1) Dar el presente y efectuar un análisis sintético de lo que significa para Ud. el 12 de Octubre, analizando lo visto en clase y el material bibliográfico obligatorio.
Es muy importante dar una opinión personalizada y reflexiva.
ESTA ES LA ÚNICA ACTIVIDAD A REALIZAR.
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A PARTIR DE AQUÍ COMIENZA LA UNIDAD 2 QUE VAMOS A EMPEZAR A VER EL MARTES, ESTA CLASE NO TIENE ACTIVIDAD PRÁCTICA.
LA EMANCIPACIÓN AMERICANA COMO FENÓMENO FILOSÓFICO, POLÍTICO
Y CULTURAL. LA EDUCACIÓN EN EL VIRREYNATO DEL RÍO DE LA PLATA, LA INFLUENCIA DE
LOS EGRESADOS DE LA UNIVERSIDAD DE CHARCAS.
Universidad
Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca o Universidad de
Charcas
Historia
Fue
fundada el 27 de marzo de 1624, por el sacerdote jesuita Juan Frías de Herrán.
Su primer rector fue el padre Luis de Santillán. Desde su creación, tuvo una
notable influencia en el territorio del Alto Perú y en toda la región de
Sudamérica. En 1775 fue fortalecida con la creación de la
Academia Carolina dedicada
a la práctica del Derecho.
Esta Universidad
se convirtió en una de las más famosas del Nuevo Mundo, y es imposible negar su
gran relevancia e importancia en la historia sudamericana. El claustro de la
Universidad tuvo
un papel destacado en los hechos de la
Revolución de
Chuquisaca del 25 de mayo de 1809. Desempeñó un papel destacado en la
independencia de las colonias americanas del Imperio Español, educando a muchos
de los patriotas que formaron los primeros gobiernos independientes del Cono
Sur. Según el historiador Clément Thibaud, la
Academia Carolina de
Charcas fue una escuela de dirigentes para la independencia, ya que en su
tiempo era la única institución de estudios jurídicos de importancia en todo el
Río de la
Plata y del
Virreinato del Alto Perú. Por lo tanto, fue formadora de las mentes
emancipadoras de toda américa del Sur. Produjo una cantidad de hombres
distinguidos, como Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, José Ignacio Gorriti,
José Mariano Serrano y Juan José Castelli, militantes de primera línea en la
revolución argentina; Bernardo Monteagudo, ideólogo y combatiente
revolucionario en Charcas, Argentina, Chile y Perú; Manuel Rodríguez de
Quiroga, protagonista de la independencia del Ecuador; Mariano Alejo Álvarez,
precursor de la revolución peruana y Jaime de Zudáñez, líder incuestionable en
Charcas, redactor de las constituciones de Chile, Argentina y Uruguay y primer
Presidente de la
Corte Suprema de
Justicia de este último país.
EN
CHARCAS NACIÓ LA
LIBERTAD DE AMÉRICA
ANTONIO
CACUA PRADA
Presidente
de la
Academia Patriótica Antonio
Nariño y de las Academias de Historia y de Lenguaje de Colombia.
En
la hermosa y colonial ciudad capital constitucional de la
República de
Bolivia, fundada en 1540 con el nombre de Villa de la
Plata por el
conquistador español Pedro Anzúrez, Marqués del Campo Redondo, después
denominada Charcas, Chuquisaca y actualmente Sucre, en memoria del gran
mariscal Antonio José de Sucre, nació el 25 de mayo de 1809 la libertad de América.
Tiene
ella la primogenitura de haber proferido desde la cumbre de los Andes el grito
sonoro de independencia, que como un trueno retumbó en todas las colonias
ultramarinas de España, y con su descarga eléctrica iluminó las inteligencias
de los criollos y produjo el desenlace de los sucesos que en cadena
manifestaron en forma vehemente el sentimiento colectivo de su libre
determinación.
1.
LOS COMUNEROS
Ante
el aumento de los impuestos y los gravámenes, que el gobierno español había
señalado para las colonias de ultramar en 1780, se encendió la chispa de las
insubordinaciones en Arequipa, el Cuzco, Huaraz, La
Paz y
Cochabamba. Entonces se escuchó la consigna: “Viva el rey y muera el mal
gobierno”.
En
Chayanta los hermanos Tomás, Nicolás y Dámaso Catarí insubordinaron a los indios
en agosto de 1780 porque les doblaron los tributos. Los tres pagaron con su
vida esta motivación.
El
4 de noviembre de 1780 estalló la revolución contra el yugo español y el agobio
de tributos forzosos, acaudillada por José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru
II, en Tungasuca. Encabezando un crecido ejército cruzó la localidad de La
Raya , perteneciente al Virreinato de Buenos Aires. Luego
marchó e impuso sitio al Cuzco. El 6 de abril de 1781, tropas españolas
capturaron al intrépido caudillo. El 18 de mayo de 1781 lo ejecutaron, con su
esposa Micaela Bastidas, sus hijos Hipólito y Fernando y otros rebeldes.
Las
ideas de libertad de Túpac Amarú II volaron a todos los confines de la
América y
motivaron levantamientos comuneros en diferentes países.
El
10 de febrero de 1781, Jacinto Rodríguez y Sebastián Pagador soliviantaron al
pueblo de Oruro exigiendo la integración de los cabildos solo con naturales del
país.
Julián
Apaza con el título de virrey Túpac Catarí, y su mujer Bartolina, en marzo de
1781, marcharon sobre La
Paz al frente de
treinta mil indios, en conexión con la sublevación de Túpac Amarú en el Cuzco.
Después de siete meses de sitio cayeron fusilados por tropas españolas enviadas
desde Buenos Aires. Estas, a su vez pusieron fin a la rebelión de Oruro.
Los
motines sociales irrumpieron el 16 de marzo de 1781 en la ciudad neogranadina
de El Socorro y continuaron en Simacota, San Gil, Pinchóte, Confines, Barichara.
Chima, Oiba, Guadalupe, Charalá, Páramo, Vélez, Puente Real, Mogotes, Onzaga,
Zapatoca, Tequia, Sogamoso, San Andrés, Moniquirá, Concepción y otras
poblaciones. Veinte mil comuneros marcharon sobre Santafé de Bogotá,
capitaneados entre otros por Juan Francisco Berbeo, José Antonio Galán, Isidro
Molina y Ambrosio Pisco, que se denominó: Príncipe de Bogotá y señor de Chía.
En Zipaquirá, los comuneros, el 7 de junio aprobaron unas capitulaciones y
aceptaron regresar a sus pueblos, después de recibir las promesas de abolir
algunos impuestos y suprimir los nuevos tributos.
En
Venezuela de igual manera se levantaron en San Antonio del Táchira, San
Cristóbal, La
Grita , Bailadores, Mérida y el Ejido.
El
13 de octubre de 1781 Salvador Plata capturó a José Antonio Galán en el sitio
conocido como Chaganuete, en la boca del monte de los Llanos Orientales,
adelante de la parroquia de Onzaga, y lo llevaron preso a El Socorro. De allí
lo trasladaron a Bogotá el 6 de noviembre y le empezaron juicio. El 30 de enero
de 1782 lo sentenciaron y el 19 de febrero lo arcabucearon junto a Isidro
Molina, Lorenzo Alcantuz y Manuel Ortiz, en la
Plaza Mayor de
Santafé de Bogotá y expusieron sus cabezas y cuerpos en varias poblaciones. El
18 de marzo el gobierno español anuló las capitulaciones de Zipaquirá.
En
Caracas, en 1797, Manuel Gual, José María España y Juan Bautista Picomell
propiciaron una conspiración contra las autoridades españolas. A José María
España lo ejecutaron en 1799.
Un
nuevo movimiento independentista surgió en 1805 en el Cuzco encabezado por
Gabriel Aguilar y José Manuel Ubalde, a quienes fusilaron el 5 de diciembre de
ese mismo año.
Estos
fueron algunos de los alzamientos más señalados, de indígenas, criollos y
mestizos, contra el sometimiento, explotación e injusticias del poder español.
El
anhelo de liberación no alcanzó sus objetivos, por la falta de preparación
intelectual y militar de los caudillos, y por los escasos recursos con los
cuales contaban. Pero estos sucesos, cargados de patíbulos y de sangre,
abrieron los caminos del patriotismo y señalaron las rutas futuras de la
emancipación.
2.
EN EL ALTO PERÚ
El
siglo XVI de nuestra era estuvo marcado por el descubrimiento y conquista de
las nuevas tierras de América.
En
1529 el emperador Carlos v adjudicó a los conquistadores españoles Francisco
Pizarro y Diego de Almagro el reino de los Incas en el Perú. A Pizarro le
otorgó la parte norte con el nombre de Nueva Castilla y a Diego de Almagro la
correspondiente al sur o primitivo Collasuyu, que denominó Nueva Toledo.
Almagro
envió al capitán sevillano Juan de Saavedra a conquistar a Chile, mientras él,
en 1535, erigía el pueblo de Paria, en Oruro. Luego continuó hasta Copiapó,
puerto sobre el mar Pacífico, en la región de Atacama.
Entre
tanto Gonzalo Pizarro, hermano menor de Francisco, fundador de Lima, conquistó
las tierras habitadas por los indios Charcas, en 1538.
Dos
años después, el español Pedro Anzúrez, en 1540, trazó la
Villa de La
Plata , llamándola así por el rico metal de las minas del cerro
de Porco. Posteriormente la población tomó los nombres de Charcas, Chuquisaca y
Sucre.
En
1545 Diego de Villarroel fundó la
Villa de Potosí.
Pasados tres años, en 1548, edificaron a Pueblo Nuevo de Nuestra Señora de la
Paz , hoy La
Paz , Bolivia.
3.
OBISPADO Y REAL AUDIENCIA EN CHARCAS
El
romano pontífice creó en 1552 el Obispado de Charcas o de La
Plata. En 1559,
el rey Felipe II instituyó la
Real Audiencia de
Charcas. Por medio de las jurisdicciones eclesiástica y civil, España impuso en
forma omnipotente su autoridad en sus colonias de ultramar.
En
1605 la sede episcopal de La
Plata pasó a ser
arquidiócesis y establecieron la diócesis de La
Paz como
sufragánea. Por cédula real, en 1776, adscribieron la
Audiencia de
Charcas al Virreinato del Rio de la
Plata , que tenía por capital la ciudad de Santa María de los
Buenos Aires.
Con la
Universidad de
San Francisco Xavier, Charcas completó la trilogía de los poderes civil,
religioso e intelectual, que le dieron tanta nombradía y merecido prestigio.
4. LA
UNIVERSIDAD DE SAN
FRANCISCO XAVIER
La
ciudad de Charcas se hizo famosa en la época colonial por su prestigiosa
Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier, erigida el 27 de
marzo de 1624 por bula del papa Gregorio xi y orden real de Felipe IV de
España. Puesta bajo la dirección de los Padres de la
Compañía de
Jesús, jesuitas, Orden creada en Roma en 1540 por el sacerdote español Ignacio
de Loyola, cupo al Padre Juan Frías de Herrán regir los primeros años del
claustro y trazarle su derrotero.
Los
religiosos hijos de Loyola estuvieron al frente de este afamado centro
profesional por espacio de 146 años, hasta su expulsión del Alto Perú en 1767,
a causa de
la pragmática sanción del rey Carlos ni de España.
En
esta célebre y renombrada institución se formó la intelectualidad civil y
religiosa de la
Argentina , Uruguay, Chile, Ecuador y Perú. En sus aulas
predominaron la
Escuela Escolástica y
el aristotelismo, las doctrinas del dominico y teólogo italiano Santo TOMÁS DE
AQUINO, del fraile dominico español FRANCISCO DE VITORIA, de los religiosos
jesuitas españoles, el teólogo y filosofo FRANCISCO SUÁREZ y el historiador
JUAN DE MARIANA. Sus egresados en ciencias filosóficas, teológicas y jurídicas
salían aptos para servir a Dios o al Estado.
Anexa
a la universidad se constituyó en 1776 la
Academia Carolina o
Escuela de Graduados, donde los juristas hacían sus prácticas forenses, se
discutían y trataban los temas del momento y se debatían los principios y
normas fundamentales sobre libertad e independencia. Después de la ex-pulsión
de los jesuitas, la universidad pasó a depender de la
Real Audiencia.
5.
EL DESPOTISMO ILUSTRADO
En
la segunda mitad del siglo de los Borbones empezó a sentirse en América el
“despotismo ilustrado”. Entonces se dispusieron las reformas económicas,
sociales, administrativas, militares y educativas. La universidad, dentro del
siglo de la ilustración, buscó desarrollar las artes, las ciencias y la
técnica.
Este
movimiento de renovación se orientó hacia la industrialización, el desarrollo
agrario y la vuelta a la naturaleza para propender a la utilidad pública,
mejorar las condiciones de vida y aumentar la economía.
Por
esos tiempos el escritor, abogado y político español GASPAR MELCHOR DE
JOVELLANOS pedía la mayor libertad posible para que creciera la industria, el
comercio, la población y la riqueza.
La
universidad, que era elitista y excluyente de la mujer, se volvió laica y más
orientada hacia este mundo.
Las
tesis en boga de los filósofos franceses VOLTAIRE y JUAN JACOBO ROUSSEAU, del
escritor MONTESQUIEU y de los enciclopedistas JUAN BAUTISTA D’ALEMBERT y DENIS
DIDEROT, alentaron los sentimientos de cambio y de independencia entre los
universitarios de todos los confines.
En la
Sala Mayor de la
Universidad de
San Francisco Xavier se produjo el silogismo: “El rey merece la lealtad de los
americanos hasta donde el gobierna para su total beneficio. Pero el régimen del
rey es discriminatorio contra los españoles nacidos en América. Por tanto su
obediencia es nula”.
La
universidad de Charcas irradió el pensamiento universitario, y los jóvenes
doctores de Chuquisaca se convirtieron en los ideólogos de la libertad
americana.
El
12 de enero de 1809 se produjo la declaración del claustro de San Xavier, o
Acta de los Doctores. En ella trataron sobre la urgencia de implantar un nuevo
sistema de gobierno, donde los españoles americanos no fueran discriminados y
no se atentara contra los derechos de la población indígena.
Estos
eran los temas de las llamadas tertulias, tan de uso y costumbre por aquellas
épocas y de los escritos subversivos clandestinos que circulaban de mano en
mano. Tal era el aire que se respiraba en la prestigiosa ciudad de Charcas, en
los preludios de la insurrección.
6.
NUEVOS PRESIDENTE Y ARZOBISPO
En
noviembre de 1797 nombraron como presidente de Charcas a don Ramón García de
León y Pizarro, de 68 años de edad.
“Chuquisaca
era una ciudad que tenía pocos recursos para la distracción y descanso de los
quehaceres cotidianos, incluso por estar apartada de los caminos reales las
noticias no llegaban con la frecuencia que sería de desear. Todo el mundo
estaba demasiado pendiente de lo que ocurría en ella, y todo se comentaba, se
hablaba, y se exageraba. Las tertulias eran frecuentes: también las fiestas con
sus oportunos refrescos. Allí se hacían las amistades, y también se perdían los
amigos”.
El
presidente García de León comenzó a sentir el peso y la soberanía de los
oidores en su contra, pues ellos querían manejarlo a su antojo para su personal
provecho. La situación se complicó con la designación del asesor interino de la
presidencia, don Pedro Vicente Cañete. Todo comenzó por el uso protocolar del
sombrero de copa, que se acostumbraba en esa época.
Los
oidores, de la
Real Audiencia querían
que el presidente cuando asistiera con el Real Acuerdo en Corporación fuera sin
sombrero de copa, como era de uso. “Que apareciera destocado como cualquier
vecino”. Para remediar semejante problema acordaron una solución intermedia:
que el presidente utilizara un coche en sus desplazamientos.
Con
motivo de la fiesta del Corpus, el presidente salió en su coche para asistir
con la
Real Audiencia a
la catedral. Cuando los ministros de la
Audiencia se
dieron cuenta de que llevaba puesto el sombrero, se entraron precipitadamente a
la iglesia y lo dejaron solo. Esto dio mucho de qué hablar en Chuquisaca.
Don
Pedro Vicente Cañete, el asesor presidencial, le hizo saber al mandatario
cuales eran “sus preeminencias y las regalías de su empleo y el modo de usarlos
frente al tribunal”.
El
presidente García de León y Pizarro “sostuvo el fuero de ponerse el sombrero en
la calle asistiendo con el Real Acuerdo”.
La
discordia o falta de buena armonía entre la
Real Audiencia y
su presidente se aumentó cada día por la ojeriza que los oidores le cogieron al
asesor señor Cañete. Por cosas tan nimias la
Audiencia quiso
destituir legalmente al presidente y aprovechó una enfermedad catarral que se
le complicó con un reumatismo agudo, pero no lo logró.
El
1º de enero de 1 807 llegó a Chuquisaca el nuevo arzobispo don Benito María de
Moxó y de Francolí, en sustitución por muerte de su antecesor fray José Antonio
de San Alberto. Al principio fue muy bien recibido, pero poco a poco el
"ambiente puntilloso y susceptible, tan erizado de resentimientos”, tocó
con el prelado.
El
arzobispo y el presidente hicieron causa común. Entonces los oidores las
emprendieron contra los dos. Cuanto promovían los unos, era pésimo para los
otros.
7.
NOTICIAS DE ESPAÑA
En
1808 llegaron a Chuquisaca las noticias sobre la invasión a España del
emperador francés Napoleón Bonaparte; la abdicación y el cautiverio de los
reyes Carlos IV y Fernando VII y de su familia en Bayona; la proclamación cíe
José Bonaparte como nuevo gobernante de la
Península Ibérica ; las intrigas de la princesa del Brasil,
Carlota Joaquina de Borbón, hermana del rey Fernando VII, quien aspiraba al
trono del Rio de la
Plata ; la constitución de juntas supremas en defensa de
Fernando VII.
El
11 de noviembre de 1808 llegó a la ciudad de La
Plata el
Brigadier don José Manuel de Goyeneche, comisionado por la
Junta de Sevilla
para entregar a las autoridades los pliegos con noticias de España e
informarlos sobre los acontecimientos del momento. El enviado español se
hospedó en el palacio arzobispal de su excelencia el señor arzobispo Moxó.
La
misma tarde de su llegada, el brigadier Goyeneche solicitó al presidente
convocar una reunión para presentar el Real Despacho de la
Junta de
Sevilla. Esta se citó para las 4 de la tarde del 12 de noviembre en la casa
pretorial.
Tanto
el señor regente y decano de la
Audiencia , oidor Boeto, como los demás oidores quisieron
boicotear esta actividad. En últimas, concurrieron. Allí se reconoció la
Junta de Sevilla
y se leyeron unos pliegos de la
Corte del
Brasil. Al día siguiente Goyeneche salió de Chuquisaca y los de la
Audiencia rompieron
fuegos contra sus presuntos contrincantes.
Los
miembros del Real Acuerdo aprovecharon el momento y se manifestaron contrarios
al visitador brigadier Goyeneche. Entonces exhibieron los pliegos de la
Corte del Brasil
y le informaron al pueblo que el presidente y el arzobispo, influidos por
Goyeneche, iban a entregar la intendencia del Alto Perú a la infanta Carlota
Joaquina y a su esposo, el príncipe regente de Portugal. Ningún pretexto mejor
para prender la chispa que sacudió el alma de los chuquisaqueños.
8.
LOS PLIEGOS DEL BRASIL
El
27 de agosto de 1808 la infanta Carlota Joaquina de Borbón, princesa de
Portugal, envió al virrey Santiago Liniers una carta en la cual lo invitaba a
continuar en su fidelidad al rey y a la familia real española y le adjuntó una
proclama que ella junto con su primo el infante Pedro Carlos de Borbón y
Braganza, habían suscrito el día 19 del mismo mes.
Copias
de estas notas fueron enviadas por el virrey Liniers con Goyeneche al
presidente García de León y Pizarra y al arzobispo Moxó. Después el Ministro de
Asuntos Exteriores de la
Corte del Brasil
dirigió otra serie de cartas a distintas entidades de Chuquisaca sobre el mismo
tema.
El
rector interino de la
Universidad San Francisco
Xavier, don Manuel Gil, solicitó permiso para celebrar el claustro general y
leer la correspondencia del Brasil. El acto se efectuó el 12 de enero de 1809.
La
conclusión a que llegó el plenario universitario fue el que se prohibiera la
circulación de esos pliegos en el distrito de Charcas, “por ser tentativas
atrevidas de la
Corte del
Brasil”, y contener posiciones falsas y contrarias a la legítima soberanía de
nuestro amado monarca Fernando VII. De estas determinaciones se daría cuenta a la
Audiencia.
Al
tener conocimiento de lo anterior, el fiscal López Andreu solicitó recoger
todos los papeles llegados del Brasil al distrito de la audiencia de Charcas,
porque resultaba “sumamente perjudicial la circulación y publicación de tales
papeles”. Tanto el presidente como el arzobispo no cumplieron la solicitud. El
presidente le ofició al virrey de Buenos Aires el resultado del cónclave
universitario.
El
27 de febrero de 1809, el virrey Liners le pidió al presidente García Pizarra,
“por justas y graves consideraciones”, se testase y cancelase el acta del
claustro de San Xavier.
Tan
pronto el presidente recibió la orden de Buenos Aires le pasó un escrito
reservado al rector en el cual le ordenaba trasladarse a su casa con el libro
de actas y los papeles recibidos del Brasil.
“Una
vez allí se borró sencillamente lo escrito en el libro de actas, recomendando
el presidente al rector y secretario máximo sigilo para evitar las bullas y
alborotos”.
El
20 de mayo de 1809, el procurador de la universidad, don Manuel Sudanés, que
había dictado la referida acta, conoció lo obrado por la directiva e interpasó
inmediatamente la respectiva denuncia y pidió que se hiciera una exhaustiva
averiguación sobre los autores del atentado, se les sancionase severamente y
sobre todo que se repusiese el acta en los libros de la universidad.
El
fiscal López Andreus presentó la denuncia del síndico de la universidad al
tribunal. La
Real Audiencia el
22 de mayo nombró al oidor Ussoz para hacer la averiguación.
También
empezaron a propiciar los rumores que insinuaban que el presidente García
Pizarra iba a desterrar y extraditar a los oidores y a otros vecinos importantes
por no estar de acuerdo con él.
9.
OTROS MOTIVOS
La
designación del provisor de la diócesis de Charcas y la constitución de una
compañía de milicias de honor fueron motivo de singulares enfrentamientos del
arzobispo y del presidente con la
Real Audiencia , el fiscal López Andreus y un grupo de abogados
de Charcas.
Para
completar, el 9 de abril de 1809 se celebró en la iglesia de San Francisco, de La
Plata , un funeral al que asistió el rector de la universidad,
el doctor don Manuel Gil, quien “usaba en la función un cojín donde
arrodillarse por privilegio o por costumbre de tiempo muy antiguo”.
Cuál
no sería la sorpresa del público asistente a la vigilia al observar los
cuchicheos entre los oidores y el posterior desacato cometido contra el rector
don Manuel Gil. El oidor José Agustín de Ussoz y Mozi habló con el decano
regente, don Josef de la
Iglesia , y este, con el alguacil. El polizonte se acercó al
lugar donde estaba el rector don Manuel Gil y le quitó el cojín que tenía
delante, ante el asombro de todos.
Dado
el ambiente ciudadano y la poca simpatía que tenían entre el pueblo los
oidores, por su soberbia y arbitrariedades, y la ofensa que en su cabeza había
recibido todo el claustro universitario, la campaña que se desató en la ciudad
entre hablillas, murmuraciones, pasquines, anónimos e insultos fue enorme.
Los
pasquines fueron los anónimos que más inquietaron a la autoridad. En un
principio los ataques se enfocaron contra el oidor Ussoz, de quien parece
partió la idea del desacato al rector, pero luego los orientaron contra las
autoridades, civil y eclesiástica, que no habían intervenido para nada en este
asunto. Hicieron un cambio como por arte de magia. Dos bandos se formaron en la
ciudad de La
Plata. De una
parte, el presidente y el arzobispo y sus amigos, respaldados por el virrey de
Buenos Aires. De la otra, los oidores de la
Real Audiencia , secundados por un grupo de regidores y algunos
prestantes vecinos.
10.
LAS TERTULIAS
En
Chuquisaca se hicieron populares las tertulias vespertinas que se formaban en
las casas con sus vecinos. Estos coloquios, cuyo fuerte eran las noticias
llegadas de España y de Buenos Aires se convirtieron en clandestinos, porque
empezaron a tratar temas como el del poder del rey y del pueblo.
Los
pasquines se multiplicaron. El caso del cojín creó enorme indignación en el
claustro universitario. Las ideas de independencia y de libertad comenzaron a
difundirse y a invitar a los ciudadanos al tumulto y a la conmoción. Buscaron
“sublevar las provincias que componían el Distrito de la
Audiencia de
Charcas para conseguir la independencia”. Querían destituir al presidente
García Pizarro y crear una junta.
El
golpe se planeó para el 30 de marzo, Jueves Santo, pero fracasó.
Propagaron
la especie que tanto el arzobispo como el presidente iban a encausar a cuarenta
personas contrarias a sus ideas, junto con un complot para entregar las
provincias interiores a la infanta Carlota Joaquina, hermana de Fernando vil, y
a la corte del Brasil.
El
16 de mayo de 1809 el cabildo secular pidió a la
Audiencia abrir
una sumaria y averiguar los rumores esparcidos por la ciudad.
El
18 de mayo la
Audiencia encargó
al juez Semanero, al oidor José Agustín de Ussoz, para adelantar la
investigación. El presidente García Pizarro se pronunció sobre la falsedad de
los rumores y anunció graves castigos contra los autores de los pasquines.
El
presidente le escribió el 23 de mayo de 1809 al intendente de Potosí, don
Francisco de Paula Sanz, para darle cuenta del peligro en que se encontraba
Chuquisaca y le pidió una ayuda rápida y urgente.
El
24 de mayo terminó la sumaria el oidor José Agustín de Ussoz. La
Audiencia no
pudo sindicar al presidente García Pizarro del delito que le imputaban.
11.
EL DETONANTE
El
ambiente en la ciudad de Charcas durante el mes de mayo de 1809 era de cambio,
de insurrección, de independencia. El pensamiento universitario sobre la
igualdad de los seres humanos y el origen del poder político supremo que
residía en el pueblo, estaban, en la conciencia de todos los chuquisaqueños.
Buscaban
acabar con los privilegios de los españoles y las injusticias y abusos contra
los criollos, los mestizos y los indios.
El
detonante se produjo el 25 de mayo de 1809. Ese día el presidente don Ramón García
de León y Pizarro ordenó poner en prisión al doctor Jaime Zudáñez, abogado de
los pobres, el personaje más popular de los funcionarios de la
Real Audiencia ; al fiscal de su majestad, doctor Miguel López
Andreu, célebre por sus vistas fiscales, y a los oidores, doctor José Agustín
de Ussoz y Mossi, quien presidía la “Academia Carolina y era el maestro de los
abogados y de los practicantes juristas”, y al doctor José Vásquez Ballesteros,
juez semanero.
Solo
al abogado don Jaime Zudáñez lograron detenerlo en su domicilio. Los oidores,
desconcertados ante el comienzo de las detenciones, procuraron ponerse a salvo,
fugándose y escondiéndose. El fiscal López Andreu huyó de la ciudad.
Ante
los gritos dados por el doctor Zudáñez y sus familiares, empezó el tumulto. La
noticia se esparció por toda la ciudad y las gentes se agolparon en las puertas
de la casa presidencial. Otros corrieron al palacio arzobispal a pedir la
intercesión de monseñor Moxó en favor del abogado Zudáñez. El prelado atendió
la petición, se trasladó a la presidencia y consiguió la libertad de Zudáñez.
“Una
descarga hecha desde los altos de la presidencia acabó de exasperar los ánimos
de los revolucionarios”.
A
la plebe amotinada la dirigían los oidores y conjurados. Al populacho le daban
aguardiente mezclado con pólvora y algo de dinero para que gritaran vivas a
Fernando VII y mueras al mal gobierno.
Las
campanas de las iglesias empezaron a repicar a rebato. Convocaron al pueblo a
la asonada. Era el comienzo de la revolución. El tumulto pretendió derribar las
puertas de la
Casa Presidencial. Los
soldados que la defendían hicieron una descarga de fusilería para amedrentar a
las gentes.
La
chusma aumentó y algunos indígenas de las cercanías engrosaron la turbamulta.
Entonces asaltaron la cárcel y liberaron a los presos por delitos comunes.
Los
oidores, unidos al cabildo y al claustro universitario, se enfrentaron al
presidente gobernador intendente Ramón García de León.
El
tribunal envió al oidor José Vásquez Ballesteros a solicitarle al presidente
García Pizano la entrega de la artillería. El mandatario le dio siete u ocho
cañones disponibles. Una muchedumbre de trescientos cholos invadió el palacio y
el presidente dio la orden, a los pocos soldados que lo acompañaban, de hacer
una descarga preventiva, disparando al aire.
La
turba emplazó contra la presidencia, los cañones que habían sacado momentos
antes. El tiroteo se generalizó. No había ningún control. Más de dos mil
personas, entre el fuego de fusiles y cañones, pedían la renuncia del
presidente García Pizarro. Dijeron que había 30 muertos y numerosos heridos.
Había estallado la guerra.
Dos
nuevos oficios le mandó el tribunal sobre el mismo tema. A las tres de la
madrugada del 26 de mayo, García Pizarro renunció a la presidencia.
Hora
y medianías tarde, el oidor José Vásquez Ballesteros le comunicó al presidente
que la
Audiencia había
asumido el mando político y militar.
12. LA
AUDIENCIA GOBERNADORA
El
viernes 26 de mayo de 1809 la multitud recorrió las calles de Charcas, en las
horas de la mañana, distribuida en pandillas gritando: "Viva el rey y
mueran los traidores". Los oidores los continuaban azuzando.
Ante
la presencia de los cadáveres que se hallaban desparramados en las calles, se
avivó la chispa. Las gavillas no cedían. Para calmarlos sacaron en procesión un
retrato del rey Fernando VII y lo colocaron bajo dosel en el cabildo.
Otros
trajeron un destrozado retrato del presidente García Pizarro, lo colgaron en
una horca que habían levantado la noche anterior y le pusieron encima un perro
muerto.
La
situación se calmó un poco. Luego se supo que el intendente de Potosí, don
Francisco de Paula Sanz, venía con quinientos soldados a sofocar la conmoción
de Charcas. El pueblo se alarmó, pero pronto se tranquilizó cuando varios
viajeros declararon que no habían visto movimiento de tropas.
El
sábado 27 regresó el fiscal López Andreu y ordenó soltar a los presos que por
delitos graves cumplían condena.
Al
medio día trasladaron al presidente García Pizarro a la sala de practicantes
juristas de la
Academia Carolina , situada en el edificio de la universidad de
San Xavier, donde quedó incomunicado.
El
señor arzobispo don Benito María de Moxó y de Francolí, que se había marchado
de la ciudad el jueves 25 de mayo, regresó en la noche del sábado 27 de mayo de
1809.
Chuquisaca
se convirtió en el faro irradiador de la revolución de los oidores
independentistas y de los letrados y doctores, que tuvieron un papel
primordial, hacia todo el continente Suramericano. Para protegerse, utilizaron
como estrategia los "Vivas" a Fernando VII.
13.
FIN DE LA
REVOLUCIÓN
En
julio de 1809 nombraron como virrey de Buenos Aires a don Baltasar Hidalgo de
Cisneros. Esta insurgencia intelectual e idealista concluyó con la llegada del
nuevo presidente de la
Real Audiencia de
Charcas, el mariscal de campo don Vicente Nieto Navarro de Mendoza, Monroy y
Villafame, el 22 de diciembre de 1809, designado también gobernador intendente
de la
Provincia de La
Plata y
comandante general de las armas en todo el distrito de Charcas.
14.
LOS SUCESOS DE CHUQUISACA, 1809
Permítaseme
congratular al docto jesuita, padre ESTANISLAO JUST LLEÓ, autor del exhaustivo
trabajo sobre Los sucesos de Chuquisaca: 1809, que adelantó sus estudios de
teología en las facultades eclesiásticas de la
Pontificia Universidad Javeriana
de Bogotá entre 1959 y 1962 y recibió la ordenación sacerdotal en la capital de
Colombia, el domingo 3 de diciembre de 1961. El religioso jesuita español,
doctor JUST LLEÓ, preparó para recibirse como doctor en Filosofía y Letras,
Sección Historia de América, en la universidad Complutense de Madrid, en 1970,
una monumental tesis, con el título Comienzo de la independencia en el Alto
Perú: los sucesos de Chuquisaca, 1809, convertida hoy en un extraordinario y
admirable estudio histórico y pedagógico, de donde tomé la mayor parte de la
documentación para este ensayo.
Esta
obra, escrita bajo la sabia hermenéutica de la historiografía moderna, tiene
864 páginas, en las cuales condensó los más de cinco mil folios que investigó
en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, el Archivo General de indias y en
otros fondos y secciones, el distinguido académico de la
Compañía de
Jesús.
El
Padre Estanislao JUST LLEÓ puntualizó las siguientes conclusiones:
El
movimiento que se gestó en Charcas se extendió del 25 de mayo al 25 de
diciembre de 1809."
La
finalidad de la conmoción o rebelión fue "claramente
independentista".
Las
causas del movimiento se basaron en "los más clásicos principios del
origen de toda sociedad, y de los derechos del rey y del pueblo".
Los
sucesos de Charcas del 25 de mayo de 1809 y los de La
Paz , del 16 de julio del mismo año, forman una unidad.
Chuquisaca
es la cuna real de la independencia hispanoamericana.
En
Charcas comenzó la lucha por la emancipación de América.
Queden
estos apuntes como una introducción al estudio de los gritos de independencia,
hace 200 años, en este Nuevo Mundo.
Hoy
podemos decir con el "Poeta de las Epopeyas", AURELIO MARTÍNEZ MUTIS:
"Conquista
inmarcesible y redentora
de
tu revolución, soplo fecundo
que
predijo a tu pueblo un nuevo día
y
fue a alumbrar la inmensidad de un mundo".
"Tu
aliento invicto por doquier expandes,
el
león inmortal no ha envejecido,
aun
se escucha el clamor de su rugido
en
las cóncavas grietas de los Andes".