonio Balseiro y Mario Báncora que informaron al gobierno que el proyecto había sido un fraude. Tras ello, las instalaciones del Proyecto Huemul fueron transferidas por Perón al Centro Atómico Bariloche (CAB) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y al Instituto de Física de la Universidad Nacional de Cuyo que más tarde tomaría el nombre de Instituto Balseiro (IB).
Política educativa
Durante el gobierno peronista el número de inscriptos en las escuelas primarias y secundarias creció a tasas superiores a la de los años anteriores. Se produjo el acceso a la educación secundaria de la mayor parte de los hijos de clase media y de una parte significativa de los estratos altos de la clase trabajadora, especialmente en la enseñanza comercial y técnica. La enseñanza religiosa en las escuelas primarias y secundarias que venía de la presidencia de Ramírez se mantuvo hasta ser abolida el 16 de diciembre de 1954 en el marco del conflicto del gobierno con la Iglesia Católica.
Uno de los motivos de irritación de los opositores fue la introducción en los textos escolares de dibujos, fotografías y textos laudatorios de Perón y Evita tales como "¡Viva Perón! Perón es un buen gobernante. Perón y Evita nos aman" y otros similares. En la escuela secundaria se introdujo la materia "Cultura Ciudadana" que en la práctica era un medio de propaganda del gobierno, sus protagonistas y sus realizaciones. Una vez publicado el libro La razón de mi vida de Eva Perón el mismo texto fue obligado tanto en el nivel primario como en el secundario.
Enseñanza universitaria
Para el conjunto de los intelectuales el gobierno de 1943 y la figura de Perón eran leídos exclusivamente dentro del contexto internacional que oponía a los Aliados con el nazismo y el fascismo, y de ahí que "Perón era percibido, sobre todo, como una figura del régimen militar y, dentro de éste, formando parte de la fracción de coroneles pronazis". El antiperonismo de los intelectuales nace de esa percepción y no como oposición a las nuevas políticas sociales.
Todo esto lleva a la situación que Silvia Sigal resume diciendo "hay por lo menos dos puntos de acuerdo entre quienes se han interesado en la relación entre los intelectuales y el primer peronismo. El primero es que casi la totalidad de los escritores, artistas y universitarios liberales y democráticos fueron antiperonistas, el segundo, que si los intelectuales peronistas fueron muy contados, más contados fueron, entre ellos, quienes gozaban de prestigio y reconocimiento en el ámbito de la cultura. Puede imaginarse sin riesgo que sus protagonistas, peronistas o no, hubieran suscripto hasta 1955, esta somera descripción.
Perón inició su gobierno con las universidades intervenidas desde el 30 de abril de 1946, señalándose en especial que el interventor en la de Buenos Aires era el doctor Oscar Ivanissevich, un ferviente opositor al cogobierno estudiantil. Durante ese año por renuncias o cesantías se fueron el 70 % de los docentes y un tercio de los profesores universitarios. La reforma constitucional de 1949 dispuso que "Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento" pero continuó vigente la ley 13.031 aprobada en 1947 para regir el gobierno de las universidades, a las que convertía en una dependencia del Poder Ejecutivo: desde el rector hasta el último titular de cátedra eran designados por decreto, se suprimía la autonomía funcional y financiera y establecía la pena de expulsión a quienes actuaran "directa o indirectamente en política" pero en la práctica esta norma no se aplicaba a quienes militaban en el Partido Peronista, lo que se evidencia en los muchos funcionarios y legisladores del mismo que ocuparon puestos en las universidades.(Luna I, 389). La representación estudiantil fue eliminada de los consejos, se introdujo la exigencia de un certificado policial "de buena conducta" sin el cual no se podían proseguir los estudios y comenzó a haber policías de civil omnipresentes en aulas y oficinas universitarias.
Hubo una mejora notable en la infraestructura ya que en Buenos Aires se construyó el edificio de la nueva Facultad de Derecho y se crearon las de Arquitectura y de Odontología así como la universidad obrera, luego llamada Universidad Tecnológica, además de remodelar sedes en el interior del país. Se estableció por decreto 22/1949 la gratuidad de la enseñanza y ello fue un factor que coadyuvó a que entre 1945 y 1955 se triplicara el número de alumnos si bien la cantidad de graduados tuvo escasa variación. El 17 de mayo de 1951, por Decreto 9695/1951, creó el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONITYC) antecedente inmediato del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Política sanitaria
En 1946 Dr. Ramón Carrillo fue designado Secretario de Salud Pública y en 1949 al crearse nuevos ministerios pasó a ser ministro del área. Desde su cargo trató de llevar a cabo el un programa sanitarista que se dirigía hacia la creación de un sistema unificado de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter universal en el cual el Estado cumpliría un papel preponderante. Si bien tropezó con grandes obstáculos "la acción gubernamental comportó un mejoramiento sustantivo en las condiciones de la salud pública". Uno de esos obstáculos lo constituyó la constitución o el afianzamiento de las obras sociales de los sindicatos, especialmente aquellos con mayor número de afiliados tales como los ferroviarios y los bancarios, y otro fue la actividad de la Fundación Eva Perón que en ciertas áreas se superponía con las de Salud Pública; ambos factores conspiraban contra el proyecto unificador de Carrillo. El número de camas en hospitales que era de 66.300 en 1946 (4 cada 1000 habitantes) pasó en 1954 a 131.440 (7 cada 1000 habitantes). Se hicieron campañas para combatir enfermedades endémicas como el paludismo, la tuberculosis y la sífilis utilizando a gran escala los recursos del DDT para el primero y la penicilina para las últimas y se acentuó la política sanitaria en las escuelas al hacer obligatoria la vacunación en su ámbito. En 1942 unos 6,5 millones de habitantes tenían provisión de agua corriente y 4 millones, servicios cloacales, y en 1955 los beneficiarios eran 10 millones y 5,5 millones respectivamente. La mortalidad infantil que era de 80,1 por mil en 1943 bajó a 66,5 por mil en 1953 y la esperanza de vida que era de 61,7 años en 1947 subió a 66,5 años en 1953.
Política comunicacional
El gobierno de Perón fue el primero en realizar una política acerca de los medios de comunicación; "el Estado conformó un monopolio de la información y un monopolio de los medios de comunicación para consolidar su influencia en las masas...Por un lado, el gobierno restringió tres libertades básicas del individuo: a) libertad de expresión y sus dos variantes, libertad de pensamiento y libertad de opinión. b) libertad de imprenta. c) libertad de prensa. Y por otro lado, el gobierno posibilitó la conformación oligopólica del sistema de medios de radiodifusión fundado en un conjunto articulado de normas"[47] Este proceso se dio en un contexto de manipulación y distorsión informativa utilizada tanto por los medios afines al gobierno como por los medios condenatorios con Perón.
La cinematografía se vio beneficiada por la puesta en marcha de tres medidas: la obligatoridad de la exhibición de películas argentinas en todo el país (Ley 1299/47), la reglamentación de la ley de protección a la industria cinematográfica (Decreto 16688/50) y la protección a la industria cinematográfica (Decreto 11731/52).
La prensa gráfica se favoreció con la ratificación de la ley del Estatuto del Periodista Profesional declarada en 1946.
En cuanto a la televisión, la primera transmisión se realizó desde Canal 7 el 17 de octubre de 1951 con la emisión de un acto político, el "Día de la Lealtad", realizado en Plaza de Mayo.
Se dictó la primera Ley de Radiodifusión del país (14241/53) en 1953, la cual define al servicio como de "interés público", crea el Ministerio de Comunicaciones, establece la necesidad de 70% de capital nacional a los licenciatarios, decreta las licencias por 20 años con la posibilidad de prórroga sujeta a la aprobación del Ministerio de Comunicaciones, obliga a la promoción de la acción de gobierno, educación y cultura nacional, y no restringe la publicidad. En el artículo 24 de la ley se establecía que el llamado debía realizarse en el término de 45 días desde su promulgación.
En junio de 1954, mediante el Decreto 9967/54 se realizó la licitación de las licencias de las tres cadenas de radio que existían en el país (LR1 y "Red Azul y Blanca", LR3 y "Primera Cadena Argentina de Broadcasting" y LR4 y "Red Argentina de Emisoras Splendid") y la licencia para Canal 7 y otras dos licencias para canales de televisión. La adjudicación de las licencias, a través del Decreto 17959/54 se realizó "a licenciatarios que cumplieran con una condición implícita en el llamado: corresponder a una estructura política estatal/familiar que fuera incondicional a Perón": LR1 fue adjudicada a la Editorial Haynes, presidida por Oscar Maroglio (ex presidente del Banco de Crédito Industrial, de propiedad del Estado), LR3 a la Asociación de Promotores de Teleradiodifusión, gerenciada por Jorge Antonio, amigo personal de Perón, y LR4 a La Razón, presidida por Miguel Miranda, ex presidente del Consejo Económico y Social.
Política exterior
La misión que había realizado Perón en Europa así como su formación profesional hacían que las relaciones exteriores ocuparan un lugar importante en sus preocupaciones de gobierno. Opinaba que en la postguerra Argentina tenía una posición privilegiada en su carácter de gran productora de alimentos en un mundo que los requería en abundancia, lo que le significaba una oportunidad que el país debía aprovechar. Por otra parte, consideraba inevitable que en un futuro no lejano ocurriera otro conflicto bélico de magnitud lo que, en caso de acaecer, tornaría su posición aún más ventajosa.
Las simpatías filonazis de algunos integrantes del gobierno surgido del golpe de Estado de 1943, sobre todo en su primera etapa, así como el mantenimiento de la posición de neutralidad del país ante el conflicto mundial había provocado mucha desconfianza en los países aliados y, sobre todo, en la prensa y en algunos funcionarios de los Estados Unidos, que no fue disipada por la tardía declaración de guerra al Eje, decisión por la que había abogado el coronel Perón como Vicepresidente de la Nación. Esto había llevado a una situación de relativo aislamiento diplomático al punto que la falta de reconocimiento del presidente Farrell impidió que el país estuviera representado en la Conferencia Interamericana que culminó con el Acta de Chapultepec en 1945. Al asumir Perón la Presidencia se lo siguió identificando con esa del gobierno que lo precediera.
El primer Ministro de Relaciones Exteriores que designó Perón fue el abogado laboralista de formación socialista Juan Atilio Bramuglia y la primera misión que le encargó fue la reinserción de Argentina en el mundo.
Perón a poco de asumir envió al Congreso para su tratamiento las Actas de Chapultepec y la de creación de la Organización de las Naciones Unidas. Si bien en el mensaje que las acompañaba no explicitaba su posición, dio instrucciones concretas y reservadas a los legisladores para que fueran aprobadas y además el canciller concurrió al Congreso para defenderlas.
Entre ruidosas manifestaciones de sectores nacionalistas que se oponían a las adhesiones el Senado aprobó la ratificación por unanimidad. En la Cámara de Diputados había dentro de los dos bloques había quienes sostenían posiciones distintas que, incluso, podían llegar a provocar alejamientos.
Con distintos matices buena parte de los diputados de la oposición opinaba en contra de la adhesión con objeciones que para Félix Luna eran muestra del asombroso "irrealismo de los opositores" y de que "la marca de un nacionalismo sin concesiones había impreso profundamente su ideología". El diputado radical Ernesto Sanmartino dijo que "el primer deber de los representantes argentinos en la Asamblea de las Naciones Unidas será promover esas reformas urgentes y básicas para incorporar el principio de universalidad, de la igualdad absoluta de todos los estados, de la supresión del veto, de la renovación democrática del Consejo de Seguridad y de la ampliación de facultades de la Asamblea General, que debe ser soberana en todos estos asuntos para responer a un alto pensamiento y a una definida construcción democrática, para terminar con el vasallaje colonial" , su compañero de bancada Luis Dellepiane se preguntó: "¿Qué es lo que puede llevarnos a una vinculación con este edificio (ONU) que se derrumba? ¿Qué es lo que puede llevarnos a vincularnos en este instante, en que no se pronuncia una sola palabra de paz en los debates que se están celebrando en el Consejo de Seguridad?" y Arturo Frondizi, decía que quedaban en poder de gobiernos extranjeros "nuestras decisiones de guerra y paz, nuestros recursos económicos y hasta el valor de nuestra moneda" y que no puede suscribirse sin reservas ni el Pacto de las Naciones Unidas ni las Actas de Chapultepec. Hay allí obligaciones de todo tipo que la Argentina no podrá cumplir. Si se cumplieran fielmente los acuerdos de Chapultepec, podría llegar a destruirse no sólo la formación de una conciencia nacional, sino también la formación del país desde el punto de vista económico, financiero, militar y cultural". En el momento de la votación los opositores se abstuvieron para evitar que se hicieran evidentes sus diferencias internas y los peronistas aprobaron la adhesión con la oposición de siete de sus miembros.
La valoración de Estados Unidos respecto del gobierno de Perón comenzó a cambiar ayudada por la salida del Departamento de Estado de funcionarios que se habían manifestado más críticos y el 3 de junio de 1947 en un gesto sin precedentes el presidente Truman invitó al embajador argentino que era el Dr. Oscar Ivanissevich a concurrir a la Casa Blanca donde departió amablemente con la visible ausencia de Braden que dos días después renunciaba.
En forma inmediata y contando con el beneplácito de Estados Unidos el gobierno argentino anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y a continuación inició tratativas comerciales y cerró acuerdos comerciales con Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia y Hungría.
El 6 de julio del mismo año Perón en un discurso exponía los principios de la Tercera Posición entre capitalismo y socialismo, mediante la cual se daba a entender que en la naciente Guerra Fría la Argentina no se alinearía de forma automática ni con Estados Unidos ni con la Unión Soviética.
En 1948 la tensión entre los ex Aliados subió al máximo cuando la Unión Soviética bloqueó la comunicación por tierra de la zona de Berlín ocupada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia dejándole solamente la vía por aire. Al llegar la cuestión en el mes de octubre al Consejo de Seguridad de la ONU el representante de Estados Unidos que ejercía la Presidencia debió dejar el cargo por estar involucrado y lo asumió la representación argentina que por indicación de Perón fue asumida directamente por el canciller Bramuglia cuya activa gestión mediadora recibió comentarios elogiosos de los diplomáticos extranjeros.
José Paradiso considera sobre la política exterior del gobierno peronista que:
"En ocasiones ella ha sido considerada una gran responsable de las desventuras argentinas posteriores, otras veces como la expresión de un razonable pragmatismo cuando no como la otra de un sagaz visionario. Probablemente ninguna de estas versiones sea la correcta, aunque cada una de ellas puede reclamar para sí una parte de la verdad".
Al mismo tiempo, aún despierta controversias entre los historiadores la acogida en la Argentina de numerosos nazis prófugos durante y después de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos, Adolf Eichmann, Joseph Mengele, Erich Priebke, Dinko Sakic, Josef Schwammberger, Gerhard Bohne, Walter Kutschmann, Ante Pavelic. En diciembre de 2002, el gobierno argentino en Buenos Aires rechazó las peticiones del Centro Simón Wiesenthal para la publicación de 58 archivos referentes a la fuga de nazis a Argentina; sin embargo, dos de los archivos se abrieron en julio de 2003 y, desde entonces, el gobierno argentino ha cooperado con las investigaciones.
Igualdad entre hombres y mujeres
Durante el primer gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, y que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.
El sufragio femenino
En 1947, se sancionó la ley reconociendo a todas las mujeres mayores de 18 años el derecho a votar y ser votadas (sufragio femenino), existiendo recién entonces sufragio universal en la Argentina. El derecho ya había sido reconocido en San Juan por la reforma constitucional de 1927. A nivel nacional, el derecho al voto venía siendo reclamado por las mujeres desde 1907, cuando Alicia Moreau y otras mujeres fundaron el Comité Pro Sufragio Femenino. Sin embargo ni la Unión Cívica Radical ni los conservadores apoyaron institucionalmente el reclamo y los proyectos presentados fueron sistemáticamente rechazados.
Sin embargo las resistencias al sufragio femenino no estaban ausentes tampoco en el peronismo. En ese sentido Eva Perón (Evita) jugó un papel importante. Luego del 17 de octubre de 1945, a propuesta de Evita, Perón desde su cargo de Vicepresidente, intentó sancionar la ley del voto femenino. Sin embargo las resistencias tanto dentro de las Fuerzas Armadas en el gobierno, como de la oposición, que alegaba intenciones electoralistas, frustraron el intento. También influyó el hecho de que la influencia de Evita dentro del peronismo era relativamente débil antes del 24 de febrero de 1946.
Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mítines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado recién dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y hubo que esperar más de un año para que la Cámara de Diputados sancionara el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres.
Igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad
La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 (II.1) de la Constitución de 1949. El texto fue directamente escrito por Eva Perón. En 1955 la Constitución fue derogada, y con ella la garantía de igualdad jurídica entre el hombre y la mujer en el matrimonio y frente a la patria potestad, reapareciendo la prioridad del hombre sobre la mujer. La reforma constitucional de 1957 tampoco reincorporó esta garantía constitucional, y la mujer argentina permaneció discriminada legalmente hasta que se sancionó la ley de patria potestad compartida en 1985, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Política social
Entre otras reformas sociales y políticas, durante su primer gobierno Perón derogó la ley que establecía la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos y se desarrolló un amplio plan de viviendas para trabajadores. En 1951 comenzó a transmitir LR3 Televisión Radio Belgrano, actualmente llamado Canal 7.
Política obrera
Durante el primer gobierno peronista "el componente salarial del ingreso nacional superó, por primera vez en la historia, a la retribución obtenida en concepto de ganancias, intereses y renta de la tierra. En 1948 aquel ascendía a 53% contra 47% de éste, lo que se comparaba favorablemente con la situación imperante sólo un lustro atrás, cuando los trabajadores percibían 44,4% y los empresarios, capitalistas y rentistas recibían 55,6%".
Huelga ferroviaria de 1950 y 1951
El 15 de noviembre de 1950 comenzó una huelga de los ferroviarios por reclamos salariales que finalizó con un “acuerdo de caballeros” entre huelguistas y funcionarios del Ministerio de Trabajo conforme al cual retornarían al trabajo el día 24 de noviembre, se les concedería un aumento salarial y se dejarían sin efecto las sanciones aplicadas a los huelguistas. Sin embargo, en la primera semana de diciembre el gobierno dejó sin efecto el convenio arribado y despidió y encarceló a los líderes del movimiento de fuerza. Disconforme con las gestiones que había realizado el Secretario de Transportes, coronel Castro, Perón lo hizo renunciar el 16 de enero de 1951. En enero de 1951 comenzó una nueva huelga que abarcó todas las líneas ferroviarias, con el objeto de reclamar la libertad de los dirigentes presos. El gobierno declaró ilegal el conflicto sin obtener el cese de la huelga. En un discurso pronunciado el 24 de enero Perón afirmo refiriéndose a los trabajadores ferroviarios: “El que vaya a trabajar, estará movilizado, y el que no vaya será procesado e irá a los cuarteles para ser juzgado por la justicia militar, de acuerdo con el código de justicia militar”. Al día siguiente un decreto de Perón dispuso la movilización militar de los ferroviarios, que estuvo a cargo del Ejército. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos y unos trescientos quedaron en prisión, produciéndose el retorno al trabajo de los huelguistas tres días después.
Los derechos humanos - La relación con la prensa
Cuando Perón asumió el gobierno muy pocos periódicos lo apoyaban: Democracia, El Laborista y La Época. Pronto comenzaron las medidas más variadas para combatir a los medios opositores. En primer lugar la provisión de papel de diario, que era totalmente importado, que era distribuido por el gobierno fijando cuotas sumamente reducidas para los medios hostiles, habiéndose incluso dispuesto la expropiación de partidas de papel de propiedad de La Prensa y de La Nación. En segundo término la utilización de la prohibición de enviar determinados diarios por correo, también los frecuentes procesos por desacato contra los editores y directores de periódicos críticos. Desde fines de 1949 la comisión parlamentaria bicameral llamada Comisión Visca cuyo cometido original era investigar torturas aplicadas por la policía, se dedicó a realizar investigaciones, allanamientos y clausuras de medios de prensa no oficialistas que afectó a unas 70 publicaciones y finalmente la expropiación lisa y llana con entrega posterior a administraciones adictas como ocurrió con los diarios La Prensa y La Nueva Provincia de Bahía Blanca. Michel Torino propietario del diario El Intransigente de Salta fue acusado de desacato y estuvo varios años preso.
En forma paralela el gobierno aplicando una combinación de presiones -tanto oficiales como sindicales- y beneficios fue adquiriendo en forma directa o a través de testaferros periódicos, revistas y estaciones de radio. Así, por ejemplo, compró los periódicos Democracia, La Razón, Crítica y Noticias Gráficas, el conglomerado Haynes que reunía al diario El Mundo y la radio del mismo nombre así como revistas de diverso tipo a través de Jaime Yankelevich, Oscar Nicolini, Oscar Maroglio, Miguel Miranda, Vicente Carlos Aloé y Ricardo Peralta Ramos, entre otros.También hubo por el gobierno compra de imprentas donde se imprimían medios gráficos, tanto en Buenos Aires como en el interior del país.
Entre la posición crítica de La Prensa y el halago permanente de los diarios oficialistas, Clarín se fue ubicando como medio independiente, lo cual no era fácil para nadie –y menos para un medio de prensa pero, según el periodista Julio Ramos lo favorecía la circunstancia de que a diferencia de otros medios de prensa tomados por el gobierno como La Prensa y Editorial Haynes, carecía de patrimonio: no tenía planta impresora propia y funcionaba en oficinas alquiladas. La información ocultada por la prensa oficialista sólo podía tomarse de radios uruguayas y –aunque tibiamente- en algunos textos perdidos de La Nación o Clarín.
Al finalizar el gobierno de Perón, sólo dos periódicos de circulación nacional -La Nación y Clarín no eran partidarios del peronismo.
Actos de violencia
En el marco del enfrentamiento frontal entre peronistas y antiperonistas, durante el gobierno de Perón se produjeron violaciones de derechos humanos debido a la persecución de opositores -en especial de comunistas-. En este sentido, el organismo más cuestionado utilizado por el gobierno peronista, fue la Sección Especial de la Policía Federal, que aplicaba sistemáticamente la tortura contra los opositores.
En 2005 apareció una versión basada en testimonios de integrantes de la comunidad pilagá, a partir de una demanda de la Federación Pilagá contra el Estado nacional, presentada ese año reclamando un resarcimiento económico, según la cual a fines de 1947 un grupo de unas 8.000 personas de dicha etnia se había instalado en un descampado llamado Rincón Bomba, cercano a la localidad de Las Lomitas en la provincia de Formosa (en aquél entonces Territorio Nacional), y subsistía de la ayuda de los pobladores y del propio Estado, que les envió alimentos, ropas y medicinas. Siempre según esa versión, unos 50 de ellos fallecieron a raíz de la ingesta de alimentos en mal estado y cundió entre los pobladores de la localidad el temor de una represalia, por lo que Gendarmería prohibió a los pilagas ingresar a Las Lomitas. Cuando el 10 de octubre de 1947 un grupo de de más de mil pilagas marchó a encontrarse con el comandante de Gendarmería, varios cientos de ellos habrían sido asesinados por oficiales de esa fuerza. Según Arturo M. Lozza, a nivel de gobierno se trató de ocultar todo.
Por su parte, la oposición lideró actos terroristas y movimientos golpistas; entre ellos, los más cuestionados fueron algunos sectores de la Marina de Guerra y los llamados "comandos civiles" o "comandos de hierro", que causaron con sus acciones la muerte de cientos de civiles.
Uno de los primeros atentados fue sufrido en 1947 por el dirigente sindical y diputado nacional Cipriano Reyes (1906-2001), integrante inicialmente del bloque peronista pero opuesto a la decisión de Perón de disolver el Partido Laborista junto a los otros dos partidos que habían sostenido su candidatura en 1946, para crear un único partido peronista. En el atentado murió el chofer de Reyes y él mismo resultó herido. Poco después, Cipriano Reyes y otros dirigentes laboristas, fueron detenidos bajo la acusación de estar planeando el asesinato de Eva Perón. Los detenidos fueron severamente torturados por la Policía Federal y condenados en un proceso en el que no se respetaron la garantías de los acusados. Otros opositores que sufrieron tortura fueron los militantes universitarios Ernesto Mario Bravo y Luis Vila Ayres, comunista el primero y socialista el segundo, y el abogado radical Juan Ovidio Zavala. En 1949, en el marco de una huelga de trabajadores del azúcar en Tucumán fue detenido y torturado por la policía en los sótanos de la Casa de Gobierno de Tucumán hasta resultar muerto, el sindicalista Carlos Aguirre.
El 15 de abril de 1953 un comando civil antiperonista realizó un atentado terrorista en la Plaza de Mayo haciendo estallar dos bombas durante una manifestación sindical organizada por la CGT, que asesinó a 5 trabajadores y dejó más de 90 heridos. Con posterioridad sufrieron torturas el radical Roque Carranza -Ministro de Defensa en 1983- y el demócrata progresista Carlos Alberto González Dogliotti -ambos responsables del atentado en Plaza de Mayo-, así como Yolanda J. V. de Uzal y los hermanos María Teresa y Jorge Alfredo González Dogliotti.
El 16 de junio de 1955 un grupo de civiles y militares, entre los cuales se encontraba el dirigente radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, intentó un golpe de estado que finalizó en el fracaso. En el curso del mismo, los golpistas ordenaron bombardear la Plaza de Mayo, causando la muerte de 364 civiles y más de 800 heridos. El hecho es conocido como el bombardeo de Plaza de Mayo y es una de las masacres más graves de la historia argentina.
Al día siguiente, el 17 de junio de 1955, la policía de la ciudad de Rosario detuvo sin orden judicial a Juan Ingalinella, médico y dirigente del Partido Comunista Argentino (PCA). Ingalinella fue torturado hasta causarle la muerte y su cuerpo fue hecho desaparecer.
El gobierno de Perón se caracterizó por un agudo conflicto entre peronistas y anti-peronistas: los oficialistas acusaban a los anti-peronistas de participar en complots, actos terroristas e intentos de golpes de estado por su parte el anti-peronismo acusaba el proceder autoritario del gobierno, el control de los medios de comunicación y las acciones represivas.
El conflicto concluyó con el derrocamiento de Perón y la instauración de la dictadura militar denominada como Revolución Libertadora, la cual era apoyada por los sectores anti-peronistas. Al poco tiempo de instaurada, el peronismo fue proscripto y sus simpatizantes perseguidos, torturados y asesinados. Uno de los casos más claro fueron los Fusilamientos de José León Suárez, que dejó como saldo final la muerte de 18 militares y 13 civiles ejecutados sin juicio previo. La Revolución Libertadora también ilegalizó al Partido Comunista, el cual — pese a la fuerte orientación anticomunista de su gobierno — había sido legal en la época de Perón.
Reforma constitucional
Asimismo durante el primer gobierno de Perón se reformó la Constitución Nacional en 1949 incorporándose los derechos laborales y sociales (Art. 37) que caracterizaron al constitucionalismo social y las bases jurídicas para expropiar grandes empresas monopólicas (Art. 40). Al mismo tiempo se establecía la reelección presidencial indefinida (Art. 78). Esta Constitución sería derogada por una proclama del régimen militar que derrocó al gobierno peronista.
Segundo gobierno de Perón (1952-1955)
El segundo gobierno peronista se caracterizó por el agotamiento de la política distributiva que caracterizó al primer gobierno. Los beneficios sindicales fueron recortados. Las huelgas y los conflictos sociales se generalizaron.
En 1952 Perón convoca a sindicatos y empleadores al Congreso Nacional de la Productividad, con el fin de generar un proceso de diálogo social tripartito para enfrentar la crisis. El Congreso fracasa por la incomprensión de los mecanismos de diálogo social tanto por parte de los sindicatos como de las empresas, e incluso de los propios funcionarios del gobierno peronista.
A partir de su reelección, en la cual obtuvo la victoria con un 62% de los votos, se producen algunos cambios significativos en el plano económico. Los salarios, que habían aumentado considerablemente hasta ese momento, se congelaron al igual que los precios por medio de contratos bianuales. El IAPI comenzó nuevamente a subvencionar al sector agrario. Se logró controlar el proceso inflacionario. El llamado al capital extranjero con el propósito de desarrollar la industria pesada fue motivo de polémicas, y atrajo las críticas de los opositores, entre ellos Frondizi.
Política energética
Cuando comenzó el segundo mandato de Perón en 1952, la Argentina se encontraba en una aguda crisis energética: YPF -bajo control Estatal- se encontraba muy lejos de autoabastecer de combustible al país, en consecuencia, importaba un 60% y en 1954 tuvo su primera crisis en la balanza de pagos. Perón decidió firmar un contrato el 11 de diciembre de 1947 entre YPF y la empresa petrolera estadounidense Drilexco, para la exploración de cuarenta pozos de petróleo, ya que los recursos que tenía el Estado no eran suficientes para logar por si solo el autoabastecimiento. Por ello, se mandó al Congreso una ley para inversiones en el rubro petrolero. Sin embargo hubo arduos debates en el Congreso Nacional, pero la ley fue sancionada con éxito en 1953. Existía el temor de que produjeran concesiones a las petroleras extranjeras bajo esta ley. El diputado radical Arturo Frondizi preguntó al Poder Ejecutivo si este contrato era por la "desorganización de los equipos técnicos", o debido a la "carencia de maquinarias y repuestos", por parte de YPF. También Frondizi había dicho que: "ya sea porque no ha proporcionado las divisas necesarias el Banco Central, o porque Estados Unidos ha obstaculizado las compras". El general Perón también firmó en 1954 un acuerdo con la Standard Oil para que la empresa estadounidense explotara una extensa área del sur argentino con yacimientos. Hubo duras críticas al contrato, se lo acusó de violar la soberanía argentina, y el mismo quedó sin efecto tras el golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955.
Se creó la empresa distribuidora Gas del Estado, para la distribución de aquel recurso. Se puso en marcha el primer gasoducto que conecta la ciudad de Comodoro Rivadavia con la Ciudad de Buenos Aires, de una longitud de mil seiscientos kilómetros. Fue inaugurado el 29 de diciembre de 1949, siendo el primero de su especie en Sudamérica y el más largo del mundo para ese momento. Pero tras el golpe de Estado de 1955 no se llegaron a construir las válvulas y terminales para que el gasoducto fuera capaz de transportar gas a los hogares. A su vez, la reforma constitucional nacionalizo los yacimientos petroleros, haciendo así de YPF un monopolio estatal.
Durante sus años en el exilio, Perón dijo al respecto de YPF:
"Yo creo que YPF no tiene ni capacidad organizativa ni capacidad técnica ni capacidad financiera para un esfuerzo de esa naturaleza. Los sistemas empleados en la Argentina distan mucho de los nuevos métodos de exploración, prospección, cateo y exploración racional de los yacimientos modernos. Los costos de producción de YPF son absolutamente antieconómicos. Hacer de esto una cuestión de amor propio es peligroso y estúpido... Estos nacionalistas de opereta han hecho tanto mal al país con sus estupideces como los colonialistas con su viveza. Unos negativos y otros excesivamente positivistas representan dos flagelos para la economía del país".
El conflicto con la Iglesia
En el año 1954 se inició una compleja escalada de enfrentamientos entre el gobierno y la Iglesia Católica, que había apoyado activamente al peronismo hasta ese año.
Ese mismo año, Perón logró del Congreso la sanción de la Ley Nº 14.394, cuyo artículo 31 incluye el divorcio. Tras el derrocamiento de Perón, este artículo fue suspendido mediante el decreto ley 4070/1956. El divorcio volvería a ser aceptado en 1987 mediante la sanción de la Ley Nº 23.515.
El 30 de diciembre de 1954, mediante un decreto, se autorizó la apertura de prostibulos, que estaban prohibidos desde décadas atrás.
Distintos grupos opositores, entre ellos algunos abiertamente anticlericales, aprovecharon la coyuntura para organizar un amplio frente de oposición al gobierno. La respuesta del peronismo fue errática y por momentos violenta, lo que llevó aparejado un rápido fortalecimiento de la oposición.
El derrocamiento
Desde 1951 sectores cívico-militares antiperonistas habían venido desarrollando actos terroristas a través de los denominados Comandos Civiles.
El 16 de junio de 1955 los Comandos Civiles, integrados por conservadores, radicales y socialistas, junto con la Marina de Guerra y sectores de la Iglesia Católica intentaron un golpe de Estado que incluyó el Bombardeo de la Plaza de Mayo y el centro de la ciudad de Buenos Aires con más de 364 muertos y centenares de heridos. El ataque se produjo con una veintena de aviones de la Aviación Naval sobre la multitud que se encontraba en una manifestación. Los ataques continuaron hasta las 18 horas. El Ejército instaló tanques y baterías antiaéreas para proteger al presidente, por lo que a los insurgentes se les ordenó atacar a los miembros del Ejército y a los civiles que apoyaban a Perón. Finalmente, los atacantes pidieron asilo político en Uruguay.
Luego Perón pidió calma a la población, en un discurso público por radio, pero sus seguidores, en respuesta a los ataques, incendiaron varias iglesias en el centro de la capital.
Perón dio entonces por finalizada la llamada revolución justicialista, y llamó a los partidos políticos opositores a establecer un proceso de diálogo que evitara la guerra civil. Por primera vez en años los opositores pudieron utilizar los medios de difusión estatales. Pero para entonces los partidos opositores no estaban interesados en llegar a un acuerdo con Perón, y utilizaron la oportunidad para difundir su oposición al gobierno y denunciar por radio la falta de libertades. Poco después Perón dio por concluidas las conversaciones.
El 16 de septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas derrocaron a Perón. La CGT, sectores del peronismo e incluso sectores opositores fueron a reclamar armas para impedir la toma del poder por los militares, pero el presidente se las negó y se exilió temporalmente en Paraguay.
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Actividad:
Dar el presente en el sector comentarios. Leer el siguiente artículo publicado en www.elhistoriador.com.ar http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/ascenso_y_auge_del_peronismo/17_de_octubre_de_1945.php
explicar sintéticamente cuál fue la motivación de los concurrentes a la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 y comparar el fenómeno con los inicios del Radicalismo.